8 de julio de 2016
TRIBUNA. EL PAIS - FELIX ARTEAGA MARTIN: El flanco sur de la OTAN
El flanco sur de la OTAN
España y sus vecinos deberían articular una estrategia de influencia en
la organización
Pedro Morenés,
ministro de Defensa, con Mariano Rajoy SAMUEL
SÁNCHEZ
La OTAN va a celebrar su Cumbre de 2016 en Varsovia (8 y 9 de julio)
para actualizar las medidas adoptadas desde la Cumbre de Gales en 2014 para
mejorar la capacidad de disuasión frente a Rusia (flanco este) y proyectar
estabilidad en su periferia (flanco sur). Para demostrar la solidaridad aliada
a los países del centro y este de Europa, se van a desplegar batallones
rotatorios, crear infraestructuras de mando y logísticas, preposicionar equipo
y adiestrar fuerzas de respuesta rápida y unidades de alta disponibilidad. Por
el contrario, la OTAN no ha podido concretar cómo piensa responder a la
preocupación de los aliados del sur ante la acumulación de riesgos e
inestabilidad en un arco de crisis que va desde el Golfo de Guinea hasta
Oriente Medio.
España acude a Varsovia con los deberes de solidaridad cumplidos. Ha
participado en las patrullas aéreas del Báltico, acogido las maniobras Trident
Juncture en 2015 y liderado la Agrupación Naval y la Fuerza de Muy Alta
Disponibilidad de la OTAN durante 2016. También ha cumplido con su compromiso
de mejorar sus presupuestos de defensa acordado en la Cumbre de Gales, así que
tiene la libertad moral de demandar a sus aliados más reciprocidad en el sur.
Su ministro de Defensa se ha esforzado en concertar posiciones comunes con
Francia, Italia y Portugal, aunque el flanco sur afecta directamente a otros
aliados como Grecia y Turquía.
Como resultado de la movilización, es probable que la Alianza Atlántica
reitere su preocupación por el flanco sur y que adopte algunas medidas complementarias
de vigilancia y control marítimo en el Mediterráneo, por su cuenta o en
cooperación con la UE. Pero dos años después estas medidas parecen
insuficientes si se comparan con las dedicadas al este y, sobre todo, si se
tiene en cuenta que la inestabilidad y sus consecuencias migratorias,
terroristas e insurgentes no han dejado de crecer en el sur desde entonces.
La necesidad de aliados fiables y capaces explica la prioridad española
de cooperar bilateralmente con los Estados Unidos
La OTAN no va a actuar directamente en el flanco sur salvo que las
poblaciones o territorios de los aliados estén en peligro. Y aunque quisiera,
tendría que vencer la resistencia ocasional de algún miembro, como la de
Turquía ante la intervención de Libia en 2011, la renuencia de Francia a que la
OTAN intervenga en su zona de influencia o el rechazo de los países árabes y
africanos a que las fuerzas de la OTAN desplieguen en sus inmediaciones. Lo que
se puede esperar es que apoye las acciones particulares de sus miembros, tal y
como hace en Irak y Siria, donde se limita a ceder sus aviones de vigilancia
AWACS a Estados Unidos para que éste pueda utilizar los suyos dentro de la
Coalición Global contra el Estado Islámico.
La necesidad de aliados fiables y capaces explica la prioridad española
de cooperar bilateralmente con los Estados Unidos, ya que comparten intereses
estratégicos en el sur. Las operaciones se dirigen desde el Mando Africano
(AFRICOM) de Heidelberg, en lugar de hacerse desde el Mando Europeo (EUCOM) que
está más vinculado a la OTAN y es el que ha diseñado la estrategia
estadounidense de respuesta en el flanco este. La visita del Presidente Obama a
las fuerzas estadounidenses desplegadas en Rota y Morón visualiza la
importancia de la cooperación bilateral para los Estados Unidos, un activo con
el que todos los miembros de la OTAN desearían contar y del que España debería
sacar más partido.
España está particularmente expuesta al sur por su situación geográfica
y lo seguirá estando en las próximas décadas, según reconoce la Estrategia de
Seguridad Nacional de 2013. Los próximos gobiernos deberán pasar de la
preocupación a la acción y buscar apoyos y recursos para afrontar riesgos tan
graves. Individualmente, tendrán que reforzar sus programas de cooperación
bilateral o subregional con los países de la zona y seguir contribuyendo a las
misiones y operaciones de la UE o de Francia en África o a las de la Coalición
Global contra el Estado Islámico.
Multilateralmente, España y sus vecinos del sur deberían elaborar su
propio concepto estratégico y articular una estrategia de influencia en la OTAN
para captar aliados y apoyos. Bilateralmente, España debería agrupar los
diferentes capítulos militar, policial, judicial o de inteligencia para añadir
valor y elevar la cooperación en seguridad y defensa con Estados Unidos a un
nivel superior de relación.
*Felix Arteaga Martin es investigador principal de seguridad y defensa del Real Instituto
Elcano.
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