viernes, 6 de marzo de 2020
DUBÁI – 07/03/2020
El emir de Dubái, Mohamed Rashid de 70 años, ha perdido el juicio contra su exmujer, la princesa Haya de Jordania de 45. La justicia británica ha sido implacable con el jeque árabe y ha fallado en su contra desvelando que secuestró a dos de sus hijas, las torturó, les privó de libertad e hizo una campaña de intimidación contra la que fuera su esposa dejando dos veces una pistola cargada en su almohada, notas amenazantes y en marzo de 2019 un helicóptero fue a buscarle para llevarla a una prisión en el desierto.
La corte británica ha dictaminado este jueves que Rashid, primer ministro y vicepresidente de los Emiratos Árabes, es el responsable del secuestro de su hija Shamsa, que huyó a Gran Bretaña en el año 2000 y fue capturada en las calles de Cambridge por agentes del jeque. En la actualidad permanece secuestrada y sedada.
La segunda de ellas es Latifa, que intentó huir hasta en dos ocasiones, una en el año 2002 y otra en 2018. En el primero de sus intentos, su padre la condenó a prisión durante más de tres años y la segunda vez que intentó dejar atrás tierras dubaitíes, ya con la edad de 32 años, fue capturada por los comandos del ejército indio del océano Índico. Ahora permanece bajo "arresto domiciliario" en el emirato.
Todas esas acusaciones al jeque árabe empezaron a ser investigadas en abril del año pasado cuando su entonces esposa, la princesa Haya, huyó de él y de su país para instalarse en Londres con sus dos hijos, Jalila de 12 años y Zayed de 8. Casi un año después, Andrew McFarlane, presidente de la división del Tribunal de Familia en Inglaterra y Gales, las ha certificado judicialmente, otorgándole la custodia de los dos menores.
El rey Abdalá II de Jordania, hermano de Haya, en septiembre pasado daba un paso al frente y blindaba a la princesa otorgándole un cargo diplomático. Desde entonces, es jefa adjunta de la misión de la embajada jordana en el Reino Unido. Esta firme determinación por parte del soberano hachemita proporcionó protección a su hermana tras la vergonzosa negativa del Reino Unido a concederle asilo.
El dictamen emitido es un golpe a la reputación del poderoso emir de Dubái que mantiene relaciones con la élite global, entre ellos la familia real británica.
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