7 de julio de 2016
EL PAIS.COLUMNA Alemania no es el policía de España
COLUMNA
Alemania no es el policía
de España
Pionera en violar el Pacto de Estabilidad, incumple cada año la norma de
desequilibrios macro
Merkel y su
ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble. H. HANSCHKE REUTERS
La Comisión es la única competente para proponer una multa a España por
incumplir el tope de déficit acordado para 2015. Y ojalá se lo piense tres
veces. Quizá el Gobierno merezca un pellizco. No por hacer política fiscal
keynesiana, que no es el caso; sino electoralista, rebajando impuestos cuando
no tocaba.
Pero los españoles han sufrido un ajuste severo si se mira, no un año
aislado, sino todo el período desde la Gran Recesión. Merecen comprensión, no
castigo. Y Bruselas debe ser cauta, sobre todo, porque añadir turbulencias a la
eurozona, tras el Brexit y el fiebrón de la banca italiana, no es una idea genial.
Habría que usar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) de modo más
hábil. En concreto, aplicar temporalmente al conjunto de la eurozona —a todos y
cada uno de sus miembros—, la excepción de atravesar "circunstancias
económicas excepcionales" pensadas hasta hoy para salvar a un país del
castigo. ¿Cuáles?: elBrexit. Supondría novar las reglas
del Pacto, pero no sería rasgar una virginidad.
En todo caso es Bruselas la competente. Para nada Berlín. Alemania no
está legitimada ni jurídica, ni política, ni históricamente para actuar de
policía, empujando a la Comisión a que sancione a España. El ministro Wolfgang
Schäuble ya tildó en mayo de poco "afortunado" aplazar la decisión
sancionadora hasta después de la elección española.
Pero el más desleal ha sido Günther Oettinger, alemán antes que
comisario europeo: "Si la Comisión quiere mantener su credibilidad debemos
adoptar sanciones ahora". Menudo rostro. Eso podrá sostenerlo cualquiera,
menos un alemán. Porque Alemania fue el primer gran violador del PEC, en 2003,
cuando rebasó el tope del déficit del 3%, hasta el 4,2%. Logró suspender el
castigo y el propio Pacto.
E impuso su poder para reescribirlo a su favor, ya en 2005. Pro domo sua, para poder restar de las cuentas de su déficit "las
contribuciones financieras para (...) la unificación de Europa", entre
otras partidas.
Además de su carencia de capacidad jurídica y de su falta de legitimidad
histórica, Alemania no goza de ninguna credibilidad moral ni política...
actuales.
Desde 2010 exhibe, año tras año, un superávit comercial creciente y
excesivo (por encima del 6% del PIB); y un superávit por cuenta corriente del
6,9% entre 2012 y 2014, año en que llegó al 7,4%. Eso supone una menor
inversión interna, menor crecimiento, menor consumo: la locomotora germana tira
menos del resto de la eurozona de lo que debería.
Por eso Alemania está siendo reiteradamente incluida en la lista de
incumplidores de una norma clave, el Procedimiento de Desequilibrios
Macroeconómicos (PDM).
EL PDM es mucho más trascendental que el PEC en términos macro, porque
examina no una variable (las cuentas presupuestarias) sino una docena. El PDM
también prevé multas (de hasta el 0,1% del PIB; reglamentos 1174 y 1776), pero
hasta ahora Berlín se las ingenia para que sus pecados sean juzgados como
veniales y los ajenos, vistos como mortales.
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