23 de mayo de 2016
Final Copa del Rey Los aplausos al himno vencen a los abucheos
Final Copa del Rey
Los aplausos al himno vencen a los abucheos
La
afición sevillista coreó el himno nacional y contrarrestó los pitos con palmas;
hubo tantas banderas del Sevilla y españolas que esteladas
Aficionados del
Barcelona, en las gradas del Vicente Calderón – REUTERS
ABC - TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN- 22/05/2016 a las 21:34:11h. - Act. a las 11:01:23h.
A
las 9.25 de la noche sonó el himno español en la final de Copa. Se esperaban
los pitos de los independentistas catalanes, como de costumbre.Había esteladas, pero se
veían menos de las que se auguraban. Y la afición
sevillista, que conquistó medio estadio, ganó la batalla contra el abucheo al
himno nacional al corear sus sones con potencia y refrendar sus sentimientos
con palmas. También con cientos de banderas españolas que vencieron a las
esteladas. El cántico de «¡Que viva
España!», de
Manolo Escobar, fue una rúbrica que se repitió a lo largo del partido, con el
postre de «¡Yo soy español, español, español!» cantado también por algunos
barcelonistas con la camiseta de Messi que se unieron a los sevillistas.
El
estadio Vicente Calderón vivió una situación muy diferente a la presenciada en
las finales disputadas entre el Barcelona y el Athletic. Anoche, la afición del Sevilla fue
el contrapeso de
los independentistas situados en la zona de los seguidores azulgrana, que
exhibieron esteladas desde que entraron en la grada y abuchearon el himno de
España cuando comenzó a sonar en el coliseo rojiblanco. No todos los forofos
del Barça pitaron, por supuesto. Ni mucho menos. Y lo expresaron antes de
ocupar sus asientos. Muchos catalanes se sienten españoles y están molestos con
esta politización del club, como
demostraron las peñas azulgranas ante ABC hace dos días. Pero
ya se sabe que solo se escucha a quien se manifiesta. Y es cierto que se oyen
más las protestas que los aplausos. A pesar de ello, los incondicionales del
Sevilla, más de 20.000 en los graderíos del Manzanares, más otros seis mil que
no tenían entrada y se quedaron en los alrededores del estadio, vencieron a los
silbidos de los independentistas coreando el himno nacional y aplaudiendo en
una demostración de sentimiento y de respeto a la música que representa a su
país.
Como
se permitió la estelada por decisión de un juez, Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, asistió al
palco del Calderón, al igual que Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, que se
había solidarizado con su amiga y homóloga. Allí estaba Carles Puigdemont,
presidente de la Generalitat. Y en el centro del palco, en el centro de todos,
el Rey, que vio cómo el sevillismo jaleaba el himno en una vivencia muy
distinta a la de otros años.
La
bandera española colgaba de muchos balcones en las calles cercanas al estadio
Calderón. Y los sevillistas cantaron en las tribunas el estadio desde una hora
antes un soniquete que respondía a la polémica de las banderas:«¡Menos esteladas y más Cruzcampo heladas!».
Fue su contestación a una situación que volvió a calentarse días antes de una
final de la Copa del Rey, en esa búsqueda de los independentistas de una
confrontación tan esperada como manida.
«Menos
esteladas y más Cruzcampo heladas» fue la tonadilla del sevillismo con si
gracia habitual
La
demostración de esa oposición planificada es que en el clásico Real Madrid-Barcelona también
se prohibió la estelada en el Bernabéu y ningún independentista ni ningún
político catalán se pronunció entonces en contra de la decisión de la
Delegación del Gobierno de Madrid.
A la
hora de la verdad, hubo bastantes banderas con la estrella azul en el Calderón,
pero lucieron muchas más enseñas del Sevilla y de España. Muchas de éstas
también colgaban de muchos balcones de las casas adyacentes. La afición del
club andaluz emitió su veredicto, el popular, y ganó la batalla en defensa del himno nacional.
Con
todo, la jornada discurrió con normalidad y sin incidentes y se pudo palpar el
buen ambiente en la grada del estadio y también en el césped, con un doble
pasillo histórico ya que ambos equipos quisieron reconocer el mérito del rival.
Etiquetas:
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Cataluña,
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