11 de mayo de 2016
En España siempre hubo populistas, pero ahora lo que existe son miles de ciudadanos dispuestos a ser engañados por ellos
En España siempre hubo populistas, pero ahora lo que existe son miles de ciudadanos dispuestos a ser engañados por ellos
Cada día que pasa tengo más claro que los ciudadanos somos tan culpables como los políticos de la situación que vivimos. O más, incluso. Todos aquellos que están dispuestos a comprar humo, a idolatrar a los tramposos como grandes dirigentes, a interpretar las payasadas como política de altura, a elevar las tonterías a la categoría de grandes axiomas y a comerse cualquier demagogia como mensaje de esperanza son responsables del auge del viejo comunismo. Una doctrina y praxis políticas que durante años arruinaron pueblos, llevaron sufrimiento a las familias y cercenaron el progreso y la libertad en muchos países. No entiendo, por tanto, a los españoles que ven en ellos modernidad, ni a los socialdemócratas que quieren colaborar con ellos. En España siempre hubo populistas, pero ahora lo que existe son miles de ciudadanos dispuestos a ser engañados por ellos. El debate en las próximaselecciones se va a mover entre la radicalidad de la extrema izquierda y lacentralidad de los partidos constitucionalistas. Y los votantes serán los responsables de que nos gobiernen unos u otros.
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