9 de mayo de 2016
Netanyahu choca con las críticas del Ejército al clima de violencia en Israel
Netanyahu choca
con las críticas del Ejército al clima de violencia en Israel
El primer ministro condena al número
dos de las Fuerzas Armadas por equiparar a la sociedad israelí con la de la
Alemania nazi
Otros
Benjamín Netanyahu,
en los actos del Día del Holocausto en Jerusalén. Dan Balilty AP
Benjamín Netanyahu ha topado con el Ejército de Israel. El primer
ministro condenó este domingo el mensaje crítico con la moral ciudadana en el
conflicto palestino del número dos de las Fuerzas Armadas, general
Yair Golan, quien en un reciente discurso equiparó a la sociedad israelí actual
con la de la Alemania nazi. En un encontronazo con escasos precedentes entre el
Ejecutivo y la cúpula militar, Netanyahu rechazó enfáticamente las tesis del alto mando: “Son
erróneas, y a mí me resultan inaceptables”. Ministros del Gobierno
ultraconservador que preside ya han pedido la cabeza de Golan.
El jefe del Estado Mayor adjunto lanzó en un acto conmemorativo del
Holocausto del pueblo judío una reflexión que ha recorrido como una onda
sísmica el tejido social israelí. “Si hay algo que me inquieta sobre el
recuerdo del Holocausto es el reconocimiento del nauseabundo proceso que se registró en
Europa en general, y en Alemania en particular hace 70, 80, y 90 años, y
encontrar signos de ese mismo proceso entre nosotros hoy, en 2016”, dijo la
noche del miércoles. “A fin de cuentas, no hay nada más fácil y sencillo que
odiar al diferente”, remachó.
En un país con un largo servicio militar obligatorio para hombres y
mujeres, y donde las Fuerzas Armadas son consideradas la columna vertebral del
Estado, no se suele cuestionar el papel de referente moral de los altos mandos
castrenses para reclutas y ciudadanos. El general Golan se había referido poco
antes en su discurso al incidente que se produjo en Hebrón (Cisjordania) en marzo, cuando un sargento de 20 años remató de un tiro en la
cabeza a un asaltante palestino que yacía en el suelo desarmado y malherido.
El proceso del joven militar, que ha sido acusado formalmente de
homicidio por la justicia castrense, ha desatado una agria polémica en Israel.
A pesar de que los hechos fueron grabados en vídeo y aireados en las redes
sociales por la organización pacifista israelí B´Tselem, el 57% de los ciudadanos han rechazado, según una encuesta, la detención del sargento en el calabozo de su
unidad, y miles de personas le aclamaron como a un héroe durante una
manifestación organizada en Tel Aviv.
Según los reportes de la prensa israelí, el primer ministro se reunió la
noche del pasado miércoles, horas después de que el número dos de
las Fuerzas Armadas pronunciara su discurso, con el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, considerado su mano derecha en el Gabinete, para pedirle que el
general rectificara sus palabras. Yaalon, que fue jefe del Estado Mayor durante
la Segunda Intifada, llamó al orden a Golan, quien al día siguiente matizó
mediante un comunicado que no había pretendido vincular a la sociedad israelí
con el nazismo durante su intervención pública. El ministro de Defensa le
ratificó inmediatamente su “total confianza”, pero durante la reunión del
Gabinete de Seguridad celebrada el viernes ya hubo ministros que cuestionario
la continuidad del alto mando militar en el mando.
Después
del fin de semana judío, precedido por la conmemoración del Holocausto, y en
vísperas de los actos de exaltación nacional del Día de la Independencia, el
próximo miércoles, Netanyahu rompió este domingo su silencio sobre el asunto
antes de que comenzara el Consejo de Ministros: “La comparación efectuada por
el jefe de Estado Mayor adjunto con la Alemania nazi de hace 80 años es
indignante. Induce al error sobre la sociedad israelí y degrada el concepto del
Holocausto”.
Poco antes de que se celebrara la reunión del Gabinete, varios ministros
del Likud —el partido del primer ministro y eje central de la coalición en el
poder— pidieron a Netanyahu una respuesta contundente contra el discurso del
general Golan. La titular de Cultura, Miri Regev —que fue general y portavoz del Ejército—, exigió su dimisión, que
ya habían pedido antes ministros del partido nacionalista religioso Casa Judía.
Una ola de violencia sin parangón en una década ha contribuido a enardecer los ánimos.
Desde el pasado octubre han muerto 28 israelíes y más de 200 palestino, de los
que dos terceras partes fueron abatidos por las fuerzas de seguridad al ser
considerados atacantes. Además del incidente del tiro en la cabeza de Hebrón,
las organizaciones humanitarias han denunciado casos en los que se sospecha que
se produjeron excesos por parte de civiles armados o las fuerzas de seguridad.
Las autoridades israelíes están investigando ahora la muerte de dos
palestinos —una mujer embarazada y madre de dos hijos, de 23 años, y su
hermano, de 16— muertos a tiros el pasado 27 de abril en el puesto de control
de Qalandia, entre Cisjordania y el norte de Jerusalén, aparentemente tras
haberse equivocado de zona de paso. Tras una primera versión de los hechos en
la que se aseguraba que policías y soldados abatieron a los dos hermanos cuando
iban a intentar atacarles con cuchillos, se rectificó la información para
responsabilizar de los disparos a guardas privados desplegados también en
Qalandia. Grupos de defensa de los derechos humanos han reclamado que se haga
pública la grabación efectuada por las cámaras de vigilancia en el puesto de control.
Otro de los incidentes que ha desatado la polémica fue el del
linchamiento en octubre pasado de un inmigrante procedente de Eritrea en la estación de autobuses de Beersheva, al sur de Israel, tras
ser confundido con un atacante palestino que había disparado
indiscriminadamente en la transitada terminal de transporte. Los vídeos
difundidos entonces mostraban cómo el trabajador africano era golpeado,
pisoteado y atacado con sillas y bancos por varios ciudadanos israelíes, entre
ellos unos funcionarios penitenciarios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario