26 de mayo de 2016
EL PAIS. EDITORIAL: Venezuela en campaña Los partidos políticos españoles se retratan ante el régimen bolivariano
Venezuela en campaña
Los partidos políticos españoles se retratan ante el régimen bolivariano
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Albert Rivera y
Lilian Tintori intentaron, sin éxito, visitar al alcalde de Caracas, Antonio
Ledezma, que se encuentra en arresto domiciliario MIGUEL
GUTIERREZ EFE
Los viajes a Venezuela del ex presidente del Gobierno español, José Luis
Rodríguez Zapatero, y del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, han obligado a
los partidos a retratarse frente al régimen bolivariano. Las declaraciones de
los dirigentes de las cuatro principales fuerzas políticas han aclarado las
posiciones de unos y otros: PP, PSOE y Ciudadanos han salido en defensa de la
democracia y contra la persecución a los líderes de la oposición; Unidos
Podemos ha apoyado al régimen de Nicolás Maduro, llegando a insinuar que
Leopoldo López, encarcelado desde hace meses tras un juicio sin garantías
dirigido desde la presidencia de la República de Venezuela, es un golpista.
La campaña es clave(30/04/2016)
Venezuela ha hablado(07/12/2015)
Se ha hablado de la conveniencia de que los políticos viajen a Caracas
en plena precampaña, pero los casos están plenamente justificados. Rodríguez
Zapatero fue con una vocación mediadora entre el Gobierno y la oposición
venezolana; Rivera acudió invitado a dar una conferencia por el Parlamento de
ese país. En ambas ocasiones, las visitas han estado respaldadas por la
embajada de España en Caracas. Por lo demás, no vemos ningún inconveniente en
que los candidatos prueben el área de la política exterior en un país de claro
interés, además, para los españoles.
Lo importante es el fondo de la cuestión. Venezuela atraviesa una
situación lo suficientemente grave como para tomar partido de forma clara e
inequívoca: tras unas elecciones en las que los ciudadanos dieron la mayoría
absoluta a la oposición, el presidente Maduro se ha enrocado en el Ejecutivo,
ayudado por un Poder Judicial controlado por él y unas fuerzas armadas
doblegadas, por ahora, a su control. Mientras tanto, el país está sumido en la
mayor de las miserias e inseguridades.
Ante este panorama, Mariano Rajoy (en un artículo publicado en EL PAÍS),
José Luis Rodríguez Zapatero y Albert Rivera (en sus viajes a Caracas) han
hecho lo que se espera de tres líderes que defienden la democracia: denunciar
la situación y ponerse del lado de los ciudadanos que han votado el cambio y
que sufren las consecuencias de un régimen totalitario que encarcela a los
disidentes y ha llevado al pueblo a la ruina.
La recién creada coalición de izquierda populista (Podemos e IU) ha
tomado posición por Maduro, como viene haciendo desde el principio. No hay que
olvidar la votación del año pasado en el Parlamento Europeo pidiendo la
libertad de los presos políticos en Venezuela, que se aprobó con el voto en
contra de Podemos cuando su portavoz era Pablo Iglesias. El líder del partido
morado quiso diferenciar entonces entre “presos políticos y políticos presos”.
Su nuevo socio, Alberto Garzón, ha llegado a adherirse a la teoría de Maduro de
que Leopoldo López es un golpista, y el propio Iglesias ha afirmado que hay que
respetar la legalidad.
Las posiciones están claras. La única duda es saber si Podemos defiende
al régimen bolivariano por convicción (trabajaron para ellos durante años) o
por miedo a que un cambio de postura lleve a Maduro a explicar cuántos millones
entregó su Gobierno a este partido para su fundación. Eso es algo que tienen
que aclarar Iglesias, Monedero y Errejón si de verdad creen en la
transparencia.
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