17 de junio de 2016
El voto de los nuevos españoles tiene acento ‘rojo’
El voto de los nuevos
españoles tiene acento ‘rojo’
Los cientos de miles de nacionalizados con DNI español que votan en
estas elecciones se decantan por la izquierda
Mesa electoral en
el colegio Menendez Pelayo del centro de Madrid. KIKE PARA
Son cientos de miles, a falta de un censo de votantes nacionalizados. Marroquíes, rumanos,
ecuatorianos, colombianos, peruanos, en orden de obtención del preciado carné
español. Tienen distintos acentos, pero uno predomina entre todos: el rojo. La
mayor parte de los nacionalizados se decantan por opciones de izquierda a la
hora de depositar su voto el 26-J.
“Todavía nos sentimos como huéspedes, somos la comunidad extranjera más
numerosa de España [alrededor de 800.000] pero se nos asocia con los
delincuentes gitanos, por eso muchos de nosotros no irán a votar; y los que lo
hagan lo harán hacia la izquierda, por razones de tradición histórica y porque
encaja mejor con nuestra cultura del trabajo”. Habla Ica Tomi, la
vicepresidenta de la Federación de Asociaciones de Rumanos (FEDROM). Lleva 12
de sus 52 años en España y se define como “una rumana-española desilusionada de
la clase política”. Se distancia sutilmente de la opinión de su presidente,
Miguel Fonda Stefanescu, candidato a las pasadas municipales en Madrid por el
PSOE: “Entre nosotros hay un rechazo histórico hacia los comunistas por un
pasado estalinista, la mayoría se decantará por el PSOE por su simpatía hacia
Zapatero tras sus políticas de regularización, y los más conservadores, por el
PP, pero darán de lado a los nuevos precisamente por eso, por ser nuevos y no
renovar nada”.
España es el país de la UE que más extranjeros nacionaliza en el marco
de la Unión (el 23% del total), según los
últimos datos publicados por Eurostat. La mayor parte de los llamados “nuevos
españoles” llevan entre 12 y 25 años en España y llegaron tanto por cuestiones
económicas como para poner un primer pie en Europa. Superaron las exóticas preguntas del test de nacionalidad. Se llaman Anass, Myriam, Ulises, Sakina, Fabricio o Ica. Son
traductores, docentes, economistas, asistentas de hogar, terapeutas,
transportistas o periodistas, dispuestos a hacerse oír usando su papeleta una
vez más.
P.O.D.
En 2015 fueron 78.000 las personas nacionalizadas como españolas, 93.714
en 2014, 261.295 en 2013, 115.557 en 2012, 114.599 en 2011, 123.721 en 2010…
Son datos del Ministerio de Justicia y se refieren a nacionalidades concedidas
por residencia (el 95% de las que se otorgan). Pero resulta imposible saber
cuál es el volumen total de votantes nacionalizados españoles. Aunque el censo
electoral lo lleva Interior, “no se distingue por nacionalidad”, responden. En
el Ministerio de Justicia, no tienen los datos cruzados: “No sabemos cuántos de
ellos son mayores de 18 años o cuantos han muerto”, argumentan. Y el INE
tampoco: “Para nosotros son españoles, a secas”.
Hay que conformarse con que cientos de miles de personas nacidas en
otros países votarán este próximo 26 de junio con un DNI español. Entre ellos
destaca el colectivo el marroquí (cerca de 20.000 lo obtuvieron tanto en 2015
como en 2014), los más numerosos. Les siguen los latinoamericanos originarios
de Ecuador (8.291 en 2015), Colombia (8.207 en 2015), Bolivia (8.181 en 2015) y
Perú (3.896 en 2015). Y en Europa, Rumanos (960 en 2015) y Ucranios (629 en
2015).
“No podemos seguir con un presidente del Gobierno quemado, en ruinas”,
dice Fabricio Ortega, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos
en España, en alusión a Rajoy. “Los ecuatorianos no ven con buenos ojos al PP
porque somos el colectivo de trabajadores más sufridos, los autónomos a los que
nos hacen pagar casi 200 euros mensuales”, señala este licenciado en Derecho y
Económicas que llegó a España con su esposa huyendo del corralito ecuatoriano
de 1999. Aquí han nacido sus dos hijos y, desde hace 10 años, recorre Madrid en
un furgón repartiendo pan.
En 2015 fueron 78.000 las personas nacionalizadas como españolas, según datos del Ministerio de Justicia referidos a nacionalidades
concedidas por residencia (el 95% de las otorgadas).
Los marroquíes, como Annas Merabet, con 24 de sus 43 años en España y
que trabaja de traductor en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid como
personal laboral (“Me pueden echar en cualquier momento, dependo del gobierno
de turno”), son la comunidad que más nacionalidades obtiene (19.904 en 2015).
“El colectivo marroquí se inclina a la izquierda, los más instruidos hacia
Podemos y los menos, al PSOE, al que identifican con la Unión Socialista de
Fuerzas Populares de Marruecos; el PP es el equivalente a los partidos
islamistas, de moderados al DAESH”, apunta. Y advierte: “Si tu casa es de
cristal, no tires piedras en el tejado del vecino', se dice en nuestra tierra”.
Se refiere al terrorismo islamista porque, a su juicio, “la implicación de los
países en el conflictos de Siria les convierte en objetivo y España vende
armas”. Y añade crudamente: “Mientras no se desvincule el Islam de Arabia
Saudí, hasta que España no tome en serio la religión islámica y controle la
formación de imanes, habrá yihadistas”.
En el caso de los latinoamericanos, según el director de la revista Ocio
Latino, el peruano José Luis Salvatierra, Podemos y el 15-M representan la
actitud más cercana a los bolivianos, peruanos, ecuatorianos y latinos en
general: “Somos más activos, hemos hecho muchas revoluciones, tenemos costumbre
de tomar calles y plazas”, asegura. Para él en el debate a cuatro “quedó claro
que la macroeconomía está muy lejos de la realidad, y que aquí nadie ha
superado la crisis”.
“No podemos llegar a pedir casa, carro y beca; ni tampoco creernos que
lo tendremos porque lo prometa Podemos”. Es la conclusión de una trabajadora de
la Cámara de Comercio de Colombia en Madrid, que alza una voz anónima junto a
sus colegas. “Lo que pasa aquí ya sucedió en Colombia, Uribe venció porque el
país estaba harto de narcos y del liberalismo corrupto, prometió y ganó. Aquí
la gente está harta de corrupción y de crisis, votarán con el estómago”.
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