23 de junio de 2016
VENEZUELA AL FONDO
Los de Unidos Podemos ahora no quieren hablar de Venezuela ni Grecia, y aún menos de Irán. Sin embargo, la memoria, y las hemerotecas, dejan huellas irrefutables, verdaderas apologías del cálido viento latinoamericano, que el chavismo engendró para ruina de una nación cercana y querida. El recuerdo es un hierro viejo que no siempre viene en rescate de nosotros, sino a ponernos frente a nuestras contradicciones. El bolivarianismo y su forma de redimir a los más desfavorecidos es el talón de Aquiles de quienes nos quieren salvar de esta España que maltrata a sus hijos, según palabras, peroratas y soflamas de los voceros de Iglesias. La extrema izquierda, al fin y al cabo. Como recomendaba André Gide, habrá que repetirlo mil veces. La vieja extrema izquierda, fracasada y autora de los mayores desastres del siglo pasado, queriendo resucitar de nuevo con la misma pretensión de antes: despojarnos de nuestra libertad, hundir la economía y romper la unidad de España. Es la clásica estafa de los populismos: falsos profetas y redentores que prometen océanos de riqueza a cambio de secuestrar la democracia.
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