23 de junio de 2016
Los decididos indecisos del 26-J Tres millones de personas irán a votar pero aún no saben a quién; es la cifra más baja de los últimos años
Los decididos indecisos del
26-J
Tres millones de personas irán a votar pero aún no saben a quién; es la
cifra más baja de los últimos años
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Siete de cada diez españoles convocados a las elecciones del próximo
domingo dicen que con total seguridad acudirán a votar. Pero, de ellos, hay un
porcentaje que todavía no se ha decantado por una opción política concreta. Son
los decididos indecisos. Actualmente, cuando quedan pocos días para la cita con
las urnas, representan un 13%, la mitad que en las elecciones del pasado 20-D y
el porcentaje más bajo de las últimas tres elecciones generales: en 2008 eran
el 19%, en las de 2011 el 21% y en las recientes de 2015 el 25%. Este es, sin
duda, un dato relevante: el voto de los españoles está en estos momentos mucho
más asentado de lo que lo estaba hace apenas seis meses. Los que dudan ahora
son muchos menos y, por tanto, su comportamiento será algo menos decisivo en el
resultado final de lo que pudo ser en 2015. Con todo, se trata de más de tres
millones de españoles que están siendo el centro de atención de todas las formaciones
políticas en estos últimos días de
campaña. Para unos partidos, lograr su apoyo significaría mejorar sus
resultados. Para otros, evitar el desastre. Un análisis del perfil de estos
decididos indecisos arroja algunas claves que ayudan a entrever cuál será su
comportamiento electoral más probable el próximo domingo.
Los decididos indecisos comparten varias cosas con el conjunto del
electorado: la percepción negativa sobre la situación económica y la situación
política que actualmente vive nuestro país; el estar mucho más a favor del multipartidismoque del bipartidismo; la percepción de que el PP será el partido más
votado el próximo domingo pero que, cualquiera que sea la formación política
que lo intente, necesitará contar con el apoyo de otros partidos para poder
gobernar; y similar nivel educativo. Los decididos indecisos, además, no se
alejan mucho ideológicamente del elector medio: se ubican en una posición de
centro levemente escorada a la izquierda (en el 4,8 frente al 4,7 en el que se
sitúa el conjunto del electorado español, dentro de la escala donde el 0 es
extrema izquierda y 10 extrema derecha).
Pero el perfil de unos y otros diverge en aspectos importantes. Uno es
el sexo: como suele ser habitual, entre los decididos indecisos predominan
claramente las mujeres sobre los hombres: 63% frente a 37% (cuando la
distribución en el conjunto del censo electoral es 52% frente a 48%). Otro es
su edad: en promedio, tienen tres años más que el total de electores: 52 frente
a 49.
Por otro lado, evalúan mucho peor que el total nacional el trabajo
desarrollado por los dos principales líderes de la nueva coalición Unidos
Podemos: si, entre el conjunto del electorado, Pablo Iglesias y Alberto Garzón
obtienen un saldo evaluativo (diferencia entre los porcentajes de quienes
aprueban y desaprueban su labor política) de -27 y -3 puntos, respectivamente,
entre los decididos indecisos estos saldos son claramente peores (-47 y -20).
Los que obtienen Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, aunque igualmente negativos,
son más moderados entre estos decididos indecisos: -40 y -25 puntos,
respectivamente (cuando entre la totalidad del electorado son -44 y -34). Y
—como ocurre entre el conjunto de los españoles— Albert Rivera es el único que
logra un saldo positivo y, además, más elevado que entre el total nacional: +9
(siete puntos más). De hecho, de los cuatro principales candidatos, el líder de
Ciudadanos es el que es visto por un porcentaje mayor de decididos indecisos
como mejor presidente del Gobierno de España: 20% frente al 18% que señala a
Rajoy, el 17% a Sánchez y el 9% a Iglesias. Entre el conjunto de los españoles,
Iglesias y Sánchez empatan en la primera posición.
Hay dos coaliciones postelectorales que resultan atractivas (son más
quienes se manifiestan a favor que en contra) para los decididos indecisos y no
así para el conjunto del electorado. La preferida sería la conformada por el
PSOE y Ciudadanos: un 59% estaría a favor y un 38% en contra (entre el conjunto
de los españoles se da una clara división de opiniones 49% frente a 50%). La
segunda opción que más apoyos concita es esta misma pero incorporando al PP: un
55% se muestra a favor frente a un 42% en contra (entre el conjunto del
electorado los porcentajes se invierten: 44% frente a 55%). Al contrario de lo
que ocurre entre el conjunto nacional, la coalición entre PP y Ciudadanos reúne
entre los decididos indecisos más apoyos que rechazos (49%/47%). Y, si entre el
total de españoles la posible coalición PSOE-Unidos Podemos obtiene un saldo
positivo (50% se muestra a favor y 48% en contra), entre los decididos
indecisos es mayoritariamente rechazada (43% a favor frente a 53% en contra).
¿Entre qué opciones dudan los decididos indecisos? El grupo más numeroso
(23%) lo hace entre votar al PSOE o a Unidos Podemos; un 15% no sabe todavía si
apoyar al PP o a Ciudadanos; un 6% está indeciso entre el PP y el PSOE y otro
6% duda entre el PSOE y Ciudadanos. Los socialistas son, así, el partido que
está presente en un mayor número de opciones. Por el perfil descrito no parece
descabellado pensar que una gran parte de los decididos indecisos, de acabar
votando, lo hiciera en favor del PSOE, lo que, sin duda, mejoraría el resultado
estimado por Metroscopia y publicado en EL PAÍS el pasado domingo. Ahora bien, ¿tanto como para evitar el sorpasso? Hoy por hoy, parece que no.
José Pablo
Ferrándiz es sociólogo
e investigador principal de Metroscopia.
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