La serpiente
La sombra del nazismo se empieza a cernir de nuevo sobre Europa
¿A qué les suenan estas escenas? ¿Acaso no les recuerdan a aquéllas que describían los años previos a la ascensión del nazismo en los años treinta del siglo XX y el caldo de cultivo de xenofobia y violencia que la precedió y que tan bien narraron autores como Alfred Döblin, Isherwwod o Bertold Brecht? ¿No les recuerdan estas noticias a las que sirvieron al director de cine sueco Ingmar Bergman para escribir el guion de su película El huevo de la serpiente sobre la eclosión del fascismo en Europa y el ambiente que la propició? En su película, Bergman, como Döblin o Isherwood hicieran en sus novelas o Brecht en sus obras teatrales, describe el paisaje previo a la llegada de Hitler al poder, un paisaje que coincide, salvadas las distancias temporales y de la coyuntura política (hoy Alemania es un país integrado en Europa y no el aislado y lleno de odio hacia sus actuales socios tras su derrota en la I Guerra Mundial), con el que describen las preocupantes noticias que cada poco nos llegan de allí.
No hace mucho, en una cena en Berlín, hablando de los años de la guerra fría, alguien contó que a Dresde, la capital de Sajonia, los alemanes del antiguo Este la llamaban el valle de los inocentes por su ignorancia de lo que sucedía en el mundo al no poder captar por su lejanía la señal de la televisión del Oeste como en el resto de la RDA. Pues bien, esos inocentes criados en el paternalismo estatal del estalinismo y convertidos en furibundos nacionalistas tras su paso al temido capitalismo son los que ahora queman albergues de refugiados y alimentan el huevo de la serpiente cuya sombra se empieza a cerner de nuevo sobre Europa. Cuidado.
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