18 de octubre de 2018

NACHO ALDAY - INDIA


miércoles, 17 de octubre de 2018



NACHO ALDAY - INDIA – 18/10/2018

Tenemos una muestra de la India tradicional en ese templo dorado que pusieron en medio del agua. Es una buena muestra de uno de los aspectos más interesantes de los indios, que es ser un pueblo soñador. No en el sentido de quien sueña con cosas vanas e irrealizables. Es un soñador que tiene alma grande y aspira a cosas extraordinarias, muy superiores a la banalidad de la vida cotidiana, y por eso acaba realizando maravillas. No se trata de una formulación vacía, es una realidad psicológica palpable.

El templo de la foto está en la ciudad de Amritsar, de la región del Punyab. ¿Cómo fue posible construir un templo así? Construir tiene su mérito, pero es secundario comparado con los anhelos del alma, con el pensar y planificar. Cosas así son fruto principalmente de una elaboración del alma. Muchos pensaron en un tipo de vida, en un nivel de existencia, en un ambiente muy superior al común de cada día. Y bajo el impulso de sus anhelos interiores, nobles y superiores, comenzaron a modelar algo que sus almas pedían. Cuando se piensa en una belleza de difícil concepción, cuando se planea algo de difícil realización, se sueña. Por lo tanto, no es el sueño del perezoso, del tonto. Es el sueño del hombre realizador, la fijación de un alto objetivo.

Hay en la India otros templos cuyas cúpulas tienen una base de diámetro relativamente pequeña, se ensanchan suavemente y luego terminan en una puntita en lo alto. Es como el alma que contempla una realidad normal, común, pero desea más. Elabora entonces una cosa superior, y en una tendencia gradual hacia arriba alcanza un círculo aún mayor, es un ideal que se realiza. Después tiende aún más hacía arriba. ¿Hay algo que represente mejor el gráfico de un sueño?

Estas varias cúpulas, casi apiladas unas encima de otras, dan idea de una prodigiosa capacidad de soñar, de acumular cosas unas junto a otras, de tal manera que el hombre queda medio aturdido con la inmensidad y la belleza de las cosas que pensó.

Sin embargo, es necesario considerar que estas obras fueron concebidas y realizadas por las almas paganas, que no conocieron la única luz verdadera de la tierra: el Lumen Christi. ¿Qué sería de esas almas, si fuesen católicas? Si hubiesen sido bautizadas y practicado intensamente la Religión Católica, ¿qué habrían hecho? ¿Los santos indios, cómo serían? ¡Qué arrojos, qué realizaciones, qué audacias, qué victorias!

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