12 de septiembre de 2016
Una amplia mayoría de españoles rechaza que haya nuevas elecciones
Una
amplia mayoría de españoles rechaza que haya nuevas elecciones
El 58% de los electores señala a los líderes como
responsables de la situación
Otros
La indignación viene siempre acompañada de
la atribución de culpa. Y los españoles no están dispuestos a cargar contra un
sistema democrático al que no le ven fallos graves, ni contra un resultado
electoral que es reflejo fiel de su voluntad. Prácticamente 3 de cada 4
españoles rechazan la posibilidad de que se celebren nuevas elecciones, y
señalan como únicos responsables de la situación de bloqueo a los dirigentes políticos. Decepción, engaño, malestar, indignación,
cansancio y vergüenza son las respuestas espontáneas obtenidas en el sondeo de
Metroscopia realizado para EL PAÍS. La mayoría de los electores se reafirma en
su preferencia por el multipartidismo. La culpa de que no funcione, dicen, es
de quienes son incapaces de pactar.
No se trata de resignación, pero tampoco de
un deseo de ruptura con el orden establecido. Los primeros sentimientos que
vienen a la cabeza de los españoles, cuando son preguntados por la situación
política actual, son dos, que normalmente van siempre de la mano: decepción y
engaño. Así contesta, sin que la respuesta haya sido inducida, un 44% de los
consultados por Metroscopia. Una cifra alta, y extendida en todo el espectro
ideológico, porque el porcentaje es muy similar entre los votantes de los
cuatro principales partidos.
Les siguen, en proporciones ya bastante
menores, otra serie de sustantivos que reflejan en su conjunto un estado de
ánimo negativo. Malestar (14%), indignación (11%), hartazgo (7%), y el que
debería preocupar más a los políticos, vergüenza (6%). Ya decía Josep Tarradellas
que en política se puede hacer de todo menos el ridículo.
Y sin embargo, da la impresión de que los
españoles no pierden la calma. No surgen de los encuestados por Metroscopia
respuestas hirientes, ofensivas o vejatorias dirigidas hacia alguna figura o
institución. No hay atisbo de rabia o de cuestionamiento indiscriminado hacia
el sistema. No ven, en su mayoría, ningún problema con el modo en que está
organizado el andamiaje democrático. Son los responsables de que funcione
correctamente, los líderes políticos, los que no están actuando y desempeñando
sus funciones como deberían. Así lo cree un 58% de los electores.
No a nuevas elecciones
Entre las diferentes posibilidades o
combinaciones en boca de todos para desenredar el nudo gordiano en que se ha convertido
la realidad política española, la que más rechazo provoca es la de cortarlo de
un tajo. Los ciudadanos no quieren acudir de nuevo a las urnas para ser ellos
los que resuelvan la tarea que ya encargaron a sus representantes. Un 71% de
los encuestados descarta tajantemente esta solución. Es una convicción
mayoritaria. Incluso entre los votantes de Unidos Podemos, más proclives a
cuestionar el funcionamiento de las instituciones, son muchos más (56%) los que
no quieren una nueva convocatoria electoral.
Nada de lo ocurrido durante casi nueve meses de esfuerzos inútiles, escenografías para el despiste y
reproches mutuos entre los diferentes partidos ha hecho cambiar a los españoles
de la decisión que tomaron el 20-D y repitieron el 26-J: su preferencia por un
sistema multipartidista. Son muchos más (67%) los que siguen pensando que lo
mejor es que existan varios partidos de tamaño similar. Aunque ese escenario
haga más difícil la formación de Gobiernos, dicen, se consigue a cambio un
mayor pluralismo en el Parlamento. Frente a esa convicción, tan solo un 30% de
los españoles cree sin embargo mucho mejor que todo siga como antes, y que el
poder se dispute entre dos grandes partidos. Así es mucho más fácil, concluyen,
que todo eche a andar, aunque se sacrifique a cambio el deseado pluralismo.
La excepción a esta opinión mayoritaria
está en los votantes del Partido Popular. En su caso, son notablemente más
(59%) los que prefieren que la pugna política siga siendo cosa de dos.
Pedro Sánchez, en Vitoria, este domingo. L. RICO / ATLAS
Los mayores defensores de que se abra el
campo a nuevas opciones son a su vez los más beneficiados. Un 91% de los
votantes de Unidos Podemos apoya un Parlamento multicolor.
Riesgo de abstención
Es pronto para afirmarlo con rotundidad,
porque la mayoría de los españoles no concibe aún la posibilidad de tener que
volver a votar. Pero si volvieran a ser convocados a las urnas en estos
momentos, señala Metroscopia, el grado de desmovilización sería el mayor que se
registrara en la historia democrática. Un 37% de los electores optarían por
quedarse en casa y dar la espalda a los partidos. Y como en otras ocasiones,
sería una respuesta desigualmente repartida. Los que pagarían un precio más
alto, según el sondeo, serían el PSOE y Ciudadanos. Solo un 46% y un 45% de sus
apoyos, respectivamente, aseguran ahora estar dispuestos a acudir de nuevo a
las urnas. Los más beneficiados serían el PP (60%) y Unidos Podemos (71%). Son
cifras que coinciden con el grado de fidelidad de sus correspondientes
votantes. Entre los que eligieron al Partido Popular el pasado junio, un 81%
estaría dispuesto a repetir. En el caso de la formación de Pablo Iglesias, la
permanencia es similar (79%).
Peor suerte correrían el PSOE (69%) y
Ciudadanos (67%), que tienen sumidos en la duda a un alto porcentaje de los que
en su día les apoyaron.
Los principales partidos han dedicado gran
parte del tiempo transcurrido desde la misma noche del 26-J hasta hoy a
reprocharse mutuamente el atasco político. De momento, al menos en la opinión
general de la ciudadanía, el PSOE va perdiendo. Un 51% de los consultados por
Metroscopia en el sondeo realizado para EL PAÍS creen que la formación que
dirige Pedro Sánchez es la que más dificultades está poniendo en estos momentos
para que se pueda formar un Gobierno. No es, sin embargo, una conclusión
homogénea. Ese promedio se infla considerablemente por las cifras de
descontentos con el PSOE entre los votantes del PP (90%) y Ciudadanos (72%).
Entre los propios votantes socialistas y entre los de Unidos Podemos la
convicción es la contraria. Solo un 24% de los que apoyaron a Sánchez le culpan
ahora del bloqueo, y señalan mucho más a Rajoy como responsable de todo (36%).
En el caso de los seguidores de Iglesias todavía es más rotunda la atribución
de culpa a los populares (46%) frente a los que responsabilizan al PSOE del
bloqueo (31%).
Resulta curioso que apenas sean unos pocos
los electores los que señalan también como causantes de la parálisis política
tanto a Unidos Podemos como a Ciudadanos. Al partido de Iglesias solo le
atribuye culpa un 8% de los consultados, aunque los votantes socialistas les
señalan con algo más de contundencia (18%).
En el caso de Albert Rivera, es marginal la
cifra de consultados que le asigna culpa (3%), lo que se entiende si se tiene
en cuenta que el líder de Ciudadanos es de nuevo el más valorado, por su
actuación durante estos meses.
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