12 de septiembre de 2016
DIADA Todas las cifras son mentira
Todas
las cifras son mentira
El recuento de manifestantes suele ser impreciso y
partidista, pero nunca fue tan complicado como en esta Diada, deslocalizada en
cinco escenarios, dar un dato científico de asistencia
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EL PAIS - Barcelona 12 SEP 2016 - 07:15 BRT
Manifestantes en la Avenida Meridiana en la
Diada de 2015. GIANLUCA BATTISTA / ATLAS
Diada masiva, pero algo diluida en número
de asistentes (875.000) respecto al año anterior. Ese es el dato que se obtiene al sumar las cifras proporcionadas por
la policía local de cada uno de los municipios donde se ha celebrado esta
edición. Todos ellos gobernados por distintos partidos, no siempre
soberanistas, y con métodos de recuento dispares. A partir de aquí, puede dar
las cifras por buenas, o no. Sin embargo, parece claro que no conviene fiarse.
Si atendemos al baile de números ofrecido
en el recuento de las últimas cinco diadas por las distintas partes
(organizadores, Guardia Urbana, Delegación del Gobierno, entidades civiles,
catedráticos de estadística...), se hace difícil obtener una cifra que despeje
dudas de una vez. Todo lo que se puede ofrecer es una aproximación apoyada en
distintos métodos que termina siempre inclinándose sospechosamente hacia un
lado u otro en función de los intereses de cada uno. Además, si el año pasado
el volumen de participantes en el acto celebrado en la avenida Meridiana osciló
entre los dos millones de los que hablaba la organización y los 520.000 que
contó la Delegación del Gobierno, en esta edición el proceso de recuento se
complica todavía más con la descentralización de las convocatorias en cinco
lugares distintos (Salt, Tarragona, Lleida, Berga y Barcelona) y sus fuentes de
información correspondientes, influenciadas inevitablemente por los partidos
que gobiernan en cada lugar.
En el caso de la Diada celebrada en
Barcelona, los datos oficiales suelen proceder de la Guardia Urbana y de la Delegación del Gobierno. Esta última encarga a la Policía Nacional
el recuento que, básicamente, según explica un portavoz, mide la superficie del
área donde se concentrarán los manifestantes y atribuye “de forma generosa”
cuatro personas por metro cuadrado. De este modo, por ejemplo, en la
concentración en Barcelona —un espacio de 1.600 metros x 50 metros— de ayer no
podría haber más de 270.000 personas (descontando árboles y mobiliario urbano)
si no se hubieran superado los límites entre la Diagonal y el Paseo de Lluís
Companys (no fue así ya que se desbordó con mucho esa previsión). Pero la cifra
que dieron finalmente fue de 170.00 personas.
La Guardia Urbana es quien calcula el
tamaño de las calles y también hace su propia medición. La diferencia respecto
a la Policía Nacional (que trabaja con las mismas dimensiones) es que se
calcula la densidad de participantes por tramos y no se atribuye un número fijo
de personas por metro cuadrado. Pero nunca es más de 4 participantes, explica
una portavoz. Así que los datos ofrecidos por ambas policías no deberían ser
muy distintos. Sin embargo, el resultado final siempre es mayor que el de la
Delegación del Gobierno. Ayer fue el triple: 540.000 participantes.
Ante el tendencioso desajuste habitual, se
buscó en los últimos años un método científico para contar las aglomeraciones. Así nació Lynce, una empresa que contabilizó —uno a uno, según
dijeron— muy a la baja grandes protestas y de distinto signo ideológico como la
manifestación contra el aborto de 2011 en Madrid (ellos dieron 37.742
participantes y la Policía Nacional 250.000) o la marcha contra la sentencia
del Estatut de 2010 (su cifra fue de 74.000 asistentes y la de la Guardia
Urbana, 1,2 millones). La agencia EFE les contrató para esa última
medición, realizada con fotos aéreas y una supuesta precisión hasta entonces
inédita. Sin embargo, luego supimos que la exigua cifra se obtuvo con fotos
realizadas a las 20.30, cuando la manifestación empezaba a disolverse.
Profesionalmente discutida y con cierto fracaso comercial, la empresa cerró en
2012.
El último intento por
aplicar un método científico al recuento fue un desastre que terminó con la
quiebra de la empresa
A falta de otros métodos y disconforme con
las cifras oficiales, Sociedad Civil Catalana pidió el año pasado a dos
catedráticos que utilizaran un nuevo sistema estadístico para medir la
convocatoria de la Meridiana. La base era el conteo real de varias zonas de la
manifestación, y luego mandaron al Center for Research in Computer Vision
(CRCV) de la Universidad de Florida Central (EEUU) las imágenes de la marcha
(con instantáneas de hasta de 67 tramos) para que aplicaran un software que contaba asistentes. La cifra final fue
de 530.000, de nuevo muy alejado de los 1,4 millones defendidos por la Guardia
Urbana, pero muy cerca en esta ocasión de los 520.000 de la Delegación del
Gobierno. Este año, sin embargo, sus cálculos han dado como resultado 292.00
asistentes en toda Cataluña. Por debajo incluso de la cifra de la Delegación.
Una nueva cifra para la discordia. ¿O son
todas mentira?
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