GOBERNAR EN SERIO
Una de las tonterías más sonoras que se han dicho en estos tiempos de bloqueo institucional es que sin Gobierno se está mejor. Se remiten, para argumentarlo, a la buena marcha de la economía española. Sin embargo, nada se improvisa, y aún menos las coyunturas económicas, que responden siempre a una determinada política. De no persistir en las medidas correctas, y como nos empeñemos en mantener la interinidad y la provisionalidad actuales, volveremos a sufrir las consecuencias, y no serán los más ricos los que más padezcan. El vacío de poder en el juego democrático está conjurado porque un Gobierno no deja de serlo hasta que hay otro. Por tanto, España sigue dirigida, aunque sea a medio gas. El sentido común señala que, si durante el período de alternancia surgen problemas de envergadura, el Ejecutivo en funciones debe actuar como si lo fuera en plenitud de facultades. En definitiva, una situación perversa que no ayuda a nadie y lo empeora todo. Frivolizar con la ausencia de dirección en el país no deja de ser otra equivocación más del momento.
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