Los 12 diputados conseguidos por En Comú Podem, la lista de confluencia catalana de Podemos, bloquearán cualquier pacto de investidura con el PSOE al
mantener como central la condición de un referéndum, inasumible por los socialistas. Después de que Pablo Iglesias, líder de la formación, priorizara la agenda social para llegar a un acuerdo con Pedro Sánchez, la candidatura impulsada por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se encargó el miércoles de recordar a la dirección nacional que la consulta “es clave” para evitar que nadie dé pasos atrás en vísperas de la reunión que debatirá el domingo la política de pactos.
Podemos niega tajantemente que haya intención de bloqueo. Incluso una de las dirigentes más críticas, la andaluza Teresa Rodríguez, destacó que fue la formación “más activa” para buscar acuerdos tras el 20-D. El secretario de Organización, Sergio Pascual, recordó además a EL PAÍS que si se alcanzara un acuerdo, las bases deberán ser consultadas para “aprobar o rechazar cualquier tipo de pacto”.
El partido logró 69 escaños en la Cámara, pero 27 de ellos pertenecen a las listas de confluencia, lo que tiene consecuencias directas para los debates de investidura. Incluso si los 42 parlamentarios elegidos en la lista de Podemos accedieran a aparcar el referéndum o suavizaran su exigencia, alcanzando así un acuerdo con Sánchez, las confluencias se descolgarían y votarían en contra. Lo harían tanto si logran grupo propio —la decisión está en manos de la futura Mesa de la Cámara baja— como si no. Su postura bloqueará, por tanto, cualquier combinación de acuerdo con el
PSOE, que no está ni siquiera dispuesto a hablar de consulta y que, además, necesitaría el apoyo de IU y de ERC.
Grupo propio
El caso catalán es el más evidente. Ada Colau, que se volcó en la campaña electoral y se ha convertido en uno de los valores simbólicos de Podemos a escala nacional, aceptó promover En Comú Podem a cambio de dos condiciones: disponer de grupo parlamentario propio y plantear el referéndum como prioridad.
Domènech no dejó lugar a dudas. Insistió en que “el compromiso con la celebración de un referéndum” se mantiene, y aseguró que esa condición “no es menos importante” que el diálogo sobre medidas sociales, la lucha contra la corrupción o la derogación de la reforma del artículo 135 de la Constitución, introducida en 2011 por PP y PSOE para poner un corsé al gasto público.
El líder de la confluencia catalana pidió, además, apoyo al PSC para que reivindique una consulta ante el PSOE y minimizó la oposición a esa votación que los socialistas dejaron el lunes negro sobre blanco en la resolución de su comité federal. “Cualquier negociación [sobre alianzas]”, dijo, “tiene que pasar por hablar de los retos del país”, insistió. Al PSC Domènech le pidió que decida “si quiere ser el partido de los socialistas catalanes o de Susana Díaz”. Pese a redoblar la presión sobre los socialistas, el reto más inmediato de En Comú Podem —donde la plataforma de Colau y Podemos conviven con Esquerra Unida i Alternativa e ICV— es dar salida a su compromiso electoral de formar grupo parlamentario. Pese a haber conseguido un número suficiente de votos en cada provincia para ello, su intención puede chocar con el reglamento del Congreso, ya que la confluencia catalana de Podemos no compitió electoralmente con Podemos, que seguro tendrá grupo. Con todo, Domènech se mostró convencido de que sí lo conseguirán.
Mientras tanto, en Madrid los líderes de Podemos están centrados en la preparación de la llamada Ley 25 de emergencia social, una proposición de ley contra los desahucios, copago farmacéutico y cortes de luz y gas por falta de recursos con la que quieren estrenarse en el Congreso. La cúpula del partido hace equilibrios entre la exigencia del referéndum, que defendió durante la campaña del 20-D, y el programa social. En las próximas semanas, sus decisiones reflejarán sus prioridades.
Una reunión decisiva para fijar la política de alianzas
Podemos ha convocado para el domingo el Consejo Ciudadano Estatal quizá más decisivo desde que se constituyó como fuerza política organizada en noviembre de 2014. Sobre la mesa de la reunión, en la que participan la cúpula y los líderes territoriales de Podemos, figura el debate de la política de pactos, con el referéndum catalán como punto central, y la actividad parlamentaria en los próximos meses. La propuesta de la dirección defenderá como condiciones una batería de medidas sociales, el fin de las puertas giratorias en política y la consulta catalana.
El máximo órgano de dirección del partido entre asambleas se celebrará en clave exclusivamente interna. Es decir, no contará con la presencia de los representantes de En Comú Podem, Compromís o las Mareas, aunque Pablo Iglesias asegura que está en permanente contacto con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, Mònica Oltra, y con la gallega Yolanda Díaz.
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