TRASPLANTES
Alguien está mintiendo aquí. No es posible haber desmantelado el estado de bienestar y la sanidad pública española y batir el récord mundial de trasplantes de órganos. Algo falla. O las estadísticas internacionales o el mentiroso mensaje de una clase política -y sus terminales mediáticas- dedicada más a desprestigiar a su país que a defender el interés general del común de las personas. Vivimos unos tiempos en que las mentiras se instalan como verdades absolutas y nadie las desmonta. No voy a ser tan ingenuo, ni ciego, como para no afirmar que siempre hay camino por recorrer. Ahora bien, la imperfecta sociedad en la que nos movemos se ha instalado en un peligrosísimo ejercicio de egotismo infantiloide: alcanzamos niveles de prosperidad con los que nunca soñamos y seguimos poniendo todo en cuestión. ¿Cómo es posible combinar ese enfado permanente con la sanidad pública y al mismo tiempo ser el primer país del mundo en trasplantes en esos mismos hospitales? Dejo, como siempre, a la inteligencia del lector, el señalamiento del mentiroso.
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