29 de agosto de 2016
Del Junco: «La Inquisición española fue la más condescendiente de Europa»
El experto en Edad Media de la Universidad de Córdoba recuerda cómo en Francia y en Inglaterra se instauró mucho antes y se cobró más vidas
La Inquisición española fue la más condescendiente de todas las inquisiciones europeas por más que en el imaginario colectivo haya quedado otra imagen, ha dicho a Efe el profesor de la Universidad de Córdoba Francisco García del Junco, especialista en la Edad Media y arqueólogo.
«Hubo tribunales religiosos que actuaron con gran dureza en todos los países europeos, calvinistas, luteranos o católicos, pero se tiene la idea de que sólo funcionaron en España», ha señalado el historiador, quien ha recordado que si en España la Inquisición se fundó en 1478 en Francia existía desde 1184.
En el periodo de 1559 a 1566 fueron ajusticiadas por la Inquisición en España cien personas, en Francia doscientas y en Inglaterra trescientas, mientras que historiadores como Henry Charles Lea sostenía que las cárceles españolas de la Inquisición fueron las menos duras de Europa entre los siglos XV y XVII, ha puesto como ejemplos Del Junco.
En los archivos de la Inquisición, según el historiador, constan casos de delincuentes comunes que, para ser trasladados a una cárcel de la Inquisición, proferían blasfemias en la cárcel civil.
Del Junco ha señalado casos documentados de brujas derivadas a tribunales civiles porque la Inquisición española las consideraba «dignas de lástima» y «enfermas» por afirmar que tenían coyunda con el diablo y volaban en escobas, mientras que en el resto de Europa rara vez escapaban de la hoguera.
También ha señalado que Miguel Servet fue condenado a la hoguera por Calvino por disentir de una parte de su doctrina sobre la Santísima Trinidad, y ha escogido citas de jefes de otras iglesias europeas que dan prueba de su intransigencia y agresividad. Lutero dijo: «Si tuviera a todos los franciscanos católicos en una sola casa, le prendería fuego»; Calvino afirmó que «quien no quiere matar a los católicos es un traidor porque salva al lobo y deja indefensas a las ovejas», y John Knox, reformador de la iglesia escocesa, que «todo lo que los católicos hacen es diabólico».
En Inglaterra, durante el reinado de Isabel I «ser sacerdote católico estaba castigado con la muerte, el mismo castigo que se aplicaba a quienes les ayudaran, y la gente pagaba por asistir a esas ejecuciones», ha puesto también como ejemplo.
Sobre la expulsión de los judíos de España en 1492, Del Junco ha señalado que antes fueron expulsados de Francia, en 1182, y de Inglaterra, en 1290, y de Milán y de Parma, mientras que de Portugal y Baviera lo fueron después, y que los Reyes Católicos sufrieron la presión de los reinos europeos que consideraban que «en Castilla se protegía a los judíos».
El historiador ha abogado por acercarse al hecho histórico de la Inquisición no con una mentalidad de hoy sino teniendo en cuenta que se trataba de un tiempo en el que la violencia era considerada legítima en cualquier ámbito y que «sin unidad religiosa era difícil mantener una unidad política», de ahí, ha añadido, que se persiguiera a los judíos falsamente convertidos al cristianismo.
Sobre la persistencia de esa imagen negativa para España al cabo de los siglos, Del Junco ha señalado que «Holanda, Inglaterra y Francia hicieron un hábil uso de la imprenta contra España, que no supo defenderse», emitiendo grabados «inventados» en los que se mostraba a sacerdotes torturadores que han circulado con éxito hasta el siglo XIX, como una parte de la Leyenda Negra alentada contra España cuando fue primera potencia mundial, desde el XVI.
«De un tiempo a esta parte, los españoles no creen en nada positivo de su historia, y se ha producido una inercia que obliga a demostrar que las falsedades de entonces lo siguen siendo», según el historiador, para quien «mientras unos vocean sus aciertos, otros solo aireamos nuestros errores».
Los datos comparativos entre la Inquisición española y las europeas han sido incluidos por Del Junco en su libro «Eso no estaba en mi libro de Historia de España» (Almuzara), en el que cuenta hechos positivos como la que se considera la primera campaña sanitaria mundial de la historia, la que llevaron a cabo los médicos Xavier Balmis y José Salvany entre 1803 y 1814 suministrando 200.000 vacunas contra la viruela por todo el mundo.
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