19 de agosto de 2016
EL PAIS - EDITORIAL Gaza no es Hamás
Gaza
no es Hamás
El escándalo de la ONG que cedió fondos a Hamás no
puede justificar el hostigamiento de Netanyahu a estas organizaciones
Comerciantes palestinos de Gaza se manifiestan el pasado 15 de agosto
contra la suspensión de sus permisos para cruzar a Israel. MAHMUD HAMS AFP
El presunto desvío de 50 millones de
dólares que el responsable de finanzas en Gaza de una ONG entregó a la organización
Hamás daña de manera muy grave la labor que numerosas organizaciones realizan
en favor de la población de la Franja. World Vision es una institución que
lleva décadas trabajando en Cisjordania y Gaza, y en este último territorio
atiende a unos 40.000 niños. El caso, sin embargo, no puede dar alas a la
política de hostigamiento que el Gobierno de Benjamín Netanyahu está llevando a
cabo contra las ONG que asisten a la población palestina. La situación objetiva
en Gaza hace indispensable la ayuda humanitaria y organizaciones y voluntarios
de todo el mundo la hacen posible. Hostigarlos es seguir el juego de Hamás, a
quien le irá mejor cuanto peor sea la situación en Gaza.
Resulta imprescindible resaltar el papel
jugado por Hamás en este escándalo. La organización impone férreamente su ley
en Gaza desde 2007 cuando expulsó del territorio —del que previamente se había
retirado Israel completamente en 2005— a los representantes de la Autoridad
Palestina e impuso un Gobierno de carácter islamista que reprime con extrema
dureza la disidencia tanto política como social. Y no solo eso. Ninguna
organización que trabaja en Gaza puede hacerlo contra el criterio de Hamás, o,
simplemente, sin su permiso. Resulta evidente que la acusación contra un
empleado gazatí de World Vision es muy dañina; pero esto no debe quitar mérito
a quienes actúan por motivos humanitarios ayudando a una población civil
víctima de un enquistado conflicto que exige una solución.
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