17 de agosto de 2016
La deuda pública española crece y marca el nivel más alto desde 1909
La
deuda pública española crece y marca el nivel más alto desde 1909
Las administraciones acumulan pasivos por valor del
100,9% del PIB tras sumar en junio otros 18.549 millones de euros
Fachada de la sede del Banco de Españal EFE
La
deuda pública subió en junio en 18.549 millones,
alcanzando un total de 1,107 billones de euros, la mayor cantidad de la
historia en términos absolutos. En porcentaje de PIB, la ratio de endeudamiento
se situó en el 100,9%, una cifra récord que supera incluso el 100,5% anotado en marzo, cuando se situó por primera vez en más de un
siglo por
encima de la barrera del 100%. Desde el año 1909, cuando según consta en los
registros históricos la deuda tocó el 102% del PIB, no se registraba un nivel
más alto que este mes de junio.
Fuentes del Ministerio de Economía señalan
que hay que tener en cuenta la elevada estacionalidad del calendario de deuda,
que puede arrojar puntas y caídas en el saldo deudor debido a las diferencias
entre las fechas de emisiones y las de amortizaciones. Los principales
vencimientos tienen lugar en enero, abril, julio y octubre.
Una vez que se tienen en cuenta estos
factores, Economía insiste en que el crecimiento de la deuda mantiene su
trayectoria de desaceleración iniciada en 2013, de forma que se logrará cumplir
con el objetivo fijado en el programa de estabilidad del 99,1% a cierre de
2016. Es decir, se bajará este porcentaje por segundo año consecutivo gracias
sobre todo al crecimiento del PIB, que diluye el peso de la deuda.
Dudas de la Comisión
Sin embargo, la Comisión discrepa y no cree
que el Gobierno consiga bajar este año en tres centésimas la ratio de deuda.
Según sus previsiones, considera que el Reino de España acabará el ejercicio
con la deuda en el 100,3% del PIB. Aun así, Economía reitera que los costes
históricamente bajos hacen sostenible la deuda. O lo que es lo mismo, estos
pasivos en parte se sostienen por la intervención del BCE en los mercados, las
cuales han abaratado las rentabilidades de los títulos hasta mínimos nunca
conocidos, perforando incluso el suelo de los tipos a cero en las emisiones a
corto.
La deuda pública española mantiene una
imparable escalada desde 2009, a razón de unos 80.000 millones de euros más por
ejercicio. Ese año alcanzó el 52,7% del PIB, frente al 39,4% anotado tan sólo
un año antes. Y a partir de ahí continuó ganando puntos con enorme velocidad
hasta superar la barrera del 90% en 2013. Este año superó en marzo, por primera
vez en más de un siglo, la frontera del 100%. En abril volvió a relajarse por debajo de ese hito, pero en mayo y junio ha retomado con fuerza la senda alcista.
La serie del Banco de España da comienzo en
1994. Y sólo hay estadísticas recogidas por organismos oficiales desde 1964.
Sin embargo, historiadores especializados en economía como Francisco Comín han
realizado una labor de reconstrucción de la serie de endeudamiento de las
Administraciones desde 1850 y estiman que 1902 fue el último año en el que la
deuda rebasó el 100% del PIB. Hasta ahora.
A lo largo de la historia de España, la
reducción de deuda sobre PIB cuando rondaba cotas muy elevadas se ha podido
hacer por hasta cuatro vías: una, a fuerza de privatizaciones como hicieron los
Gobiernos de Felipe González y José María Aznar. Sólo que ahora queda bastante
poco que el Estado pueda poner a la venta. Dos, aumentando la deuda privada, lo
que elevaba el PIB y disminuía el peso de la deuda, tal y como ocurrió durante
los mandatos de Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, en estos
momentos la deuda privada es tan alta que no deja margen para esta opción.
La tercera vía consiste en imprimir
billetes y crear inflación, algo que ya no se puede hacer desde Madrid porque
ese poder se encuentra en Fráncfort, en manos del Banco Central Europeo. Y la
cuarta posibilidad es impagar la deuda como hizo por ejemplo Felipe II. Una
práctica que suele disparar los intereses a la hora de volver a endeudarse y
que tampoco depende del Gobierno de España en la medida en que pertenecemos al
club del euro. Ahí se ha impuesto la doctrina de Alemania, que para
reequilibrar las cuentas ha exigido una consolidación fiscal y una devaluación
interna que recobre la competitividad y permita, poco a poco, ir pagando las
deudas. Desde luego, un proceso que se antoja bastante más arduo y lento.
Durante los últimos doce meses, el conjunto
de pasivos de las Administraciones Públicas ha engordado en 50.0064 millones de
euros, un incremento anual del 4,7%. Por tipos de deuda, el Tesoro de España
debe 80.433 millones en valores a corto plazo; 823.891 millones en títulos a
medio y largo plazo y 202.963 millones en créditos no comerciales y resto.
De acuerdo con las cifras de Eurostat, España tiene el dudoso honor de ser el sexto país con más deuda pública en relación al PIB de
la Unión Europea, sólo superado por Grecia (176,3%), Italia (135,4%), Portugal
(128,9%), Chipre (109,3%) y Bélgica (109,2%).
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