El arzobispo de Toledo,
Braulio Rodríguez, ha aprovechado una misa para afirmar que la mayor parte de los casos de mujeres asesinadas ocurre porque sus parejas o exparejas "no las aceptan" o las "rechazan por no aceptar tal vez sus imposiciones".
El religioso ha abundado en el tema y ha asegurado que "frecuentemente la reacción machista tiene su origen en que ella ha pedido la separación", según recogen medios regionales como PeriódicoCLM.El prelado ha comentado que "el problema serio radica en que en esas parejas no ha habido verdadero matrimonio". "Dejémonos ya de las zarandajas que
la ideología de género enturbia", ha añadido.
"Cuando digo que no hay verdadero matrimonio, no estoy pensando sólo en el matrimonio canónico; también en el civil. No pienso en otro de tipo de uniones afectivas, donde casi lo único que les une es lo físico, lo genital y poco más", ha agregado.
El prelado hizo estas declaraciones, recogidas por
el boletín Padre Nuestro de su archidiócesis, durante la homilía celebrada el pasado el 27 de diciembre en la catedral toledana. Durante la intervención comentó que "el vínculo matrimonial y familiar es algo serio, y lo es para todos, no sólo para los creyentes", dijo Rodríguez.
Después se preguntó si no son motivo de preocupación "las familias que por doquier se rompen y, además, en continuo crecimiento". Declaró que a él le preocupan "mucho", desmarcándose de los "responsables políticos y sociales" a los que, según él, "no les preocupa tanto el dato, cuando con tanto ahínco han luchado para que se implante el llamado divorcio exprés".
Manifestaciones y leyes
"Pero sí están preocupados por los asesinatos violentos, masivamente cometidos por varones contra mujeres", criticó. "A mí también me preocupan esos asesinatos", añadió, "pero no me parece que se los deba denominar simplemente violencia de género".
Acto seguido, según recoge el boletín archidiocesano, Rodríguez manifestó su pena porque "casi lo único que hace nuestra sociedad y, en ella, nuestras autoridades, es manifestarse y declarar que hay que endurecer las leyes y la prevención contra estos asesinos". El arzobispo comentó que estas medidas le parecen bien, pero que cuando ha aparecido cómo tratar este problema en los programas electorales de los partidos se queda "asombrado". "¡Tan poco conocemos al ser humano, hombre y mujer!", exclamó.
Así, expresó su suspicacia sobre
las leyes como herramienta para luchar contra la lacra de la violencia machista: "Por muy buenas leyes que existan o salgan de nuestros parlamentos, el ser humano es interioridad y poco se puede hacer si no se cambia por dentro". A continuación, recurrió a otra pregunta retórica para plantear si "las leyes positivas pueden sin más cambiar ese corazón". Y se respondió a sí mismo: "Sinceramente no lo creo; a lo más cohibirán a algunos en sus propósitos asesinos".
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