30 de enero de 2016
Trumpismo, putinismo y electricidad
Apuntes de Destaque
Internacional: una visión “políticamente incorrecta” desde América del Sur.
Trumpismo, putinismo y
electricidad
Editor. Gonzalo Guimaraens –
29/01/16
Visto desde América del Sur,
el proceso preelectoral que vive los Estados Unidos, que desembocará en pocas
semanas en la elección de los candidatos presidenciales de cada partido, causa
expectativa y preocupación.
La expectativa se debe a la
natural influencia que los Estados Unidos continúan teniendo en la región: un
estornudo de esa gran nación puede repercutir política y económicamente en toda
la vasta región al sur del Río Grande.
La preocupación viene, por un
lado, del hecho de que, como de costumbre, los candidatos con más posibilidades
de ser electos no demuestran casi interés por América del Sur, a la que
continúan considerando despreciativamente e injustamente como un quintal y no
como un péndulo decisivo para los propios intereses de los Estados Unidos. Y,
por otro lado, por una especie de onda magnética de vibraciones eléctricas que
rodea, protege e impulsa al candidato Donald Trump, apoyado de una manera
difícil de comprender por sectores expresivos del centro y la derecha
republicana.
Como han mostrado diversos
especialistas imparciales y, como se sabe en los Estados Unidos, el candidato
Trump, en materia ideológica y de asuntos morales, tiene un pasado y un
presente lleno de contradicciones, de las cuales salen perdiendo los principios
de propiedad privada, la libre iniciativa, la familia y la protección de los
que están por nacer. Ayer dijo una cosa, hoy dice lo contrario, y no se sabe
qué es lo que dirá mañana. Para no hablar de sus actitudes excéntricas y hasta
con visos ridículos.
Esa constatación de las
contradicciones del candidato Trump bastaría para descalificar a un candidato
ante el público del centro y de la derecha del más simple de los países
latinoamericanos.
Pero ese mecanismo de análisis
objetivo elemental parece no funcionar en este momento con relación al
candidato Trump, precisamente en un país que se precia de ser racional y
sensato.
No tenemos una explicación
para ese fenómeno de electricidad colectiva y, menos aún, tenemos una solución
para el problema.
Pero sí tenemos el derecho, en
cuanto analistas internacionales, de constatar la existencia de esa
contradicción en el seno del centro y la derecha de los Estados Unidos, y de
identificar ese sui generis imán psicomagnético que parece ser el instrumento
principal de atracción del candidato Trump.
Si se quisiera ir más lejos,
pero no es el caso de este editorial, podrían analizarse las carreras políticas
de Putin, en Rusia y de Le Pen en Francia, ambas marcadas por una electricidad
tal vez similar.
Nuestra intención es la de
colaborar, en nuestra condición de simples analistas de la realidad internacional,
para levantar el tema de esos fenómenos psicomagnéticos y, eventualmente,
promover un sano debate.
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