La propuesta, que considera que esta sería una solución “justa, duradera y global para poner fin a la ocupación israelí”, fue entregada formalmente a los 15 Estados miembro del Consejo de Seguridad. El procedimiento establece que podría ser votada en 24 horas, pero las negociaciones sobre el texto pueden llevar días o semanas.
El proyecto de resolución afirma que
un acuerdo de paz debe establecerse sobre las fronteras de 1967, con Jerusalén como capital compartida de los dos Estados. Asimismo, insta a las partes a abstenerse de “cualquier acción unilateral e ilegal, incluidos los asentamientos, que podría socavar la viabilidad de la solución de los dos Estados”. Israel acepta la existencia de un Estado palestino, pero no sobre la base de las fronteras de 1967.
Para que una resolución sea adoptada son necesarios nueve votos. En ese caso, Estados Unidos podría ejercer su derecho de veto a la propuesta palestina, tal y como ha advertido en los últimos días. Para evitar una situación semejante, Francia, Reino Unido y Alemania están trabajando en un texto alternativo que no establezca plazos temporales para una retirada de Israel de los territorios ocupados, pero sí permita la vuelta al proceso de paz.
La última ronda de negociaciones entre Israel y Palestina, auspiciada por EE UU, se frustró en abril.
El texto presentado por los palestinos está suavizado con respecto al que hicieron circular en octubre, después de que el presidente
Mahmud Abbas dijera en la Asamblea de Naciones Unidas que había llegado el momento de una vía rápida para el Estado palestino. En él se fijaba noviembre de 2016 como fecha tope para “la total retirada de Israel del territorio ocupado desde 1967”, incluidas Cisjordania y Jerusalén este.
Un texto semejante nunca habría sido aprobado por Estados Unidos, que no quiere que una resolución con fechas precisas ate las manos de los negociadores ni interfiera en las elecciones israelíes del próximo mes de marzo de 2015.
Ante el bloqueo del proceso de paz, los palestinos emprendieron una ofensiva diplomática
El representante palestino ante la ONU, Riyad Mansur, declaró que la propuesta está abierta a negociación. Pese a que Palestina quería una votación rápida, los países árabes le han aconsejado suavizar su postura y abrirse a una negociación para una texto asumible por Estados Unidos.
Su principal argumento para evitar una resolución que obligara a Washington a ejercer su derecho de veto fue evitar dar argumentos a los partidos más extremistas que concurren en las elecciones israelíes. Estados Unidos, además, teme que su veto podría deteriorar su alianza con los países árabes para combatir a los
terroristas del Estado Islámico.
En sus intervenciones púbicas de estos días en Europa, Kerry ha apostado siempre por la precaución y por evitar movimientos unilaterales. El secretario de Estado consideró “imperativo” rebajar la tensión. “Todos tenemos un sentimiento de urgencia en este tema, pero también hemos de ser muy conscientes de que hemos de calibrar con mucho cuidado cualquier movimiento en un momento tan complicado para la región”, dijo Kerry en Londres.
"Entendemos la frustración de los palestinos, de la Autoridad Palestina y del presidente Abbas, así como de aquellos que presionan porque no ven otro camino", añadió.
Kerry señaló que en sus conversaciones con representantes árabes y europeos no discutió aspectos concretos de una posible resolución aceptable para EE UU. Al respecto se limitó a decir que Washington considera que “nadie debe interferir o hacer algo que pueda ser percibido como una interferencia en el proceso electoral”.
EE UU no quiere que una resolución con fechas precisas ate las manos de los negociadores
Desde
la guerra de 50 días del pasado verano en Gaza, las tensiones han aumentado entre Israel y Palestina, con víctimas en ambos bandos. Ante el bloqueo del proceso de paz, los palestinos decidieron emprender una ofensiva diplomática, cuyo primer fruto es la resolución presentada este miércoles por Jordania.
El negociador palestino Saeb Erekat advirtió esta semana en Londres, antes de reunirse con Kerry, que si Estados Unidos bloqueaba su iniciativa, bien porque ejercía su derecho de veto o bien porque impedía que Palestina obtuviera los nueve votos necesarios,
Palestina tramitaría su adhesión a organismos internacionales como el Tribunal Penal Internacional, lo que le permitiría acusar a Israel de crímenes de guerra. EE UU se opone a una decisión semejante por considerar que hundiría aún más el proceso de paz.
Riyad Mansur, enviado especial palestino ante la ONU, advirtió esta semana a la comunidad internacional de que no se podía ignorar por más tiempo la cuestión palestina. “Si no tenemos éxito, seguiremos adelante. Nuestro problema no se va a evaporar. Entraremos en otra fase”. En relación con una posible integración en el Tribunal Penal Internacional, Mansur dijo: “Hoy estamos más preparados para defender una causa en la arena internacional que antes”.
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