Los partidos mayoritarios comparten, con matices,
el diagnóstico sobre la situación de España que el Rey Felipe VI trazó en su
primer discurso de Nochebuena. Partido Popular, PSOE, CiU, y hasta Podemos, la emergente formación de Pablo Iglesias, aplaudieron —con diferente entusiasmo— la radiografía del país que trazó el Monarca en su primera intervención televisada por Navidad. Aunque las diferentes siglas discrepan radicalmente en las recetas para acometer la “regeneración democrática” reivindicada por el Rey y poner remedio a la actual crisis económica, social y política y al desencanto ciudadano que evidencian las encuestas.
Las valoraciones
- El PP vio en el primer mensaje navideño de Felipe VI a “un rey pegado a la calle” que intenta “ponerlo muy difícil a quienes quieren servirse de cargos públicos”.
- El PSOE aludió a una “correcta descripción de los problemas” por parte del Monarca. Los socialistas, igual que el presidente canario, Paulino Rivero, aseguran que el discurso enmienda la tesis de la recuperación económica que esgrime el Gobierno.
- El presidente catalán saludó el “reconocimiento del problema de Cataluña” pero pidió “respeto” a la hora de abordarlo.
- IU, el partido más crítico, calificó de “decepcionante y continuista” el mensaje.
El Partido Popular, por boca de
su portavoz Carlos Floriano, vio un Rey “pegado a la calle”, que “conoce perfectamente los problemas que tienen los españoles y sus retos como sociedad”. Y subrayó la apuesta en el discurso por “la vigencia de los valores constitucionales en lo que se refiere al reconocimiento de la pluralidad y al reconocimiento de la unidad de España”, en un momento en que tanto el PSOE como la mayoría de partidos nacionalistas apuestan por una reforma de la Ley Fundamental.
Los socialistas, por su parte, valoraron la “correcta descripción de los problemas” de España que hizo el Monarca e interpretaron su alusión “a lo mal que lo están pasando muchos ciudadanos” como una enmienda “a los que opinan que la crisis es una cuestión del pasado y que estas Navidades son las de la recuperación”, una alusión obvia a las palabras pronunciadas a principios de diciembre por el presidente, Mariano Rajoy.
Al respaldo habitual que la Corona cosecha de PP y PSOE en este tipo de intervenciones que son supervisadas por el Gobierno, se sumó ayer
el “agradecimiento” del presidente catalán, Artur Mas, a Felipe VI por “admitir que hay un problema en la relación Cataluña-España”. “Reconocer un problema es la primera condición para tratar de resolverlo, lo cual pasa por tratar a Cataluña con el respeto que se merece y por permitirle a sus ciudadanos decidir su futuro, que es el fondo del asunto”, dijo Mas, quien aseguró que hoy “ese respeto que debe haber entre naciones no existe porque cualquier intento por parte de Cataluña de ejercer sus derechos no es aceptado por el Estado”.
IU, el más crítico con el Rey: “continuista y decepcionante”
En la otra pata de la coalición que manda en Cataluña, el líder de Unió Democrática, Josep Antoni Duran, interpretó las palabras de Felipe VI como una invitación al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a abandonar el “inmovilismo” y a “dialogar para buscar una solución política a la situación en Cataluña”. UPyD también aplaudió la intervención como “reconfortante y acertada”.
Podemos, el partido que lidera Pablo Iglesias y al que
algunas encuestas sitúan como primera o segunda fuerza en intención de voto, también distinguió aspectos positivos en el mensaje del monarca. “Comparto aspectos del diagnóstico del jefe del Estado pero se equivoca si piensa que los responsables de la crisis nos sacarán de ella”, aseguró en Twitter su secretario general, Pablo Iglesias.
Pablo Iglesias: "Se equivoca si cree que nos sacarán de la crisis quienes la han generado"
En declaraciones a Efe, la responsable de Movimientos Sociales de la formación, Irene Montero, fue más allá y calificó como “buen análisis” el que trazó Felipe VI, aunque le reprochó “que no haya tenido la valentía” de decir que es el pueblo el que puede hacer las cosas de otra manera. Montero añadió de su cosecha que “el cambio inevitable no pasa por confiar en lo viejo”. “El Rey apelaba a la ilusión pero con ilusión no se acaba con el paro ni con la corrupción”, explicó la dirigente de Podemos.
Las críticas más aceradas al mensaje real llegaron desde Izquierda Unida. Su coordinador general, Cayo Lara, lamentó una intervención “decepcionante, continuista y contradictoria”. “No se puede hablar de corrupción, paro y situación en Cataluña, cuando se obvia la necesaria independencia judicial, se asume la propaganda triunfalista del Gobierno y se oculta la vulneración de una Constitución agotada”, se quejó Lara. Desde el PNV, su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, censuró que la única nación que se mencionó fuera la española. Un argumento similar al esgrimido por Amaiur y BNG.
Interpretaciones opuestas para un único discurso
El primer mensaje navideño de Felipe VI lo interpretaron los partidos del mismo modo que venían valorando las intervenciones televisadas de Nochebuena de su antecesor, Juan Carlos I. Las diferentes siglas acomodaron el discurso real a sus intereses para utilizarlo en su batalla partidista, en vísperas de un año electoral Hasta el punto de que algunas formaciones sacaron conclusiones opuestas de la intervención de Felipe VI.
Para el PSOE, “en un tiempo de recortes de derechos sociales, educación y sanidad, es importante que el Rey manifieste que uno de los principales retos de nuestro país es garantizar el Estado de bienestar como elemento fundamental para garantizar la cohesión social de España”. El Partido Popular en cambio, sotiene que esa frase traduce el empeño del Gobierno por que la salida de la crisis repercuta “en la creación de empleo, así como en la sostenibilidad y estabilidad de nuestro Estado de bienestar”.
Según la lectura del BNG, el Monarca ha aplaudido con su intervención televisada “los recortes sociales” del Gobierno de Rajoy. El presidente canario, Paulino Rivero, aseguró sin embargo que el mensaje real “rebajó la irresponsable euforia económica del PP que ha dado por finalizada la crisis, cuando la realidad lo desmiente”.
Rivero, igual que hizo Artur Mas, también aprovechó el día de Navidad para analizar el debut navideño de Felipe VI. Y echó de menos que las alusiones a Cataluña —“oportunas pero insuficientes”— no fueran acompañadas de referencias a otras autonomías, porque, según él, los problemas territoriales de España no se agotan en Cataluña.
El presidente canario defendió “la necesidad de poner al día el marco de convivencia y de relaciones de los distintos territorios del Reino de España con la Constitución sobre la mesa”, evidenciando que el archipiélago también tiene cosas que decir en decir en ese debate.
El dirigente dio la bienvenida a un lenguaje “más directo” que el del rey Juan Carlos I y que “denota una voluntad de mirar de frente a la realidad”. “Queda saber si quienes deben tomar nota en el ámbito de las instituciones y los partidos en el conjunto del Estado pasarán de las palabras a los hechos respecto a la regeneración democrática, la crisis económica”, insistió el dirigente canario, partidario de una reforma constitucional.
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