Atendiendo a sus últimas andanzas, Enrique Cerezo (Madrid, 1948) podría ser el ministro ideal de Cultura y Deportes. Preside el Atlético de Madrid, el equipo de moda en Europa, que la temporada pasada le ganó la Liga día a día a dos gigantes como el Madrid y el Barça, que quintuplican su presupuesto. Y encima llegó a la final de la Champions por segunda vez en la historia del club. Además, es el propietario de unas 6.000 películas y está en todos los fregados del cine español. Su última gran producción ha sido Las brujas de Zugarramurdi, de Alex de la Iglesia.
Pregunta. ¿Para cuándo un ministerio?
Respuesta. Dios quiera que no. La verdad es que ser ministro es una gran faena. Y máxime con los tiempos que corren. Pero como hay gente para todo, siempre tiene que haber uno.
P. ¿Cuáles serían sus primeras medidas?
R. No lo sé, pero la verdad es que la cultura en nuestro país no está lo suficientemente atendida.
P. Estará [enfadado] con lo del IVA...
R. Ha sido muy duro para la industria. Pero lo más duro es que estamos tramitando una Ley de Propiedad Intelectual que nos deja peor que hace 20 años.
P. ¿Hay mucho pirata en España?
R. Si no es la campeona, es como el Atleti, la subcampeona del mundo.
P. ¿Somos muy chorizos?
R. Es un tema de costumbres. Ahora todo lo queremos gratis. En el fútbol la gente tiene afición y llena los estadios, pero por ordenador también hay 50 webs para no pagar la televisión.
P. ¿Es supersticioso?
R. Repito siempre un traje o una corbata [para ir al campo]. Este año he tenido suerte: con uno sólo hemos perdido cuatro partidos.
P. ¿Cómo titularía una película sobre esta temporada del Atleti?
R. Un equipo para la eternidad. [Ríe]
P. ¿Y qué género sería?
R. Un thriller. Porque estar todos los domingos ahí pendientes del resultado, poco a poco… El fútbol es muy complicado.
P. Si la rodaran está claro que no tendría 93 minutos, ¿no?
R. No, no… ¡Ojalá tuviera menos! Las películas son de 90 o de 110. Hay alguna de 93… En fin, fue una faena. Tanto en la primera final contra el Bayern como en esta contra el Real Madrid el tiempo ha sido fundamental.
P. ¿Piensa mucho en ese minuto?
R. No me torturo con eso. El fútbol es suerte y en ese momento no la tuvimos. Y ahí se fueron todas nuestras ilusiones.
P. ¿Qué pensó cuando vio a Cristiano Ronaldo quitarse la camiseta y hacer el numerito tras marcar el 4-1?
R. Yo no lo hubiera hecho, pero tampoco me aterra. Así expresaba su alegría, aunque sobraba en ese momento.
P. ¿De cuántas películas es dueño?
R. De 6.000 o 7.000. Y las he visto casi todas. El cine es muy entretenido, ¿sabes? A veces para olvidar o pasar un buen rato durante, pongamos, 93 minutos, de una manera simpática, es fantástico. Lo he visto casi todo, aunque ahora no voy tanto.
La película sobre esta temporada se titularía ‘Un equipo para la eternidad’
P. Qué es más difícil de gestionar, ¿las estrellas del fútbol o las del cine?
R. Un rodaje dura dos o tres meses, y un vestuario tienes que estar toda una temporada larga con ellos, con todos los problemas de nervios. Un vestuario es más complicado. El éxito es que se lleven bien y que tengan todos el mismo espíritu: ganar.
P. ¿Usted prefería el fútbol o el cine cuando era pequeño?
R. Era más fácil ir al cine. Aunque nací en Madrid, toda la infancia la pasé en Segovia. Y el cine es mi negocio, de lo que vivo. El fútbol es una parte teóricamente menos importante.
P. Florentino, Rosell, Laporta, Del Nido… ¿Quién es mejor para irse de cañas?
R. Me llevo bien con todos…
P. A alguno echará más de menos que a otros.
R. Con quien me he llevado muy bien, me he divertido y ha sido un buen amigo y un gran presidente es con Jesús Gil.
P. Buen personaje.
R. En los 17 años que fui vicepresidente con él no tuve ni una sola discusión, ni una mala mirada, ni un problema. Nunca.
P. Desde fuera no tenía esa imagen.
R. A lo mejor se la crearon o la creó él. Pero era un tío simpático, agradable, divertido… Miraba por su negocio, ¿me entiendes? Era entrañable, aunque esa imagen no tenía nada que ver con él. Disfrutaba viendo ganar al equipo. Y luego en cualquier tertulia era una persona muy amena y muy divertida. Y esa es la pura realidad. Tenía, como tú y como yo, sus enemigos.
P. Creo que se divertía mucho también con Laporta.
R. Laporta es un tío muy divertido, muy simpático. Y además, un gran presidente. Consiguió que el Barça fuera el mejor equipo del mundo con mucha diferencia sobre los demás. En España era casi imposible ganarle. Claro, también tuvo la suerte de tener a una generación increíble y todavía joven.
P. ¿Por qué el Atleti es diferente?
P. Por los jugadores, la afición… y luego porque, estando siempre en la élite, sabe perder y ganar. Y eso hoy en día no es tan común. Nosotros somos felices ganando y no nos volvemos locos cuando perdemos.
P. Y esa afición tan especial…
R. Los padres enseñan a los hijos, los amigos a otros amigos.
P. Ustedes han sido los Podemos del fútbol. Se han cargado el bipartidismo.
He nacido para tener buen pelo. Los calvos están siempre cabreados
R. Somos el Atlético de Madrid. Estamos catalizando a una serie de personas importantes para que tengamos éxito.
P. Para éxito el suyo colocándole el edificio de Plaza España a misterWang.
R. Estábamos en una cena con él y surgió esa idea. No me dedico a la construcción ni soy intermediario. Pero le dije que creía que era el mejor edificio.
P. A ver si ahora se embala y se compra el Atleti también.
R. No, no creo. Es muy difícil vender un equipo de fútbol español a un extranjero. La mentalidad de la afición española es muy complicada. En Inglaterra funciona, aquí chocan enseguida. La afición se identifica con gestores españoles.
P. Dicen que se cuida mucho.
R. Como poco y hago gimnasia tres veces a la semana.
P. ¿Y en las comidas de directivas qué hace? ¿Pide pescado a la plancha?
R. Esas comidas de hermandad son una de las cosas bonitas del fútbol. Me encantan. Pero bueno, picoteo.
P. Y ese pelo con onda magnífica. ¿Cuál es el secreto?
R. [Risas] Será que me lo lavo todos los días. Eso es como el que nace alto o el que nace para ser boxeador.
P. ¿Usted nació para tener un buen pelo?
R. Pues la verdad es que sí. A veces pienso: “Si no tuviera pelo no sería ningún problema”. Pero hablas con los calvos y están cabreados todo el día.
P. Habrá sido el secreto de su éxito con las mujeres.
R. [Risas] No, en mi vida he tenido muy poco tiempo para las mujeres. He estado siempre trabajando.
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