21 de julio de 2014
“¡Decano, mamarracho, alquila tu despacho!”
EL PAIS - PILAR ÁLVAREZ Madrid 18 JUL 2014 - 15:09 CEST648
Unas 70 personas perfectamente alineadas ocupaban este viernes por la mañana el acceso a la Facultad de Geografia e Historia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). En los carteles y en los cánticos - que también repetían en perfecto orden- quedaba clara su misión: "Reapertura de la capilla". Uno de los organizadores,vestido con un polo promocional de la plataforma Hazteoir.org, capitanea los gritos de protesta. "¡Decano, mamarracho, alquila tu despacho!", dice.
En el interior de la facultad, cerrada con llave desde el lunes, la capilla que ha motivado una oleada de protestas y que ha provocado que se vuelvan a tensar las relaciones entre el campus y el Arzobispado de Madrid a cuenta del destino de los ocho oratorios que alberga la Complutense. La UCM es la universidad pública española con más oratorios junto con la Politécnica de Madrid).
A finales de 2013, la universidad madrileña denunció el convenio que mantenía desde 1993 con el Arzobispado para dar cobertura a las capillas, cuya pervivencia salta de forma periódica a la luz pública como muestra del debate no resuelto entre la presencia de símbolos religiosos en instituciones públicas y laicas. La última intención del Rectorado, que pretende cerrar las capillas o convertirlas en centros multiconfesionales, es cobrar alquiler a la Iglesia en caso de no llegar a un acuerdo para que abandonen las facultades.
Durante cinco días de protesta por el traslado de la capilla de la Facultad de Geografía e Historia, los ánimos se han mantenido calmados en el campus. Pero las redes sociales bullen en todos los sentidos. El rector, José Carrillo, asegura que ha recibido insultos y amenazas en su correo electrónico y cita también tuits agresivos contra la institución. "Las cosas se han sacado de quicio. Es absurdo", señala.
Una gran parte de los manifestantes que aguardan delante de Geografía supera la edad de jubilación pero gritan a favor de los estudiantes que llevan acampados desde el lunes, cuando el Decanato cerró la capilla para su traslado. Se han ofrecido varias ubicaciones - desde un aula sin ventanas a otra en la primera planta del doble de superficie. Según el rector, José Carrillo, los representantes del Arzobispado y de la Pastoral Universitaria "ni siquiera las han visto". Hace cuatro años, en 2010, la Junta de Facultad aprobó el traslado de este oratorio argumentando problemas de espacio. En junio se le comunicó al Arzobispado y la intención es que la capilla se transforme en aula antes de que arranque de nuevo el curso en septiembre. Pero las protestas, las misas y las vigilias están complicando el inicio de las obras.
"El decano se ha metido en un lío fenomenal y no va a salir de ese lío", dice megáfono en mano Miguel Vidal, portavoz de maslibres.org. Entre las distintas plataformas ultrarreligiosas han recabado más de 20.000 firmas electrónicas contra el traslado. "Gracias por frenar este ataque a la libertad religiosa", proclama.
Ignacio Arsuaga, de Hazteoir.org, da las gracias a los estudiantes que duermen al raso frente al edificio desde el lunes. Pero los alumnos, una decena provenientes de la facultad y del campus privado CEU San Pablo, se desmarcan de su protesta."No tienen nada que ver con nosotros", dice María Fernández, de Arqueología.
Mientras los acampados bajan a la planta donde está la capilla cerrada a rezar, ella y el resto de estudiantes se marchan del lugar con sus sacos de dormir. Asegura que no quiere enfrentamientos. "Yo no les juzgo, ellos tienen sus motivaciones políticas, pero nos dan mala imagen", añade la chica. Josué Gayán, alumno de UNED, añade: "Si ocurre algo, perjudicará la negociación".
Entre los congregados, algunos se quedan rezando el rosario. Han celebrado misa diaria desde el lunes. Quieren mantenerlas también en los próximos días. Los manifestantes se dirigen escaleras arriba hacia el despacho del decano, Luis Enrique Otero, seguidos por los periodistas y los cámaras de televisión. Se quedan frente a la puerta.
El vicerrector de Organización, Francisco Javier Montero, aguarda con los vigilantes de seguridad sin decir ni palabra. Les escucha mientras protestan por la "persecución" a los cristianos. "He venido porque me preocupa la seguridad del recinto con todas estas movilizaciones", explicará luego. Le entregan todos los carteles. "Dígale a Carrillo que es como su padre", le pide un anciano en referencia al rector y a su progenitor, Santiago Carrillo, histórico dirigente del partido comunista. El vicerrector asiente y dobla las pancartas. Hay misa convocada a las seis de la tarde.
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