29 de julio de 2013

La medicina que pisa fuerte en el mundo tiene nombre español

SOCIEDAD

La medicina que pisa fuerte en el mundo tiene nombre español

ABC - Día 14/06/2013 - 13.10h

Los mejores centros y profesionales dan forma a una Sanidad envidiable

No hay país que no desee contratar a un médico formado en España. Ni ciudadano europeo o americano que sienta algún reparo en recibir tratamiento en nuestro país. Y, probablemente, también resultará difícil hallar algún gobierno que no mire con envidia el sistema sanitario que se forjó durante la Democracia. Entre ellos, Estados Unidos, que ha encontrado en la Sanidad española, el espejo en el que le gustaría mirarse. Su primer paso ha sido fichar a Rafael Bengoa, el ex consejero de Sanidad del País Vasco, para ayudarle a diseñar su anunciada reforma sanitaria.
La Sanidad española se sitúa entre las mejores del mundo, tanto por su eficiencia como por su calidad. No son adulaciones vacías. Lo dicen numerosos estudios que escudriñan cada uno de los indicadores, entre ellos el último estudio de la OCDE de Salud de 2012.
En tiempos de crisis, se mantiene a la vanguardia de los países de nuestro entorno, con un amplio catálogo de medicamentos con financiación pública y sin ninguna fórmula de copago por asistencia sanitaria, una rareza en Europa que solo compartimos con Dinamarca y Reino Unido.

Los profesionales, la base

La estructura es buena, pero la base de este pilar del Estado del Bienestar son sus profesionales. No hay enfermedad, por compleja que sea, que no tenga tratamiento en el sistema sanitario, ya sea público o privado. Los trasplantes más pioneros tienen nombre español, como las técnicas que recuperan la visión a los ojos enfermos o las cirugías con la mínima incisión. Y, en la trinchera de los hospitales, médicos y personal de Enfermería han cincelado día a día una reputación que ya forma parte de la «marca España». Cardiólogos, ginecólogos, cirujanos, oncólogos... son referencia en Europa. Lo hacen a nivel clínico, con intervenciones pioneras, y con investigación clínica a la vanguardia, la que llega directamente a los enfermos.
El último ejemplo de sus progresos en investigación médica es ASCO, el mayor congreso de cáncer del mundo, que acaba de finalizar en Estados Unidos. Allí, la oncología española ha demostrado su lugar en el mundo. No tiene nada que envidiar a la europea y se codea con la estadounidense. Entre los estudios presentados más importantes no han faltado trabajos de oncólogos españoles que dejan sin sentido la pregunta que hace años se hacía a nuestros médicos: «¿Para sobrevivir al cáncer hay que tratarse en Estados Unidos?». La respuesta hoy más que nunca es negativa. Son los centros estadounidenses los que están fichando a algunos de nuestros mejores profesionales.
La sanidad pública española ha sido durante años cantera de talentomédico y científico, lo que le ha permitido jugar siempre en la primera línea de la medicina internacional. Primeras espadas como el oncólogoJosep Maria Baselga, actualmente director médico del Sloan Kettering Center de Nueva York, o Joan Massagué, una de las máximas autoridades en metástasis y director del programa de biología del cáncer y genética del prestigioso centro estadounidense, son solo algunos de los embajadores del talento que ha emergido de nuestro país. A sus 55 años, este oncólogo catalán, que tejió su reputación en el Hospital Valle de Hebrón de Barcelona, uno de los centros sanitarios públicos españoles de referencia, dirige desde enero a un equipo de 800 facultativos que atienden a 123.000 pacientes al año.

Referentes mundiales

Aunque no ha renunciado a sus vínculos con dos grandes centros médicos españoles, con los que mantiene una relación que trasciende lo profesional: los hospitales Quirón y Valle de Hebrón de Barcelona. En este último, creó un Instituto, el VHIO (Valle de Hebrón Instituto de Oncología), que se ha convertido en pocos años en un referente internacional. Massagué, reconocido como una de las máximas autoridades en cáncer en el mundo, también mantiene un estrecho contacto con la comunidad científica española, pese a que ha desarrollado gran parte de su carrera en EE. UU. Colabora con el Instituto de Recerca Biomédica de Barcelona (IRB), del que es director adjunto.
El cardiólogo Valentín Fuster, referente mundial en su especialidad y también afincado en Nueva York, o el epidemiólogo Pedro Alonso, líder en la investigación de la vacuna contra la malaria, son más ejemplos del fruto que ha dado la ciencia y la medicina «made in Spain». El primero, que arrancó su formación en la Universidad de Barcelona (UB) y durante años ejerció la cardiología en el Hospital Clínic de Barcelona, atesora los máximos galardones internacionales concedidos a su especialidad. Actualmente, Fuster compagina sus funciones como Director General del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) de Madrid, Director del Instituto Cardiovascular y «Physician-in-Chief» del Mount Sinai Medical Center de Nueva York.
También Alonso mantiene con España un contacto emocional y profesional permanente pese a sus prolongadas estancias en África. Así, no deja de estar constantemente conectado con Barcelona; es director del Centro de Investigación en Salud Internacional (CRESIB) del Hospital Clínico de Barcelona. Entre otras cosas, Pedro Alonso ha conseguido desarrollar y probar con éxito, entre la población infantil, la vacuna RTS, S/ASO2A, que probablemente se será la primera vacuna eficaz contra la malaria.

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