Refrigerar a Franco no es ilegal. Así lo ha considerado la juez Rocío Nieto Centeno, que ha desestimado la demanda de la Fundación Franco contra Eugenio Merino por su obra A
lways Franco, que muestra al dictador
dentro de una nevera de Coca-Cola. Pero la Fundación Franco no piensa parar aquí. "Recurriremos la sentencia a la Audiencia Provincial", ha anunciado Jaime Alonso, vicepresidente de la fundación, que ha declarado "que se esperaba la sentencia" pero sigue firme en su idea "de llegar al Supremo" si es necesario con su demanda, en la que piden una indemnización de 18.000 euros contra el escultor por dañar el honor del dictador.
Eugenio Merino desearía que todo llegara a su fin, aunque se ha declarado satisfecho con la victoria en el juicio. "La verdad es que me gustaría pasar página sobre esto, porque lo único que está causando es que se de publicidad a esta organización, que es lo que busca", ha afirmado el artista, en una acusación idéntica a la que esgrime contra él Francisco Franco. "Pero afrontaremos el proceso con mucha positividad".
Todo comenzó en la edición 2012 de Arco. Allí Merino exhibió
Always Franco, una obra con la que, según sus palabras
en declaraciones a la Ser, quería reflejar que la imagen del dictador está "congelada" en el cerebro de los españoles. Inmediatamente, la Fundación Franco presentó una demanda que fue aceptada por el juzgado de Primera Instancia número 26 de Plaza de Castilla. El juicio se celebró el pasado jueves, con
la recomendación de la fiscal de que se desestimara el caso.
Pero las demandas de la Fundación Franco podrían ir más allá de Eugenio Merino. Antes de que acabe el mes, la directiva de esta sociedad se reunirá para decidir si amplía su demanda a todos los creadores que expusieron
en las jornadas de apoyo a Merino bajo la
Plataforma Artistas Antifascistas que se celebraron en un local de Vallecas del cinco al siete de julio y en la que se ironizó con la figura de Franco. La decisión definitiva la tomarán en otoño, pero esta sentencia de la juez Nieto será recurrida por la organización antes de que acabe el plazo establecido legalmente, de 20 días. En la demanda se reconoce el derecho de la fundación a defender el honor del caudillo, pues la condición de esta organización como persona jurídica le permite proteger este derecho, ya que entre sus preceptos se encuentra el velar por la dignidad del dictador.
La fundación pretende usar esta legitimidad para añadir la escultura
Punching de Merino, que muestra la cabeza de Franco convertida en una bola con la que entrenar los puños, como nuevas pruebas a su recurso ante la audiencia provincial. "Contra Merino iremos seguro", ha declarado Jaime Alonso, vicepresidente y presidente ejecutivo en funciones de la
Fundación Franco que preside Carmen Franco Polo, aunque su puesto, según Alonso, es honorífico y no está implicada en el proceso. "Y valoraremos demandar a todos los miembros de la Plataforma de Artistas Antifascistas", ha afirmado Alonso, indicando su repulsa a las obras expuestas durante la muestra. Entre ellas, aparte de la obra
Punching de Merino, se expuso un óleo que situaba el perfil de Franco en un pubis, convirtiendo su brazo extendido en un falo, o una performance de Cuco Suárez en la que el artista se extrajo un cuarto de litro de sangre y bañó con ella el retrato del militar golpista.
"Lo único que me gusta de esta situación es que paguen, que les cueste mucho dinero, porque están atentando contra la libertad de expresión", ha declarado Eugenio Merino. "Por mucho que te metas con Franco, no te deberían juzgar", ha rematado el artista.
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