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A los pocos minutos, el Círculo Carlista Marqués de Villores publicaba la siguiente nota:
El Ministerio del Interior ha descartado que sea un atentado, lo que suele ser condición previa a su reconocimiento, o bien una primera componenda con los terroristas. Una de las pocas cosas que funcionan medio bien en España son los trenes, cuya tecnología e instalaciones es exportada a todo el mundo. Si excepcionalmente se produce un descarrilamiento no parece que las consecuencias tengan que ser tan trágicas. En Galicia existe un terrorismo separatista bastante regular, centrado fundamentalmente en la colocación de artefactos explosivos. Y mañana los separatistas de Galicia organizan su aquelarre de odio a España, justo en el día de nuestro Santo Patrón. No es descartable que se pretendiese llamar la atención atentando contra una empresa que pese a su proceso de privatización sigue llamándose española. Quizás no se buscase una masacre de esta magnitud, por lo que pudiese darse un enjuague con el gobierno para evitar más crispación social. Existe un precedente muy claro en el caso del atentado contra el Hotel Corona de Aragón.
Ayer mismo otros medios abonaban la hipótesis del atentado. Entresacamos de la noticia en la edición electrónica de El Periódico:
El Gobierno y los medios se han apresurado hoy a intentar excluir la hipótesis del atentado. Las versiones oficiales, sin embargo, ni pueden excluir el testimonio de quienes presenciaron el descarrilamiento, ni pueden explicarlo convincentemente como hasta ahora se ha intentado.
En varios vídeos ya aparecidos en la Red, entre ellos éste de una cámara de RENFE, parece apreciarse una explosión entre la locomotora y el primer vagón, antes que los vagones entraran en la curva y pudieran causar el descarrilamiento debido a la velocidad. Atribuir la detonación que oyeron los testigos al impacto de los vagones con la catenaria tampoco parece plausible: en el cableado, el positivo es aéreo y el negativo son las propias vías; no se aprecia caída de cables que puedan causar cortocircuito; la explosión que parece observarse se expande en tres direcciones (hacia derecha e izquierda y hacia arriba).
Tampoco parece consecuencia del impacto contra el muro. Cuando en una curva descarrilan elementos articulados, a partir del primero que se sale deberían seguir descarrilando los que lleva detrás. Aquí, en cambio, descarrilan el primer vagón e inmediatamente la máquina (el elemento más pesado, que debería haber descarrilado el último), los elementos entre los cuales parece producirse una explosión.
El maquinista dio negativo en el control de alcoholemia, y todo el proceso de aproximación a las estaciones está dirigido electrónicamente controlado por un sistema de balizamiento. ¿Por qué no han funcionado los sistemas de seguridad?
En todo caso, las versiones del Gobierno (de ocupación) de España tienen muy menguada credibilidad. Tanto menos cuando, como esta madrugada Mariano Rajoy el Palacio de la Moncloa confundía la tragedia de Santiago de Compostela con el terremoto de Gansu, en la China.
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