15 de julio de 2013
Vuelve el Rey
Vuelve el Rey. Es el mensaje preparado a conciencia desde La Zarzuela con el viaje de cuatro días que el Monarca inicia mañana a Marruecos, el primero desde su intervención de columna del pasado 3 de marzo. Justo ese día, don Juan Carlos tenía previsto viajar a Rabat por invitación de Mohamed VI, pero la intervención obligó a posponerlo. Era la cuarta operación del Rey en diez meses, esta vez, por una doble hernia discal que le impedía caminar totalmente erguido, le causaba intensos dolores y le obligó a tomar medicación con corticoides que le provocó una evidente inflamación de la cara. Se dispararon entonces los rumores sobre una posible abdicación, algo que, según La Zarzuela, nunca ha pasado por la cabeza de don Juan Carlos, de 75 años. Desaparecido el dolor —“ese malvado enemigo”, recuerdan en la Casa del Rey—, el Monarca quiere demostrar con este viaje que está recuperado; que, como le gusta decir, lo suyo “era un asunto de tornillos”, que “mienten” quienes dicen que está “enfermísimo” y que no tiene intención de dejar de ser el jefe del Estado.
De modo que en este viaje, reconocen en Exteriores, no habrá firmas de grandes acuerdos, pero sí muchos gestos hacia Marruecos. El primero es el hecho de que el viaje se produzca en Ramadán. “Es la primera vez que un jefe de Estado realiza un viaje oficial al país en el mes sagrado del islam”, destacan en La Zarzuela. Otro de los gestos, a iniciativa de don Juan Carlos, ha sido invitar al viaje a todos los ministros de Exteriores de la democracia. De los 10 vivos, solo Fernando Morán no acudirá, por motivos de salud. También acompañan al Rey cinco ministros del Gobierno: José Manuel García Margallo (Exteriores), Jorge Fernández-Díaz (Interior), Alberto Ruiz-Gallardón (Justicia), José Manuel Soria (Industria) y Ana Pastor (Fomento). La delegación española, que llegará a Rabat el martes —un día después de que don Juan Carlos mantenga una cena privada con Mohamed VI—, incluye 27 presidentes o consejeros delegados de empresas como Acciona, Abengoa, OHL, ACS, Ferrovial, Inditex, Telefónica, Endesa, Iberia o Globalia, así como los presidentes de la CEOE, la confederación española de Cámaras de Comercio y la de pymes. Algunos de los empresarios tienen ese día cita con Mariano Rajoy en el Consejo Empresarial para la Competitividad, así que César Alierta (Telefónica), Pablo Isla (Inditex), Rafael del Pino (Ferrovial) y Javier Monzón (Indra) se perderán el encuentro empresarial hispano-marroquí de la mañana y llegarán a Rabat para la cena oficial que Mohamed VI ofrecerá en el Palacio Real.
El viaje pretende “marcar un hito” en las relaciones entre ambos países, y “es muy importante desde el punto de vista político, económico y educativo-cultural”, afirman en La Zarzuela. Sin embargo, el ministro de este último ramo, José Ignacio Wert, quien ha sido últimamente abucheado cuando acompañaba a miembros de la familia real, no estará en la delegación española. Sí acudirán el director del Instituto Cervantes y el secretario general de Universidades, así como varios rectores, que mantendrán un encuentro con homólogos marroquíes. También forma parte de la delegación el alto comisionado para la Marca España. Todos volverán a Madrid el martes, salvo Margallo, que se queda con el Rey hasta el jueves.
El objetivo del viaje, indican fuentes diplomáticas, es “profundizar en la relación de asociación estratégica” con Marruecos y ampliar la malla de intereses comunes, en la convicción de que la interdependencia dé estabilidad a unas relaciones muy sensibles, con periodos de entendimiento salpicados de periódicas crisis.
Adopciones. Con la llegada de los islamistas al poder, hace año y medio, los jueces marroquíes bloquearon las kafalas (modalidad islámica de adopción), para angustia de 60 familias españolas que esperaban niños marroquíes. Muchas de ellas escribieron al Rey pidiendo ayuda. La situación se desbloqueó a finales de junio por la inminente visita de don Juan Carlos. Gallardón, que le acompaña en el viaje a Marruecos, prevé cerrar definitivamente el conflicto.
Sáhara. Fuente de periódicas crisis, como la vinculada en 2009 la activista Aminetu Haidar. Este año, España ha ayudado a abortar, junto a Francia y Rusia, la propuesta de EE UU para que la ONU supervisara los derechos humanos en el Sáhara.
Inmigración. Los asaltos a los peñones españoles en 2012, la avalancha de subsaharianos que intentan llegar a España desde Marruecos... La inmigración es otra fuente de conflictos. Médicos Sin Fronteras abandonó el país en marzo tras denunciar la violencia de las autoridades marroquíes con los subsaharianos ante la pasividad de Madrid y Rabat.
Desde 1956 a 2012, España y Marruecos han firmado 113 acuerdos o tratados bilaterales, la mayoría sobre cuestiones económicas. El primer boom de acuerdos vino, precisamente con la primera visita de don Juan Carlos a Marruecos, en 1979, después de una etapa de crisis por el Sáhara —tema que no forma parte de la agenda del viaje—. “España tiene una ventaja frente a otros en Marruecos: la especial relación entre las dos monarquías. Eso tiene mucho valor económico”, apuntan fuentes diplomáticas. Los marroquíes suelen recordar que don Juan Carlos “lloró” en el funeral del padre de Mohamed VI, Hassan II, y que el Rey se ofreció entonces a ser un “hermano mayor” de monarca alauí, de 49 años.
A solo 14 kilómetros de distancia, Marruecos es un país estratégico para España, pero las cifras, según fuentes diplomáticas, hablan sobre todo de “potencial”. Frente a 800.000 marroquíes en España, apenas hay 8.000 españoles en Marruecos. España, potencia turística, es el segundo país, tras Francia, que más turistas envía a Marruecos, pero apenas tiene allí un 2% de sus 224.000 plazas hoteleras en el exterior. En la capital, Rabat, no hay ningún hotel español. Hay más de 18.800 empresas españolas que exportan a Marruecos —y 800 instaladas allí—, pero frente a ese altísimo número de compañías, la cantidad exportada es modesta —un 40,2% exportó menos de 5.000 euros— porque la mayoría realiza un comercio de oportunidad, sin continuidad. España se convirtió en 2012 en el primer proveedor de Marruecos, pero en el primer trimestre de 2013, Francia ha recuperado la primera posición.
La crisis incrementa el interés. Con el estallido de la burbuja ha crecido la inversión española en el sector inmobiliario marroquí, aunque en líneas generales a las empresas españolas no les ha ido del todo bien porque han orientado el negocio al inquilino extranjero. Marruecos calcula que necesita 120.000 nuevas viviendas por año. Aunque su economía es muy volátil —depende mucho del clima, porque el 40% de la población trabaja en la agricultura; del precio del petróleo y de la coyuntura europea, por el envío de remesas, de turistas y las exportaciones—, el país ofrece un mercado de 30 millones de consumidores —la renta per cápita se ha duplicado en menos de diez años— y necesita casas e infraestructuras. Además, ha puesto en marcha un plan de fomento turístico (Visión 2020) y otro de promoción de renovables en los que España está interesada.
En Marruecos, el Rey seguirá haciendo sus ejercicios de rehabilitación. Se trata de borrar la imagen que dejó en su último viaje, a India, hace nueve meses: un Rey cansado y dolorido. Ahora, con 10 kilos menos fruto de la rehabilitación, don Juan Carlos quiere recuperar parte de la agenda exterior interrumpida con la operación, entre otros, un viaje a Francia y otro a Florida. Y no solo la agenda. La Casa del Rey confía en que la recuperación del Monarca les ayude a recobrar también el crédito perdido que muestran las encuestas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario