8 de septiembre de 2012
El magnate Adelson elige Madrid para construir el macrocasino Eurovegas
EL PAIS - SANDRO POZZI / BRUNO GARCÍA GALLO / JOSÉ MARCOS Madrid / Nueva York 8 SEP 2012 - 15:10 CET2307
Era más que un rumor, una certeza que iba mucho más allá de “la intuición” de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, pero faltaba que Sheldon Adelson se pronunciara oficialmente. Ese momento llegó anoche. Madrid se lleva Eurovegas. "Barcelona es un destino turístico destacado y elegir Madrid en lugar de Barcelona no ha sido una decisión fácil", reza el esperado anuncio oficial de la compañía estadounidense Las Vegas Sands Corporation, actualmente el mayor operador de casino y de convenciones del mundo.
Tras meses de incertidumbre, Adelson, magnate de los casinos, consejero delegado y tesorero de la compañía, ha elegido la capital española como "localización preferente" para la inversión en Europa, que puede alcanzar los 17.000 millones de euros. Sin embargo, aún queda por definir el emplazamiento concreto dentro de la región, el tamaño y la financiación. Alcorcón es la opción elegida casi con toda seguridad por Adelson, por delante de los terrenos del barrio de Valdecarros de la capital y de la finca de Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz, según recalcan voces autorizadas de la Comunidad.
Las Vegas Sands prevé que para el año 2025 —se calcula que la inauguración podría ser en 2016 y que en 2022 se finalizarían las obras— el proyecto haya generado 30.000 millones de euros en España, más de 260.000 empleos y la visita de unos 11 millones de turistas. En todo caso, el comunicado deja claro que se trata de una "fase muy inicial" del proyecto, pendiente de "la resolución de los actuales desafíos económicos de Europa". A partir de ahora, deben tomarse decisiones acerca de la localización específica del macrocomplejo de ocio y juego, la extensión y las fuentes de financiación, ya que la empresa aportará, según el anuncio, entre el 25% y el 35% por ciento de capital propio para el proyecto.
El comunicado deja claro que esta es la primera fase del proyecto, y que ahora deben tomarse más decisiones
"El Gobierno de Madrid ha sido un fuerte defensor de su potencial y apreciamos la energía que ha mostrado en el proceso", sostiene Sheldon Adelson en el comunicado. La decisión a favor de la capital española era desde hace un tiempo un secreto a voces. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, admitió el pasado jueves que era"probable" que Eurovegas se radicase en Madrid y que la oferta de Cataluña para acoger el complejo había caducado el 31 de agosto, por lo que se sentía "libre" para modificar las condiciones de su propuesta o para "otras alternativas".
En respuesta, el Gobierno catalán hizo público ayer su plan de levantar seis parques temáticos financiados por La Caixa y la promotora Veremonte junto a Port Aventura, en Tarragona. Las cifras de Barcelona World, como se llamará el complejo, no son tan estratosféricas como las de Eurovegas: 4.775 millones de euros y la promesa de 20.000 puestos de trabajo directos (más el doble indirectos) y diez millones de turistas al año (Barcelona roza los ocho).
"Nos gustaría agradecer a la gente de Madrid y Barcelona por el tiempo y esfuerzo que han dedicado al proceso. Hemos conocido a grandes defensores de ambas ciudades, y estamos agradecidos por las amistades que hemos desarrollado", señala el operador.
A Las Vegas Sands le va bien: en los últimos resultados publicados a final de julio, en plenas turbulencias financieras internacionales, anunció ingresos de 5.345 millones de dólares (4.179 millones de euros) en el primer semestre de 2012, que le aportaron un beneficio neto de 740 millones (579 millones de euros). Su cabeza visible, Adelson, de 78 años, es un empresario hecho a sí mismo que antes de ejecutivo de Las Vegas Sands fue agente hipotecario, asesor de inversión y consultor financiero y que el pasado mes de abril figuraba en el puesto 14 en la lista de multimillonarios de la revista Forbes. De ideología conservadora radical, Adelson exigió para su negocio en España 10 años de vacaciones fiscales. Sus casinos en Las Vegas son los únicos que no cuentan con sindicato e incluso en China se cuestionan sus condiciones laborales.
Aunque sus directivos dicen que es una apuesta por la economía europea, el gran negocio de Las Vegas Sands está en Asia, en concreto en Macao (China) y Singapur. Actualmente, la compañía explora nuevas oportunidades de negocio en Japón, Corea del Sur, Taiwan y Vietnam, además de su tan postergado megaproyecto europeo.
Fue en febrero de 2011 cuando Adelson anunció su intención de “crear una mini-Las Vegas en Europa”, a la que llamaría “Europa Vegas o EuroVegas”, y en la que invertiría 20.300 millones de dólares (16.150 millones de euros). “Necesitamos el apoyo del Gobierno”, dijo entonces Adelson. La Comunidad de Madrid señaló que habían iniciado los contactos un mes antes. El proyecto, auspiciado con entusiasmo por el entonces ministro de Industria, Miguel Sebastián (PSOE), maduró a partir del verano de 2011, cuando la empresa estadounidense presentó a las tres Administraciones el proyecto en una decena de reuniones; pero quedó luego a la espera del resultado de las elecciones generales de noviembre, que ganó el Partido Popular.
Adelson prometió invertir entre 15.000 y 18.800 millones de euros de 2011 a 2022, una estimación que meses después, en abril, elevó verbalmente hasta los 26.690 millones. Según un informe de Boston Consulting, preveía la construcción de 12 resorts (36.000 habitaciones), seis casinos (1.065 mesas y 18.000 recreativas), nueve teatros, hasta tres campos de golf, un escenario con 15.000 butacas... En su visita a Madrid y Barcelona a principios de julio, el Consejo de Administración de Las Vegas Sands rebajó sin embargo el proyecto considerablemente: los 12 casinos se quedarían en principio en tres o cuatro (cada uno cuesta presuntamente entre 1.910 y 2.900 millones), y la empresa solo pondría un tercio del dinero. El resto tendrían que financiarlo los bancos (dijo haberse reunido con más de 40, algunos españoles).
El proyecto inicial de EuroVegas, presentado a las Administraciones en otoño, prometía crear 164.000 empleos directos y 97.000 indirectos durante las fases de construcción (que empezaría “lo antes posible”) y de puesta en funcionamiento de los casinos (a partir de 2016). En la actualidad, la empresa cuenta con 20.000 habitaciones en casinos de Las Vegas (Estados Unidos), Singapur y Macao (China), que suman 40.000 empleos.
En otoño, la lista de exigencias de Adelson era tan extensa como ambiciosa: flexibilizar el Estatuto de los Trabajadores y la Ley de Extranjería; dos años de exenciones en el pago de las cuotas a la Seguridad Social y de todos los impuestos estatales, regionales y municipales; que el Estado garantizara un préstamo de 25 millones de euros que se pediría a la Unión Europea; la construcción de nuevas infraestructuras (metro, cercanías, carreteras, AVE); cambios en la ley antitabaco y en la norma de prevención de blanqueo de capitales; etcétera.
Cuando el PP ganó las elecciones generales en noviembre, el nuevo secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, cogió el timón de las conversaciones. “En nuestra primera reunión les dije que las leyes eran para todo el mundo y que no se iban a hacer excepciones. Lo entendieron”, aseguró a este diario. Aguirre había apostado por crear una “isla” legal y fiscal en Madrid para favorecer el proyecto. El Ayuntamiento de Madrid se mostró mucho más prudente, tanto con Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde (hasta diciembre) como con Ana Botella.
A partir de entonces, las exigencias de EuroVegas se limitaron a dos frentes: tabaco e impuestos. Las peticiones en materia laboral se allanaron con la reforma del PP (más ventajosa para sus intereses, según Adelson, que la ley estadounidense). Para los impuestos estatales se buscó la misma fórmula que emplean ya Google o Apple, por ejemplo, que facturan a través de filiales en Irlanda para ahorrárselos. Respecto al tabaco, el Gobierno estudia permitir a las autonomías regular excepciones a la prohibición de fumar en los establecimientos de juego. El requisito más espinoso son los impuestos municipales, puesto que Adelson quiere una bonificación durante 10 años que oscilaría entre el 80% y el 90% del total.
Durante el último año, la Comunidad de Madrid (PP) y Cataluña (CiU) han mantenido una pugna política y empresarial para albergar el proyecto. La primera ofrecía tres fincas de alrededor de 1.000 hectáreas, en el barrio madrileño de Valdecarros; Alcorcón; y entre Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz. Barcelona, 800 hectáreas de Viladecans, Sant Boi y El Prat de Llobregat.
A favor de la candidatura madrileña hablaron Juan Miguel Villar Mir, patrón del grupo que lleva su apellido y que incluye a la constructora OHL; y Antonio Vázquez Romero, presidente de la aerolínea Iberia. A favor de la catalana, Isak Andic, cofundador y principal accionista de Mango; el magnate de los medios de comunicación Javier Godó, editor, entre otros, del diario La Vanguardia; Marc Puig, presidente de la marca de perfumes que lleva su apellido; y Carles Vilarrubí, vicepresidente de Rothschild España y ligado en su momento al desarrollo del parque temático Port Aventura (Tarragona).
Las Vegas Sands aseguró en marzo que antes del verano habría tomado una decisión. Luego lo postergó hasta septiembre. Siempre que se le ha preguntado, ha afirmado que Madrid y Barcelona estaban empatadas, opinión compartida o al menos mantenida durante meses por García-Legaz. La capital catalana pareció perder fuelle porque la proximidad del aeropuerto de El Prat limitaba la altura máxima de los edificios del complejo. Pero el proyecto se cambió para salvar ese escollo. El pasado mes de julio, Las Vegas Sands dijo que, más allá de consideraciones políticas o territoriales, se elegiría la mejor finca para el proyecto. Una decisión que sigue pendiente. No hay, de momento, una estimación de cuándo se producirá este segundo anuncio.
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