HOSTELERÍA | Cierre de restaurantes míticos
La crisis se lleva por delante 'clásicos' de la gastronomía madrileña
La crisis se ha llevado por delante en el último año restaurantes míticos del panorama gastronómico madrileño, mientras establecimientos abiertos hace poco, como el Ten con Ten, del grupo Paraguas, mantienen listas de espera de varias semanas. "Hay una crisis tremenda en todos los sectores de la economía y se agudiza en la alta hostelería",precisan fuentes del gastrosector.
Esta es una lista de algunos de los locales que han cerrado últimamente:
JOCKEY
Referente de la última mitad del siglo XX junto al Horcher y el Zalacaín, su cocina tradicinal con toques franceses fue saboreada por príncipes y monarcas de medio mundo -el Rey era un cliente habitual- y la elite empresarial y política de nuestro país. Tras irse de vacaciones veraniegas no ha vuelto a abrir al público sus salones 'british' inaugurados en 1945.
El local, propiedad de la familia Cortés, ya amenazó con el cierre en 2010, pero un grupo accionarial salió al rescate del establecimiento, que reformó el local y abarató el menú (de 120 a 70 euros), pero no fue suficiente. "Si es que a este tipo de restaurantes ya no va la gente", explican desde el propio establecimiento, que tuvo una estrella Michelín hasta el año 2000.
CLUB 31
También propiedad de la familia Cortés, este restaurante de lujo (carta, 75-80 euros) trató de modernizarse en 2005 tras más de 40 años de historia, pero tampoco funcionó. Situado en la Puerta de Alcalá, era otro lugar donde la clase empresarial cerraba negocios y se dejaba ver.
El restaurante, donde solían comer Alberti o Dalí, ofrecía uno de los mejores servicios de sala del país y disponía de una amplia bodega.
BALZAC
Prestigiosos chefs como Andrés Madrigal o César Martín pasaron por su fogones. Cocina de mercado y platos de caza eran las enseñas del establecimiento, que también había reducido el precio de su carta (de 60 a 40 euros el ticket).
PRÍNCIPE DE VIANA
Otro de los clásicos del panorama gastronómico madrileño cerró sus puertas hace un año, marcando el declive en el sector. Su refinada cocina vasconavarra era referente en la capital.
ANTOJO
Especializado en la cocina fusión, este reducido restaurante -sólo contaba con 16 asientos- de la calle Ferraz, tenía un precio medio de 65 eurosy también era considerado uno de los mejores sitios para comer de la capital.
CHAFLÁN
Con decoración de vanguardia y capacidad para 60 comensales, el atún, los risottos, y la sopa eran las estrellas de su cocina mediterránea de vanguardia.
LA MÁQUINA DE LUGONES
Si uno se quería comer una buena fabada, uno de los mejores sitios era éste, situado en el Paseo de la Habana. Con un precio medio de unos 60 euros, también era digno de mención se excelente arroz con leche.
DOMINUS
Su chef, Antonio del Amo, ofrecía una cuidada cocina en este coqueto establecimiento de Chamberí, que echó el cierra el año pasado.
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