LA OPINIÓN DERamón Pérez-Maura
El nuevo santo del periodismo patrio
Iglesias tiene el problema añadido de explicar a los españoles lo que ha ocurrido en Grecia en cuatro meses
ABC - Día 03/07/2015 - 03.33h
Tiene gracia ver la argumentación de Pedro Sánchez, Jordi Sevilla et allisobre Tsipras, el del referendo. Ahora resulta que el que el Gobierno español advierta de los riesgos que corre Grecia por los disparates cometidos por el Gobierno de izquierda radical heleno en los cuatro meses que lleva disfrutando de las canongías del poder es un uso partidista y perverso que hace Rajoy de lo que allí ocurre. Hombre, no. A mí me parece recordar que fue Tsipras el que invitó a Pablo Iglesias al mitin de cierre de campaña de las elecciones legislativas griegas. Y creo recordar con bastante nitidez que fue Iglesias el que dijo que Syriza y Podemos son la misma cosa. Pero ya se sabe que para estos de Podemos la verdad es como las imputaciones judiciales. Las hay de diferentes grados. Y cuando imputan a un cargo público del PP, este tiene que dimitir de inmediato. Pero cuando imputan a un cargo electo de Podemos por crímenes como asaltar capillas, que en otras democracias de la Unión Europea conllevan penas de hasta tres años de cárcel, eso no tiene ninguna relevancia.
Yo comprendo que Iglesias, mientras demuestra que la democracia no es de aplicación interna en Podemos, tiene el problema añadido de explicar a los españoles lo que ha ocurrido en Grecia en cuatro meses. Cuando Samaras dejó el Gobierno la economía griega crecía. Hoy está en retroceso. Sólo en retroceso porque la estadística requiere de un mínimo de datos para demostrar que se ha despeñado, que es lo que en realidad ha ocurrido.
Es evidente que esos problemas de Podemos no deberían preocupar –en términos partidistas– al PSOE. Antes al contrario, deberían ser causa de satisfacción. Pero sucede que todos conocemos el reparto de poder que han hecho PSOE y Podemos por toda España. No se podrá hablar de una coalición de derecho entre ambas formaciones, pero no hay quien pueda negar con medio argumento válido que existe una coalición de hecho. Y a ver cómo justifican Sánchez, Sevilla y el resto de ese gobierno en la sombra llegado de la estratosfera socialista que es bueno para la democracia dar poder a los hermanos en la fe de esa patulea griega que ha llevado a su país a una situación equiparable con la de Sudán o Zimbabue.
En medio de esta situación desquiciada hay algo que me llama la atención: las fotos de Pablo Iglesias en todos los periódicos. No me refiero tanto a la cuantía, que también, como a la escenografía. Un diario de Madrid ofrecía ayer una foto de Iglesias con dos docenas de focos sobre su cabeza que, cual halo de santidad, iluminaban su cabello, terso de resultas de su equina coleta. En la página de enfrente iba un Rajoy saliendo del Congreso con un gesto que parecía un vendedor de enciclopedias (en tiempos de la wikipedia). Otro diario ofrecía una foto de Iglesias de más de media página con aspecto de escrutar la realidad con la seguridad de quien sabe mucho más que tú, mientras en retaguardia el profesor Errejón contempla al fotógrafo con cara de decir «¡a ver qué haces!».
Empezamos a tener un problema que lo es para España como país. El PSOE es rehén de sus errores y no se atreve a reconocer la responsabilidad que se deriva de sus pactos tras el 24 de mayo. Y en los medios de comunicación hay demasiados colegas que parecen subyugados por unos políticos que están deseando llegar al poder para tomar un control de los medios de comunicación como el que han enseñado a ejecutar a sus hermanos bolivarianos. Y así, hasta el despeñadero.
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