El verano hay gente que no descansa. Y no sólo los que deben atender sus negocios o los que no tienen recursos económicos para tomar unas vacaciones. Al menos este verano los grupos organizados de ladronesencuentran un momento especialmente propicio para cometer robos en el campo.
Ya no se trata del robo de unas sandías o unas ciruelas, cosas de chiquillos o de veraneantes con ganas de una pedestre aventura, tampoco de hurtos por necesidad fruto de la crisis (sólo pocos casos) sino de bandas organizadas o pequeños grupos que tienen su campo de operaciones en el medio rural, sobre todo por la mayor dificultad de que todo el campo sea vigilado.
La más reciente ha sido la denuncia de la Federación de Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía (FAECA), que ha dado la voz de aviso del incremento de robos este verano. También hace unos días la organización agraria Asaja insistía en denunciar esta oleadas de robosque tiene atemorizados a agricultores y ganaderos en los últimos años por la impunidad con la que algunos actúan, la fuerza que usan y también porque provocan más pérdidas en los destrozos en casas y terrenosque con el valor de lo sustraído.
De eso puede hablar Jose Manuel Luque, agricultor de la comarca de Antequera, una víctima del robo en su finca de regadío de nada menos que 1.500 'periquitos' las bocas de los aspersores, que últimamente están de moda entre los ladrones del campo por su posibilidad devenderlos como metal con una aleación al parecer apreciada en el mercado negro. Y el daño para el agricultor es inmenso, justo la diferencia entre tener una explotación de regadío y de la noche a la mañanaconvertirse en secano, aunque a la hora de denunciar se quedó en unos 5.000 euros.
Hace unos días la Guardia Civil ha esclarecido varios robos con fuerza habidos en la comarca de Ronda tras hallarse en un desguace de Estepona una serie de herramientas cuyo robo había sido denunciado en la localidad de Gaucín a principios de junio.
Tras iniciarse una investigación se logró detener en el marco de la llamada operación "Hierro" a siete personas por robos con fuerza, especialmente en casas de campo, desde 2008.
La Guardia Civil logró identificar a todos los sospechosos y averiguar el entramado elaborado por los mismos para robar todo tipo de herramientas y metales para su posterior venta en desguacess. El material recuperado ya ha sido devuelto a sus propietarios.
Chatarrerías y almazaras
Ante las características de los robos, la organización agraria Coag Sevilla considera que la solución "está en el control de las chatarrerías", según explica su secretario provincial, José Antonio García Romero. Ya el año pasado tuvieron un apreciable éxito los controles en almazaras que trabajaban a altas horas de la madrugada y al parecer receptaban aceituna robada en plena campaña de verdeo.
También Asaja Sevilla acaba de denunciar que en todas las comarcas de la provincia han detectado un significativo incremento del número de robos en explotaciones agrícolas y en instalaciones públicas y privadas del mundo rural.
A los robos de transformadores, tendidos eléctricos, placas solares, tubos e instalaciones de riego o ganado, "que desaparecen con relativa facilidad en explotaciones que se encuentran en mitad del campo", vienen a sumarse el robo cada vez mss frecuente de aperos agrícolas e incluso de tractores. Por este motivo, ha instado a extremar los controles en los posibles puntos de receptación de mercanía robada y de cara a las campañas de recolección que se iniciarán en Andalucía en las próximas semanas, principalemente la aceituna de mesa en Sevilla y el mango en Málaga. También han mostrado su preocupación al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, con el que Asaja mantuvo una reunión el pasado jueves para tratar diversos asuntos.
Pocas denuncias
Uno de los principales problemas con que se encuentra la Guardia Civil para actuar contra estos robos es que sólo se denuncian una mínima parte de los robos y asaltos en el campo.
La Guardia Civil ha contabilizado un total de 8.100 robos o hurtos enexplotaciones agrícolas españolas entre enero y junio de 2012, lo que supone una caída del 3,57 por 100 respecto al mismo semestre del año anterior, según las estadísticas de este Cuerpo de Seguridad del Estado.
En todo el ejercicio 2011, la Guardia Civil contabilizó un total de 15.822 robos o hurtos en explotaciones agropecuarias españolas, que también destaca que en provincias como Almería se ha reducido el número de este tipo de delitos de forma muy notable.
Desde la Guardia Civil en Almería se discrepa también con la opinión generalizada de las organizaciones agrarias que atribuye a bandas organizadas y redes criminales la autoría de muchos robos. Afirman que la mayoría de los hechos corresponde a grupos de sólo dos o tres personas que previamente han estudiado la finca y planificado la acción delictiva para sustraer productos agrarios, fitosanitarios, motores o cables.
También considera "una leyenda urbana" (tal vez rural en este caso) la creencia de muchos agricultores de que no sirve de nada denunciar estos episodios. Sólo entre un 7 y un 10 por 100 de los agricultores y ganaderos víctimas de robos denuncian, según calculan las organizaciones agrarias, que reclaman más medios policiales y judiciales, que los delitos sean acumulativos y castigos más contundentes para los ladrones y sus redes.
Desde los cuerpos de seguridad se insiste en la necesidad de alertar ante cualquier sospecha y denunciar los robos y hurtos y recomiendan iniciar la recolección por las áreas más próximas a caminos y carreteras por ser más visibles y evitar dejar la cosecha recolectada, la maquinaria y los utensilios en el campo.
También se recomienda trasladar lo antes posible el fruto al puesto de compra; considerar elementos de riesgo la presencia o movimiento de personas desconocidas en la zona y guardar las referencias de las maquinarias y utensilios empleados (marca, modelo y número de serie, así como instalar alarmas en las edificaciones donde se guardan aperos y maquinaria.
Para los próximos días se prevén nuevas reuniones entre representantes agrarios y subdelegados del Gobierno para tratar la inseguridad en el campo, ya que en opinión de muchos agricultores la situación está llegando a límites insostenibles y puede provocar "desgracias personales" ya que los enfrentamientos son cada vez mas frecuentes cuando se encuentran a los cacos en sus explotaciones, dicen desde Coag.
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