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«Los españoles saben que su seguridad empieza a miles de kilómetros»
«Afganistán no puede volver a convertirse en la base de operaciones de grupos terroristas que amenacen nuestra seguridad», recuerda José Julio Rodríguez, el representante más directo de las Fuerzas Armadas
«Afganistán no puede volver a convertirse en la base de operaciones de grupos terroristas que amenacen nuestra seguridad», recuerda José Julio Rodríguez, el representante más directo de las Fuerzas Armadas
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«En los cuarteles no habrá acción sindical»
—¿Está consultado con los Estados Mayores el anteproyecto de ley de derechos y deberes de los militares que prepara el Gobierno?
—Por supuesto que el texto pasó antes por los cuarteles generales y por este Estado Mayor, y por supuesto que respeta esos principios de disciplina, jerarquía, unidad y neutralidad, que son consustanciales a toda organización militar.
—¿Habrá urnas en los cuarteles?
—Lo que habrá es una adecuada representación de las asociaciones en el Consejo de Personal, pero no acción sindical, de acuerdo a los límites que estableció el Tribunal Constitucional en 2001. Por tanto, los representantes de las asociaciones no serán elegidos por sufragio, porque el Consejo no va a llevar a cabo procesos de negociación colectiva. Eso sí, la Ley va a establecer los cauces de participación de las asociaciones militares y va a crear el Observatorio de la Vida Militar, cuyos miembros serán elegidos por las Cortes.
ÁNGEL COLLADO | MADRID
En el Día de las Fuerzas Armadas, el jefe del Estado Mayor de la Defensa -representante más directo de las FAS, responsable de planear y dirigir todas las operaciones militares, en España y en el exterior-, el general del Aire José Julio Rodríguez (Orense, 1948), recuerda que los militares llevan dos años de recortes presupuestarios, asegura que en Afganistán mejora la situación y está convencido de que los españoles saben que su seguridad se empieza a construir allí, a miles de kilómetros. «Afganistán no puede volver a ser base de operaciones terroristas», advierte.
-¿Cómo está la moral de las Fuerzas Armadas en este momento de crisis económica y social?
-Es un momento difícil pero estoy convencido de que es muy alta porque todos sus miembros sienten el respaldo de la opinión pública, que reconoce la labor que realizan nuestros soldados. Todos nos sentimos orgullosos, y yo también como Jemad, al ver el reconocimiento que muchos institutos de opinión han hecho de que las FAS están entre las instituciones más valoradas por los españoles. Es una consecuencia lógica de que estamos integrados en la sociedad a la que servimos y también por nuestra participación en operaciones en el exterior, que es una labor reconocida por todos.
-¿Cómo se conjuga el afrontar el mayor esfuerzo de su historia en esas misiones en el exterior con los recortes presupuestarios en Defensa, de un 12% y un total de 940 millones?
-Las Fuerzas Armadas han hecho en los dos últimos años un esfuerzo de austeridad, de racionalización y de eficiencia en el gasto. Pero sobre todo hemos establecido una prioridad: la seguridad de nuestros soldados. Nuestra participación en las misiones internacionales está garantizada presupuestariamente con una partida específica, pero también con la dotación de los medios adecuados y con el entrenamiento de nuestras fuerzas.
-¿No peligra la operatividad con los recortes?
-No, porque no afectan a la seguridad de las tropas ni a los medios. Hemos dado prioridad al mantenimiento de nuestros sistemas de armas actuales y también tenemos garantizada la adquisición de los nuevos porque ya estaban contratados.
-¿Han dado ejemplo al resto de la Administración con sus planes de recorte en estos años?
-No pretendemos dar ejemplo. Nosotros tomamos nuestras medidas como consecuencia de los ajustes que hemos tenido que afrontar en 2009 y 2010, que seguiremos complementando. Como servidores públicos procuramos hacer más con menos, debemos priorizar y racionalizar el gasto.
-¿Cómo ha sentado en los Ejércitos la rebaja salarial que les va a aplicar el Gobierno como al resto de los empleados públicos?
-Las FAS no somos ajenas a los problemas de la sociedad y como servidores públicos somos los primeros que estamos dispuestos a arrimar el hombro y a apretarnos el cinturón.
-¿Estamos al límite de nuestras capacidades para sostener tropas en el exterior?
-Tenemos una capacidad de 7.700 soldados en despliegue sostenido para la participación en misiones, que es superior al porcentaje límite que establece la OTAN, que es el 8 por ciento de la capacidad de empleo de nuestras Fuerzas Armadas. Esto nos permite actuar en dos escenarios principales, tipo Afganistán o El Líbano, y en cuatro menores. Eso no quiere decir que lo vayamos a emplear, sino que tenemos esa capacidad.
-¿Cree que la opinión pública está informada y es consciente de la necesidad de tener casi 1.600 soldados destinados en la guerra de Afganistán?
-Yo creo que sí. Los estudios de opinión sostienen que la misión tiene apoyo y es comprendida. La ministra lo ha explicado varias veces en el Parlamento y en este Estado Mayor también se ha informado en repetidas ocasiones a los portavoces de Defensa. La población conoce la misión que allí se desarrolla y también sabe y comprende que nuestra seguridad se empieza a construir a miles de kilómetros de distancia. Por eso es fundamental que Afganistán no vuelva a convertirse en la base de operaciones de grupos terroristas que amenacen nuestra seguridad.
-¿Nuestras tropas saben que van a combatir?
-Saben que van a cumplir una misión de alto riesgo, una misión difícil, y para ello se les entrena y se les prepara. Y ellos son conscientes de que van convenientemente preparados y con un material adecuado, entre el que figuran los blindados con mayor protección antiminas que se pueden adquirir a día de hoy. En mis visitas allí detecto que están satisfechos con la misión y, cuando he ido a las unidades que aún no se han desplazado, he observado que están deseosas de hacerlo porque consideran que con ello prestan un servicio a España y a la comunidad internacional.
-¿Ha mejorado la situación con la ofensiva contra los talibanes que empezó en marzo?
-El objetivo de la operación era recuperar la iniciativa y minimizar el impacto de la insurgencia y se ha progresado. Hay que dar seguridad para poder luego reconstruir y dar apoyo a la gobernabilidad de ese país. Paso a paso se consiguen avances. No es lo mismo en una región que en otra. En el oeste es posible realizar más labores de desarrollo que en el este, donde el entorno de seguridad no se ha garantizado aún, pero hay que ir de hito en hito.
-¿En la zona de responsabilidad española, se garantiza ya el control de la «Ruta Litihum» frente a los ataques talibanes?
-Con el aumento de nuestro contingente, además del esfuerzo para formar a las fuerzas afganas, se han logrado avances significativos para garantizar la libre circulación en los pasos difíciles, como Sang Atesh o y Sabzak, que es donde la insurgencia ha colocado los artefactos explosivos contra contingentes de ISAF desplegados en aquella zona.
-¿Ha mejorado pues la seguridad en la zona porque ha mejorado el material o porque han cambiado las tácticas?
-En materia de seguridad hemos progresado en general, pero no sólo por los nuevos blindados, los 95 «Lince» o los 66 RG-31, sino también gracias a las lecciones aprendidas y a la aplicación de nuevos procedimientos. Casi el 80 por ciento de la seguridad frente a los llamados IED (artefactos explosivos) se consigue por medio de la instrucción, de la doctrina y de la inteligencia. El vehículo es sólo un instrumento pasivo.
-¿Es previsible que en los próximos meses haya que volver a reforzar el contingente?
-Mi opinión, que también comparte el mando supremo de la OTAN en Europa, es que la dimensión que tienen ahora las fuerzas de ISAF es suficiente para cualquier circunstancia, incluyendo unas posibles elecciones.
-¿Se atreve a dar un calendario de retirada?
-Yo hablaría de repliegue. Nuestro objetivo ahora es cumplir nuestra misión de dar seguridad y hacer posible que los afganos puedan gobernarse y garantizar su seguridad por sí solos. Para ello es fundamental que cuenten con un Ejército y una policía que puedan asumir esa responsabilidad. Eso tiene unos plazos establecidos que se irán alcanzando de forma gradual y por zonas.
-¿En el caso de la operación contra la piratería, cómo se garantiza que los soldados somalíes en formación no se pasen a la guerrilla o a las bandas?
-Lo que quiero destacar en esa misión es el liderazgo que ha ejercido España para el lanzamiento de Atalanta. Sin nuestro impulso y el de Francia no existiría una misión contra la piratería en Somalia. Y un paso más en ese empeño es atacar las raíces del problema en tierra con la formación de las fuerzas de seguridad del país. Tiene sus riesgos pero es fundamental para erradicar la piratería. La situación ha mejorado con la puesta en marcha de Atalanta porque antes uno de cada tres intentos acababa en secuestro y ahora sólo uno de cada seis. La clave es la labor en tierra.
-¿Qué va a ser del programa de renovación de los blindados del Ejército de Tierra, atascado en el Consejo de Ministros?
-Estamos en la fase de evaluación de las distintas ofertas por parte de la Secretaría de Estado de Defensa. En el caso de los 8x8 el calendario incluso se había adelantado porque pasó de ser en programa de desarrollo a otro de adquisición. En todo caso, es a la Secretaría de Estado a quien corresponde establecer los calendarios.
-¿Afecta la aplicación de la Carrera Militar a la vida diaria en los cuarteles o bases, hay malestar interno?
-El objetivo de la ley es mejorar la calidad profesional de nuestros militares. Tenemos ahora las Fuerzas Armadas mejor formadas de nuestra historia. La aplicación de la ley, que afecta a un colectivo muy variado, puede haber producido algunas disfunciones que se han procurado corregir.