1 de febrero de 2019

NACHO ALDAY - CHILE



jueves, 31 de enero de 2019



NACHO ALDAY - CHILE – 01/02/2019

Manuel Uribe, de 43 años, era el único habitante de la isla Sebastiana, donde el sur de Chile se deshace en mil pedazos. De unos 3.000 metros de larga, 1.000 de ancha, 50 de alta en sus costas escarpadas y con una ensenada de playas arenosas que permiten el acceso a embarcaciones pequeñas.

Su bisabuelo ya vivía allí y llegó a tener hasta 70 habitantes, con iglesia y escuela, pero con el paso del tiempo fueron abandonándola hasta que hace 22 años se quedó viviendo solo en una casa rudimentaria, aunque con la solidez suficiente para soportar el frío y resistir los vientos de 200 kilómetros por hora que suelen azotar esas latitudes. Cultivaba un huerto de verduras y hortalizas abonado con algas del mar subidas en sacos desde la playa. También los árboles frutales con grosellas o manzanas surtían su mesa. Además, contaba con un rebaño de ovejas y ganado vacuno que se criaban en libertad por las praderas.

Un bote a remo era su forma de contacto con las embarcaciones que pasaban por el lugar para poder hacer pequeños intercambios comerciales. Estaba construyendo una barca más grande para proveerse de materiales desde el continente a fin de acondicionar mejor su vivienda o enfrentar emergencias. 

Tras una hora de navegación le visitaban de vez en cuando las patrulleras de la Armada trayéndole algún regalo y por medio de una radio a pilas se informaba del mundo. No era receptivo a la visita de extraños pues sufría robos de ganado coincidiendo con esas fechas y a veces era atacado por lo que disponía de una escopeta para defenderse.

En lo alto del acantilado están las ruinas del antiguo faro y desde allí veía cuando las aves carroñeras volando en círculo indicaban la muerte de alguna oveja, cosa que sucedía con frecuencia. Los patos y pájaros eran sus compañeros habituales que con graznidos particulares avisaban de la llegada de forasteros y el pasado mes de mayo dos de ellos le asesinaron.

Una centella del Chile auténtico, caracterizado por su índole recia y un tanto aventurera, que les llevó a lo largo de la historia a soñar con algo grande, siendo capaces de admirables gestas como el desalojo del comunismo del Palacio de la Moneda en 1973. Todo un ejemplo para los hermanos venezolanos.

No hay comentarios: