PERISCOPIO
Blog Contra-Revolucionario
jueves, 21 de febrero de 2019
NACHO ALDAY - DEGRADACIÓN – 22/02/2019
El 8 de febrero de 2015 a las 7,45 horas una mujer iba camino a su trabajo de limpiadora en un hotel de la malagueña población de Fuengirola cuando fue golpeada por un ladrón que le arrebató el bolso. Tras las llamadas de socorro de la víctima un joven que acababa de salir de trabajar persiguió al delincuente y al darle alcance se produjo un forcejeo entre ambos. En la pelea el joven le propinó dos puñetazos al delincuente que cayó al suelo y le produjo un traumatismo craneoencefálico con hemorragia cerebral que le causó la muerte dos días más tarde.
Ahora el juez califica la actuación del joven de homicidio por imprudencia grave y le condena a dos años de cárcel. Además, tendrá que indemnizar con 180.000 euros a las hijas del ladrón el cual nunca se había ocupado de ellas.
El abogado defensor lamenta la sentencia ya que se da un mal mensaje a la sociedad en la que se criminaliza y castiga una conducta ejemplar e induce a pensar que ante una situación como ésa lo mejor es mirar para otro lado y no complicarse la vida.
Al ciudadano se le exige una previsión de lo que pueda ocurrir al intentar ayudar a una persona desvalida que está siendo apaleada para robarle el bolso mientras que el Estado, que ahora castiga la conducta solidaria con una condena de prisión y una descomunal indemnización, no ha tenido la previsión de llevar a efecto una orden de busca y captura vigente desde hace mucho tiempo contra el delincuente en cuestión.
Fue un golpe que tuvo unas consecuencias impredecibles que en una persona sin los antecedentes de alcoholismo y drogadicción como los de ese maleante no hubieran tenido esa fatal consecuencia.
Esta es la degradación a que ha llegado en España una institución del Estado tan importante como la Justicia. Es la mafia la que controla los resortes del poder enmascarada en los partidos políticos. Peor que un Estado fallido es cuando este protege a los delincuentes y persigue a los ciudadanos honrados.
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