PERISCOPIO
Blog Contra-Revolucionario
lunes, 25 de febrero de 2019
TURISMO – 26/02/2019
Hay diferentes modos de entender las vacaciones. Para mucha gente significan una carrera. Si, una carrera en busca de emociones. El estilo de emociones que se buscan naturalmente es variable. Panoramas de mar o de montaña, hoteles de lujo, inmersión en el pasado o una anticipación de la locura psicodélica con que nos amenaza el día de mañana, todo vale si aporta emociones. Emociones violentas, sensacionales, recibidas a 120 por hora, que se sobrepongan a las vibraciones y a los sustos de la vida cotidiana.
¿Qué pensar de esta manera de tomar vacaciones? Reduzcamos el problema a sus términos más simples. Si cada emoción produce una fatiga, el presupuesto de los reposos emocionantes consiste en que una fatiga se cura cargando otra fatiga de género diferente. Ahora bien, esta solución parece cuestionable pues el sentido común lleva a pensar que el remedio propio para el cansancio, en lugar de ser otro cansancio es el descanso. Al menos así opinaría Perogrullo.
No se trata de terminar las vacaciones con la lengua afuera. Tratándose del reposo de un habitante de una megalópolis moderna, es decir, de un ente humano que vive, come y duerme en el ruido, circula por jeroglíficos de calles, respira un aire contaminado, trabaja a un ritmo extenuante, y es forzado por la ferocidad de las circunstancias a hacer corriendo hasta las cosas que de suyo deberían ser más tranquilas y amenas, como comprar, regalar y recibir regalos de Navidad.
Con añoranzas de la normalidad uno quiere encontrar un rincón donde pueda inserirse en una vida diferente. Una vida tranquila, de ritmo humano con la oportunidad de inmergir en la estabilidad, en el sosiego, en el equilibrio y en la sana despreocupación de los otros. No quiere obras de arte excepcionales, riquezas apabullantes, lujos engañosos, y menos todavía de psicodelismos horripilantes.
Así que cada día son más los que deciden hacer un viaje de vacaciones en temporada baja y visitar lugares que en otros momentos del año reciben un gran número de turistas. Descubrir lugares como Riga, la capital de Letonia en el mar Báltico, sintiéndose un ciudadano local permite ver una ciudad más auténtica y además estos destinos resultan más asequibles al bolsillo. Según un estudio de Booking.com el 68% de los viajeros afirman que en 2019 están dispuestos a viajar en temporada baja para compensar el exceso de turismo.
EXCERTOS DE COMENTARIOS DEL PROF. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA SIN REVISION DEL AUTOR.
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