8 de mayo de 2015
González vaticina la ‘italianización’ de la política española
el pais - ANABEL DÍEZ Madrid 8 MAY 2015 - 12:45 CEST
En España existe una pulsión de cambio de gran calado que se ha hecho notar ya con la irrupción de dos nuevos partidos, Ciudadanos y Podemos, que, no obstante, aún no es previsible que consigan colocarse como fuerzas de Gobierno. Esta es la previsión del expresidente del Gobierno, Felipe González, expuesta este viernes en el Foro Europa, donde ha alertado sobre la imperiosa necesidad de que haya reformas para que los ciudadanos tengan más voz y más poder.
Con una expectación ya habitual en los foros en los que interviene el expresidente socialista, este no se ha distanciado mucho de los pronósticos demoscópicos y, tampoco, de los del CIS, aunque con variación en los porcentajes. "PSOE y PP estarán cada uno en el 30%. Yo quiero, claro, que el PSOE quede el primero, y Podemos y Ciudadanos quizá puedan acercarse alguno al 20%, pero creo que estarán en el 15%, respectivamente". González prevé que el programa no será fácil. "Vamos hacia un Parlamento italiano, pero sin italianos que lo gestionen", ha ironizado sobre las características de los dos países, atribuyendo a los italianos acaso una mayor flexibilidad y facilidad para el pacto entre desiguales.
Aunque en sus previsiones iniciales entra que los dos de siempre, PP y PSOE, estarán a la cabeza, ha alertado sobre la responsabilidad de estos actores políticos para que atiendan y sean conscientes de que España está en plena "pulsión de cambio" y en una etapa "de fin de ciclo".
Esta situación, que pide transformaciones, puede derivar en dos actitudes: "La liquidacionista para acabar con elRÉGIMEN que nos ha permitido convivir desde el 77, o la inmovilista, que se mueve incitando el miedo". Ante ellas debe haber reformas que pasan, por ejemplo, según ha citado, con el cambio de la ley electoral para que los ciudadanos tengan en su mano listas desbloqueadas de manera que el número uno y siguientes tengan que trabajar para mantenerse en esos puestos, ya que los ciudadanos los puede cambiar.
En su disertación, seguida de preguntas del auditorio, ha lanzado dardos afilados a las fuerzas emergentes "que tienen a su favor el no haberse estrenado y, por tanto, pueden decir tonterías o proponer medidas poco contrastadas". Sin mencionarlo por su nombre, se ha referido a Podemos al señalar que "se puede hacer un programa con la suma de todas las indignaciones, que pueden llegar hasta 275; algo que resultará incomprensible… Pero lo vamos a perdonar".
Y también se puede proponer "el contrato único", como ha hecho Ciudadanos, sin tener en cuenta los efectos en los distintos sectores profesionales y productivos del país. Frente a ellos estaría su partido, a quien ha defendido tanto por sus propuestas como por sus candidatos en estas elecciones. De nuevo, Felipe González ha mostrado su apoyo a Pedro Sánchez, secretario general del PSOE. Al ser preguntado sobre si Sánchez tiene "cualidades" para ser candidato a la presidencia del Gobierno, ha respondido tajante: "Sí, tiene cualidades, y muchas más si las comparamos con alguno". El auditorio ha entendido que se refería a Mariano Rajoy, candidato del PP. Sí ha nombrado al presidente y líder del PP al ser preguntado sobre si era partidario de elecciones primarias internas. Como ardid dialéctico, en vez de responder directamente a una cuestión interna de su partido, ha preferido tirar por elevación. "A mí lo que me gustaría es que hubiera primarias para todos, pero no es así. Rajoy ya se ha designado como candidato".
Aunque Felipe González —por decisión propia y, sobre todo, por los viajes al extranjero que tiene previstos— no participará en esta campaña, no ha ahorrado guiños de apoyo, por ejemplo, a Ángel Gabilondo, candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, así como al aspirante a la alcaldía de Barcelona por el PSC, Jaume Collboni.
Entre el público estaban exministros de sus Gobiernos, entre ellos, Alfredo Pérez Rubalcaba, que fue quien ha hecho de presentador de su antiguo jefe. Tanto González como Rubalcaba han defendido el derecho inapelable de Susana Díaz de formar Gobierno, y no solo porque ganó las elecciones en Andalucía, sino porque los demás no son capaces de formar una alternativa.
"Estamos ante una situación de bloqueo", se ha quejado Rubalcaba, en tanto que González había expresado "el éxito electoral considerable de la presidenta en funciones". El líder socialista ha terminado su intervención casi como la empezó, llamando a las reformas; también a la defensa de una "estructura federalizante" para España como hace su partido, pero, sobre todo, el PSC. Las reformas ya están tardando "y solo se ha hecho una, la del viejo Rey por el nuevo Rey". Entre las preguntas se introdujo un requerimiento para que González dijera si en las reformas hay que introducir el debate sobre monarquía o república y él por cuál opción se pronunciaría. "Yo soy un republicano que cree que nos ha ido muy bien con la monarquía constitucional".
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