27 de mayo de 2015
El Vaticano dice que el matrimonio [de los invertidos] es “una derrota de la humanidad”
El Vaticano dice que el matrimonio [de los invertidos] es “una derrota de la humanidad”
El secretario de
Estado, Pietro Parolin, sostiene que la Iglesia tiene que reaccionar ante el
resultado del referéndum irlandés
Varias personas celebran el resultado
del referéndum en Dublín el pasado 23 de mayo. /AIDAN CRAWLEY (EFE)
El sí de la católica Irlanda al matrimonio homosexual ha sentado como un
tiro en el Vaticano. Su más alto funcionario, el secretario de Estado Pietro
Parolin, un diplomático con muchos años de experiencia y fama de moderado, se
ha referido así al resultado del referéndum: “No solo se puede
hablar de una derrota de los principios cristianos, sino de una derrota de la
humanidad”.
El cardenal italiano Parolin añadió que se siente “muy triste por el
resultado” —un 62% de los votantes apoyaron el matrimonio [de los invertidos] y un 37% apostaron por el no— y
animó a la Iglesia a reaccionar. “El arzobispo de Dublín”, añadió el secretario
de Estado durante un acto de la fundación Centesimus Annus, “ha dicho que la
Iglesia debe tener en cuenta esta realidad, pero a mí me parece que la debe
tener en el sentido de reforzar su esfuerzo por evangelizar. La familia tiene que
seguir estando en el centro, y debemos defenderla, tutelarla y promoverla. El
futuro de la humanidad y de la Iglesia depende de la familia. Golpearla sería
como quitar los cimientos del edificio del futuro”.
Las palabras de Pietro Parolin llaman la atención por dos aspectos. En
primer lugar, el actual secretario de Estado no suele prodigarse en público, y
mucho menos con esa rotundidad. Su labor hasta ahora ha sido la de sostener de
forma callada, casi invisible, los esfuerzos del Papa por renovar la Iglesia y,
sobre todo, por poner la maquinaria diplomática del Vaticano al servicio de la
paz. En segundo lugar, desde que el papa Francisco se refirió a la
homosexualidad durante su vuelo de regreso de Brasil —“¿quién soy yo para juzgar a los [invertidos]?”—, la Santa Sede ha procurado actualizar los viejos clichés.
Si bien, hasta el momento, solo se ha tratado de una aproximación más
respetuosa, si acaso más comprensiva hacia los homosexuales, pero dejando claro
–como hace hoy el cardenal Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia
Episcopal Italiana, en una entrevista al diario La Repubblica—que la Iglesia se
sigue negando a las uniones civiles. "Nosotros creemos", advierte
Bagnasco, "en la familia que nace de la unión estable entre un hombre y
una mujer, potencialmente abierta a la vida; esta unión, que constituye un bien
esencial para la sociedad, no es equiparable a otras formas de
convivencia".
Tal vez las
palabras de Pietro Parolin se puedan explicar por el temor de la Iglesia a que
el resultado del referéndum irlandés pueda provocar un efecto dominó en el
resto de Europa.
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