6 de septiembre de 2012
El BCE exige a España e Italia que pidan el rescate para iniciar la compra de bonos
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha anunciado este jueves en rueda de prensa que ha debatido un plan para la compra de bonos de los países periféricos que servirá de salvavidas para la financiación de España e Italia. Sin embargo, los países deben antes tener lista la actuación de los fondos de rescate con una "condicionalidad estricta". Con ello, Draghi mete presión a España e Italia para que pidan el rescate.
Hará falta que los países pidan un rescate completo o una línea precautoria mejorada, dos de las fórmulas de rescate al alcance de los países. El BCE solo llevará a cabo las llamadas "transacciones monetarias directas" si los países cumplen estrictamente las condiciones que les impongan los socios europeos en los memorandos que regulen las condiciones del rescate.
Las compras serán de bonos de 1 a 3 años y no se establecen límites de cantidad a priori. Además, el BCE renuncia a su condición acreedor preferente. La liquidez creada por estas transacciones monetarias directas se esterilizará, es decir, se retirará una cantidad de liquidez equivalente a la compra de bonos, como se hacía con el anterior programa. El volumen global de operaciones se publicará de forma semanal y se dará un desglose por países semanalmente. Las compras podrán extenderse a otros países
Draghi está explicando en rueda de prensa los detalles y ha señalado que la compra de bonos se realiza para garantizar la transmisión de la política monetaria a la economía real. Las compras de bonos pretenden también combatir las dudas sobre la irreversibilidad del euro. "El euro es irreversible", ha declarado contundente el presidente del BCE. "Los temores infundados sobre la irreversibilidad del euro son eso, temores infundados", ha añadido en la ronda de preguntas.
Draghi asegura que con ello está cumpliendo estrictamente su mandato y actuando con independencia. Los Gobiernos deben estar listos para activar los fondos de rescate en paralelo a las compras de bonos, con una "estricta condicionalidad". Señala que las compras en el mercado secundario no suponen financiación directa de los Estados, como sí lo serían en el mercado primario, esto es, en las emisiones. Estas posibles compras en el mercado primario correrían de lado del fondo de rescate.
El plan ya ha empezado a surtir efectos incluso antes de ser tratado por el Consejo del BCE. La prima de riesgo de España ha caído con fuerza desde los máximos de 638 puntos de la segunda quincena de julio. La rebaja de las rentabilidades exigidas a la deuda española ha sido más acusada en los vencimientos más cortos, hasta tres años, pues esos son los títulos en los que se concentrarán las operaciones del banco emisor.
España ha aprovechado la mejora de las condiciones de mercado para colocar hoy 3.500 millones de euros en títulos de deuda con una fuerte rebaja sobre los tipos de interés pagados en anteriores subastas.
La rueda de prensa de Draghi en la que explica las decisisones del Consejo del BCE se produce en paralelo a la rueda de prensa conjunta del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y la canciller alemana, Angela Merkel, en Madrid, en la que han tratado también los problemas de la zona euro y, en particular, la posibilidad de que España solicite un nuevo rescate a sus socios europeos.
El BCE ya estuvo comprando deuda de los países periféricos desde mayo de 2010 y empezó a comprar deuda española e italiana en agosto de 2011. Sin embargo, detuvo esas compras a comienzos de este año, pues prefirió dar financiación sin límite a tres años a los bancos para que ellos comprasen deuda. Eso, sin embargo, ha agravado el círculo vicioso entre la deuda soberana y la solvencia de las entidades financieras y solo sirvió de alivio temporal para España e Italia.
Por eso, ahora, el BCE ha vuelto a plantearse la compra de deuda, aunque con algunas condiciones para vencer las resistencias de Alemania y otros países, que consideran que la vigilancia de la inflación debe ser la tarea casi exclusiva del BCE.
A finales de julio pasado, Draghi aseguró que el BCE haría "todo lo que fuera necesario" para salvar el euro. "Y créanme, será suficiente", apostilló, aflojando la insostenible presión que había entonces sobre la deuda española e italiana.
El Banco Central Europeo también ha relajado las normas sobre garantías para que los bancos pidan liquidez, lo que permite que tengan una situación de tesorería más holgadas. Pero, además, la relajación será mayor para los países que estén sujetos a un rescate, lo que también empuja a España a solicitarlo.
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