viernes, 28 de diciembre de 2018
BASUREROS – 29/12/2018
De alguna manera todas las profesiones contribuyen a la salvación o la perdición de las almas.
Frecuentemente se ven por las calles basureros recogiendo basura con dedicación y ánimo, demostrando aceptar con cierta alegría su humilde situación laboral. En ellos se manifiesta la virtud de la humildad aceptando un trabajo que debe ser realizado porque está dentro del orden establecido por Dios.
Es agradable encontrar algunos que ejecutan su trabajo hasta con un sentido coreográfico de danza. Para quien sabe observar, se trata de un modo bello de hacer el trabajo. En otros tramos del recorrido se quedan de pie en los peldaños que sobresalen de la caja del camión y en determinado momento saltan a la calle, con la actitud de quien estuviese en un vehículo ornamental. No con intención de exhibirse sino por la sana alegría de trabajar.
Como el camión tiene que esperar a que unos terminen de volcar los cubos otros ya van corriendo hasta el próximo punto donde se encuentran las bolsas de basura, las cogen y las tiran dentro de la carga, sin necesidad de que el camión pare. A continuación, regresan a su pedestal en el vehículo en marcha. Así van limpiando la ciudad, dando la impresión que sienten placer en dejarla limpia.
Si razonamos según los preconceptos de Marx, esos operarios deberían estar revelados. Pero trabajando de esa forma, con esa buena disposición, ellos sin darse cuenta hacen una verdadera predicación anticomunista.
Cada trabajo tiene su propio pulchrum, su belleza. En última instancia, todo trabajador puede ostentar la belleza en el modo de realizar su trabajo, reconociendo y afirmando que Dios es el autor de todas las situaciones de la vida, y él cumple la voluntad de Dios, incluso en las situaciones difíciles.
Excertos de comentarios del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira
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