Pedro Sánchez dice que no lo verán en una corrida de toros
El secretario general del PSOE afirma que respeta la cultura taurina de este país, pero no muestra apego alguno a la fiesta, en declaraciones a la cadena SER
el pais - ANTONIO LORCA Sevilla 4 SEP 2014 - 20:12 CEST
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha afirmado que respeta la cultura taurina, pero que no lo verán en una corrida de toros. Así de tajante y claro se ha mostrado esta mañana el líder socialista en un encuentro con internautas y oyentes de la Cadena Ser cuando se le ha preguntado su opinión sobre la fiesta de los toros, si está a favor o en contra, si es cultura o maltrato animal y si es partidario de su reforma o de dejarla como está en estos momentos.
"El PSOE tiene una posición clara', ha respondido Sánchez; 'respetamos esta cultura taurina que tiene España, pero desde el punto de vista personal, aun respetándola, a mí no me verán en una corrida de toros", ha concluido.
El político socialista también ha criticado el Toro de la Vega cuando se le ha preguntado después por este festejo en concreto. "Lo rechazo, no me gusta", ha afirmado Sánchez, quien ha añadido que "en el siglo XXI este tipo de fiestas no debería celebrarse".
Ciertamente, no es el primer político de primer nivel que no muestra apego alguno hacia la fiesta de los toros. Si bien es cierto que la mayoría de ellos ha preferido no emitir opinión al respecto, ningún presidente del Gobierno de la democracia se ha caracterizado por su afición taurina. No es fácil encontrar una instantánea de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y del propio Mariano Rajoy en un tendido de una plaza de toros. Lo mismo ha ocurrido con los distintos secretarios generales del PSOE, por lo que la postura de Pedro Sánchez no es novedosa, aunque sí perjudicial para la tauromaquia.
De hecho, el primer partido de la oposición mantiene una posición ambigua sobre la fiesta. Como acaba de recordar su secretario general, la respeta, pero se debate permanentemente entre un estudiado silencio, una manifiesta indiferencia y, a veces, un sorprendente rechazo cuando ha debido expresar su parecer en el Parlamento. Así ha ocurrido recientemente con el debate sobre la Ley Taurina, que fue aprobada solo con los votos del Partido Popular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario