10 de septiembre de 2014
443 personas declaran un patrimonio neto de más de 30 millones en 2012
EL PAIS - ALEJANDRO BOLAÑOS Madrid 10 SEP 2014 - 00:01 CEST34
La necesidad imperiosa de recuperar ingresos públicos tras la crisis resucitó en 2011 el impuesto sobre el patrimonio, que había sido eliminado tres años antes por el Ejecutivo socialista, el mismo que lo reflotó. Y en el segundo ejercicio de esta nueva etapa, la estadística del impuesto refleja un significativo repunte de las fortunas más elevadas: en 2012, hasta 443 personas declararon una base imponible superior a 30 millones de euros, un registro récord, que supera en un 25% el dato de 2011, y casi duplica las cifras previas a la crisis (233 personas en 2007).
Este repunte de las mayores fortunas que se declaran en el impuesto de patrimonio se produjo en plena recesión de la economía española. Pero no es el primer indicio de que la crisis ha tenido un impacto muy dispar. España, según Eurostat, era en 2012 el país más desigual de la UE, solo detrás de Letonia.
Las consultoras especializadas, como Capgemini, reflejan que el número de españoles que tienen disponible más de un millón de dólares (775.000 euros) para invertir ha crecido un 27% desde 2008. Las sociedades de inversión de capital variable (sicav), uno de los instrumentos favoritos de las grandes fortunas para gestionar el patrimonio familiar, han recuperado el valor perdido desde 2007. Y un informe reciente de la OCDE concluye que el ingreso medio del 10% más pobre cayó 7,5 veces más que el del 10% más rico entre 2007 y 2011.
Las declaraciones que la Agencia Tributaria incluye en el tramo de base imponible más elevado apenas equivalen al 0,001% de la población española. Pero si la lupa se amplía algo más, hasta las personas que declaran en el impuesto una base imponible superior a 1,5 millones de euros, este censo fiscal de multimillonarios también refleja un incremento (52.179 personas, frente a las 44.537 registradas en 2011).
En realidad, los bienes y derechos económicos que se declaran en el impuesto de patrimonio tienen un valor mayor que el que se refleja en la base imponible, la partida que la Agencia Tributaria desagrega por tramos. Para llegar a esa base imponible, del valor de los elementos que se declaran en el impuesto (títulos financieros, como acciones o bonos, y viviendas, pero también seguros de vida, coches, obras de arte, joyas o yates), se deducen deudas y cargas. También, los bienes exentos, desde los vinculados a la actividad empresarial familiar, a ciertas obras de arte, los planes de pensiones o incluso el ajuar doméstico. Y, en el caso del valor de la vivienda habitual, se detraen 300.000 euros. En el conjunto del impuesto, el patrimonio bruto casi duplica la base imponible.
El resto de magnitudes del tributo también evidencian un incremento significativo. En 2012 hubo 173.505 declarantes del impuesto, un 33% más que en 2011. El patrimonio bruto total declarado supera el medio billón de euros, un 22% más. Y la recaudación (los tipos oscilan entre el 0,2% y el 2,5%, y se aplica un mínimo exento de 700.000 euros) también aumenta: de 740 a 929 millones de euros, un ingreso que se destina de forma íntegra a las comunidades autónomas.
Pese al repunte registrado, el número de declarantes en el principal tributo sobre la riqueza es muy limitado, no llega al 0,4% de la población. Una de las razones está en el nuevo diseño del impuesto desde 2011: solo están obligados a declarar las personas con un patrimonio bruto mayor a 2 millones (600.000 euros hasta 2008) o con una cuota positiva (en lo que influye el nuevo mínimo exento de 700.000 euros, que antes era de apenas 100.000, o la exención a la vivienda, que se duplicó). Por contraste, en 2007 hubo más de un millón de personas que declararon por este impuesto superaron y la recaudación sobrepasó los 2.000 millones.
Es un diseño que busca hacer recaer el tributo en las mayores fortunas. “El de patrimonio se ha convertido en un impuesto para las clases medias, ya que las altas encuentran fáciles mecanismos de elusión”, señaló en 2007 el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para justificar la supresión, luego rectificada. Fuentes de la Agencia Tributaria confirmaron que en los datos de 2012 se incorpora el impacto de la amnistía fiscal y de la reforzada obligación de declarar bienes en el extranjero, medidas adoptadas por el Ejecutivo del PP aquel año.
También incide que dos comunidades (Comunidad Valenciana y Baleares) dejaron de bonificar la cuota del impuesto ese año para evitar el pago a los contribuyentes, medida que ya solo mantiene la Comunidad de Madrid (que renuncia de este modo a 600 millones de recaudación). Eso hace que uno de los dos criterios que fija la obligación de declarar (cuota positiva) volviera a estar vigente en esas dos comunidades: el número de declarantes pasó de 4.730 a 18.376 en la Comunidad Valenciana, y de 990 a 6.410 en Baleares.
Cataluña (que registró el mayor repunte de declaraciones, de 44.846 a 66.707 en un año) y Madrid concentran más de la mitad del patrimonio total declarado en el impuesto. Pero la comunidad que preside Ignacio González lo hace con bastantes menos declaraciones (15.585) por los muchos contribuyentes a los que la Comunidad de Madrid exime de la obligación de declarar al bonificar el 100% de la cuota.
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