Intersexualidad, más que una cuestión de género, una cuestión de salud
CELIA ROCA/ LUIS RABOSO / MADRID
ABC - Día 22/08/2013 - 13.00h
No todos los casos de trastorno de diferenciación sexual son diagnosticados al nacer, a veces son los cambios de la adolescencia los que lo hacen visible
Alemania permitirá desde el 1 de noviembre registrar a los bebés sin sexo definido con «género X». De esta forma, el país germano es el primero de Europa en dar luz verde a esta medida. Aproximadamente el1% de la población mundial nace con trastorno de diferenciación sexual, es decir, sin sexo definido, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Conocido tradicionalmente como hermafroditismo, las anomalías del desarrollo sexual (ADS) suponen una discrepancia entre los genitales internos y los externos, una indefinición de género que impide determinar al nacer si un bebé es niño o niña. Es un estado con el que nacen algunas personas que no permiten definirla dentro del binarismo hombre mujer.
¿Cómo identificar el trastorno?
Normalmente existen rasgos físicos externos que alertan sobre laambigüedad sexual del bebé. Algunos de los más comunes son la presencia de un micropene o clitoromegalia (agrandamiento del clítoris), así como testículos aparentemente no descendidos o masas labiales que pueden resultar ovarios. Todo ello supone confusión, pues no es posible una determinación clara de su género.
Sin embargo, no todos los casos son diagnosticados en el momento de nacer. En ocasiones, no es hasta la adolescencia cuando se puede determinar la presencia del trastorno. Es en esta etapa cuando se producen los cambios hormonales y otras alteraciones, como la menstruación o la aparición de vello corporal.
¿Quién toma la decisión?
Cuando un bebé viene al mundo en España con un trastorno de diferenciación sexual hay un equipo que debe decidir el futuro del recién nacido, puesto que esta anomalía conlleva riesgos para la salud. «Es una tarea multidisciplinaria», asegura a ABC el Jefe de Servicio de Endocrinología del Hospital Niño Jesús, Jesús Argente. El pediatra endocrinólogo, los cirujanos endocrinos, los urólogos pediátricos, los genetistas y los expertos en ética son los encargados de valorar todos los datos de los que se disponen. «Se estudian las alteraciones en los genitales externos, si afecta a las vías urinarias, el número de cromosomas, así como las gónadas externas e internas», añade Argente. Asimismo, se realiza una laparoscopia y una biopsia.
Una vez realizadas todas estas pruebas, los expertos están en disposición de determinar si existe preponderancia de rasgos masculinos o femeninos. «Es entonces cuando se decide que estrategia quirúrgica se va a llegar a cabo informando previamente a los padres. A éstos se les informa de cuál es el problema y se les pregunta si aceptan el tratamiento que se va a llevar a cabo», añade el endocrino. Además cuenta que, de no haber consenso con los padres del bebé, «existe un problema», ya que «si no aceptan, los médicos no pueden hacer nada». En ese supuesto, los jueces deberían intervenir y serían ellos quienes tomaran la decisión.
Profesionales de la medicina alegan que el no realizar una intervención quirúrgica en los primeros momentos de vida puede conllevarproblemas en la salud de la persona con trastorno de diferenciación sexual. «Si se toma la decisión en la edad adulta habrá problemas de todo tipo, ya que no habrá, entre otras cosas, unos genitales perfectamente constituidos», asegura. Además, asegura que existe un consenso internacional científico, es decir, una serie de normas e instrucciones «de cómo proceder con el enfermo y el diagnóstico que se le va a facilitar con los mejores recursos», agrega Argente.
En situación de discriminación
Al igual que las personas homosexuales y transexuales sufren situaciones de discriminación, lo mismo sucede con la intersexualidad. Existen personas que son asignadas de manera errónea al nacer, y al desarrollarse lo hacen hacia el género contrario. Esto causa conflictos de identidad y los consecuentes problemas sociales.
Por ello, una opinión extendida en la sociedad, y defendida por asociaciones como la Federación Estatal de Lesbianas, [Homosexuales], Transexuales y Bisexuales (FELGTB), es que lo ideal sería que el niño, durante su crecimiento y desarrollo fuera quien tomara la decisión. «El binarismo de género marca esta sociedad. El Estado tiene que abrir vías para que las personas con trastornos de identidad sexual se sientan integradas», explica Jesús Generelo, secretario general de la FELGTB.
Legislación de la intersexualidad por países
CELIA ROCA/ LUIS RABOSO
Alemania. La ley, impulsada por el gobierno de Angela Merkel, fue aprobada en mayo y con ella se pretende que la vida de las personas que nacen sin saber si son varones o mujeres, sea más fácil. Alemania evita de esta forma que los padres decidan por su hijo hasta que éste lo decida. «Aplaudimos la legislación alemana, ya que es una vía para que la sociedad sea más inclusiva, donde el género no te encierre», afirma el secretario de general de la FELGTB, Jesús Generelo
Hasta ahora, en Alemania, los padres de los bebés nacidos tenían la obligación de registrar el sexo de éste como masculino o femenino. De hecho, en España al igual que en el resto de países europeos es todavía así.
En cambio, en Australia, sí tienen una ley similar a la que aprobará Alemania. Desde el 1 de julio, todos los documentos oficiales de este país incluyen la categoría de «intersexo», además de «hombre» y «mujer». La normativa destaca que al recogerse los datos personales, se deben ofrecer las opciones M (varón), F (mujer) y X (indeterminado, no especificado), pero de señalarse la última de las opciones, se requiere de un certificado médico, aunque no es necesario que se hayan sometido a una intervención de reasignación de sexo.
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