De Sevilla a Alemania, incógnitas en la sucesión del ducado de Medinaceli
ABC - Día 24/08/2013 - 14.59h
El título nobiliario más antiguo de España podría caer en manos de un príncipe Hohenlohe
Parece que el foro aristocrático anda revuelto. Los comentarios se suceden y lo corrillos murmuran soliviantados. ¿El motivo? La sucesión del título más antiguo de España, el ducado de Medinaceli, perteneciente a la primera familia nobiliaria española y que hasta el pasado 18 de agosto llevó Victoria Eugenia Fernández de Córdoba.Fallecida en la Casa de Pilatos de Sevilla, a los 96 años de edad, estaba al frente de una casa que desde hace más de 400 años ha llevado el mismo apellido (Fernández de Córdoba) emparejado a este título (Medinaceli). Ahora, previsiblemente, el título pasará a un apellido alemán a través de los Hohenlohe-Langenburg. Algo similar sucedió en su día con el ducado inglés de Berwick, adherido actualmente a la casa de Alba.
Primera casa de España
«Medinaceli es la primera casa de España por la calidad de sus títulos y por sus posesiones patrimoniales –nos recuerda el historiador Jaime Salazar, director de la Real Academia de Estudios Matritenses–. Descienden del primogénito de Alfonso X el Sabio y sus nietos, losInfantes de La Cerda; y sostuvieron siempre que eran la rama primogénita de los Reyes de Castilla, de ahí que tenga el privilegio de denominarse Real y Ducal Casa de Medinaceliy que esta familia haya sido notable por su lealtad y fidelidad a los Reyes de España».
Los títulos nobiliarios no se heredan, sino que se solicitan; y, en ocasiones, no lo hacen quienes más derechos tienen a ellos. Desde el anterior gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, legalmente seda preferencia al primogénito sobre el sexo, con lo que las mujeres de más edad tienen prioridad sobre los varones más jóvenes. Pero esto no ha sido así siempre sino que, tras largos litigios, se concedió este derecho.
«Si se siguiera la tradición –continúa Salazar–, se esperaría un año, por luto y respeto. Concluido ese tiempo, se pide la sucesión al Ministerio de Justicia y pasa a trámite mediante tres informes. Y se concede la carta de sucesión, un proceso que puede durar tres o cuatro meses más. Por último, se paga el impuesto de sucesión, que viene a costar unos 3.000 euros por cada título con grandeza y unos 1.200 euros por cada uno de los demás».
En el caso de Medinaceli, quien más derecho tiene hoy día para solicitar el ducado es Marco de Hohenlohe-Langenburg Medina, el mayor de los tres hijos de Ana Medina y Fernández de Córdoba, quien fue la primogénita de la ahora desapareci da duquesa, y delpríncipe Maximiliano von Hohenlohe-Langenburg e Yturbe. Ana falleció el 7 de marzo de 2012 y lo lógico es que su hijo Marco (casado con la alemana Anna Schmidt-Polex) al acceder al ducado lo haga con todos los títulos que lleva implícitos. Pero esto sólo lo podrá decidir el propio interesado.
Según Óscar Ascoz, historiador y genealogista, experto en Casas Reales, con este cambio de apellido (de Fernández de Córdoba a Hohenlohe), el ducado de Medinaceli sale ganando en linaje. «El linaje de la Cerda se extinguió hace 400 años y pasó a los Fernández de Córdoba, pero la fallecida duquesa fue la última. Si su hija Ana no hubiera fallecido, habría pasado al apellido Medina, una estupenda familia sevillana. Los Hohenlohe, por su parte, fueron soberanos que dependían del Emperador y se les considera príncipes en todas los países de Europa, menos en España, donde no existen mas príncipes que los de Asturias. Desde luego, en Alemania y en toda Europa a ellos les van a considerar más como un príncipe de Hohenlohe que como un duque de Medinaceli».
Conservación de los bienes
El Secretario de la Diputación Permanente de la Grandeza y la Nobleza Titulada de España corrobora lo ya apuntado: Medinaceli es uno de los cuatro ducados mas importantes de España y el primer título de España. En antigüedad, en calidad de títulos y en patrimonio. «Pero –señala–, la Fundación (presidida por Ignacio, duque de Segorbe, único hijo vivo que le quedaba a la duquesa de Medinaceli) es independiente y no va anexionada al título. Regida por un patronato, se estructuró en los años 80 a instancias de la propia duquesa en colaboración con Ignacio para preservar el enorme patrimonio. Así se hizo mediante una renuncia del resto de los hermanos a unos bienes que les hubieran correspondido, a cambio de conservarlos como una unidad, lo que les llevó de algún modo a un empobrecimiento».
¿Que sucederá ahora? Solo el tiempo lo dirá. De momento, los descendientes de la duquesa de Medinaceli tienen un año de respeto y reflexión.
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