15 de noviembre de 2012
Israel amenaza con derrocar a Abbas si acude a la ONU
ANA CARBAJOSA Jerusalén 14 NOV 2012 - 19:27 CET
Las amenazas israelíes van cobrando intensidad a medida que se aproxima la fecha en la que los palestinos pedirán a Naciones Unidas que les reconozca como Estado observador no miembro. La iniciativa diplomática palestina cuenta con la firme oposición de Israel y de Estados Unidos, que temen el avance hacia el reconocimiento de Palestina como Estado de pleno derecho. Si el próximo 29 de noviembre la Asamblea General de la ONU concede a Gaza y a Cisjordania un estatus similar al del Vaticano, las puertas de las distintas agencias multilaterales, incluida la justicia internacional se abrirían para los palestinos.
El ministro de Exteriores israelí, Avigdor Lieberman se encargó el miércoles de filtrar un documento en el que instruye a los embajadores israelíes para que hagan llegar en sus respectivas capitales el siguiente mensaje: si los palestinos siguen adelante con su proyecto de reconocimiento, Israel podría desmantelar la autoridad palestina y derrocar a su presidente, Mahmud Abbas, según confirman fuentes oficiales israelíes. “Si la propuesta palestina es aceptada por la Asamblea General de Naciones Unidas, a nuestro juicio esto supondría la ruptura de las reglas y provocará una respuesta extrema por nuestra parte”, aclaró Lieberman el miércoles durante una visita a Ariel, uno de los asentimientos incrustados en los territorios palestinos.
Más allá de las amenazas de Leiberman, Israel no se ha pronunciado de forma oficial sobre las represalias que piensa adoptar de llevarse a cabo finalmente la votación. Entre las medidas que se barajan figura la congelación del traspaso de impuestos de Israel a las arcas palestinas, la expansión de los asentamientos y la restricción de movimientos para los políticos palestinos.
Washington tampoco ha especificado cuál serán los siguientes pasos después de que el presidente Barak Obama llamara el domingo a su homólogo palestino y le pidiera que aplazara la iniciativa diplomática. “No vale con decirnos solo que no vayamos a la ONU, la cuestión es qué nos ofrecen a cambio”, sostenía esta semana en Ramala el dirigente palestino Mohamed Stayyeh, ante la prensa. “[Barack] Obama ha tenido cuatro años para ofrecernos algo, pero no lo ha hecho”, añadió.
Los palestinos calculan que cuentan con una amplia mayoría, de al menos 130 votos, en la Asamblea General. Entre los europeos no hay una posición consensuada y se prevé que voten divididos.
Hace más de dos años que las negociaciones entre palestinos e israelíes se encuentran en punto muerto. La falta de propuestas sobre la mesa y la imparable expansión de los asentamientos ha animado a los palestinos a buscar nuevas vías para progresar en su camino hacia la creación de un Estado palestino sobre las fronteras de 1967; un objetivo que cuenta con el consenso de la comunidad internacional.
La idea sin embargo es que a ese objetivo se llegue mediante negociaciones directas entre ambas partes, que deben decidir sobre los asuntos más espinosos, entre ellos, la demarcación de las fronteras, el futuro de los refugiados palestinos y de Jerusalén. Los israelíes acusan a los palestinos de no querer sentarse a negociar. Y los palestinos se han negado a sentarse a la mesa negociadora hasta que no cese la expansión de los asentamientos. Más de medio millón de israelíes viven en asentamientos en Cisjordania y en Jerusalén Este Es decir, en los territorios que se supone que algún día llegarán a formar El estado palestino.
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