17 de noviembre de 2012
El Rey pide ayuda a Iberoamérica para superar la crisis económica
CUMBRE IBEROAMERICANA EN CÁDIZ
El llamamiento del Rey sonó casi como una súplica. “El mundo es hoy muy diferente al que existía cuando empezamos las cumbres iberoamericanas hace poco más de dos decenios. […] Iberoamérica está en alza. El Continente crece, se reducen los índices de pobreza y hay una mayor cohesión social”, dijo don Juan Carlos a los otros 16 jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Cádiz. En cambio, admitió, “a este lado del Atlántico hemos visto surgir situaciones difíciles causadas por la crisis económica y financiera. Nuestras miradas se vuelven hacia vosotros. Necesitamos más Iberoamérica”.
Ha pasado la época en que España se presentaba como modelo de transición democrática y milagro económico. Cuando se permitía incluso dar consejos. Ahora mira con envidia a una América Latina que crece más del 3% anual y busca en las recetas que esta aplicó para superar su propia crisis “una experiencia que podamos compartir”, en palabras del Rey.
Como síntoma del cambio de los tiempos, el drama de los desahucios en España se coló en los debates. Mariano Rajoy le explicó al presidente de Ecuador, Rafael Correa, las medidas tomadas por el Gobierno para proteger a los sectores más vulnerables, entre los que figuran muchos de los 400.000 ecuatorianos residentes en España. “Suponen un primer paso, pero el problema sigue siendo muy grave”, advirtió Correa.
Según el español José Manuel García-Margallo, todos los cancilleres coincidieron en que la austeridad es necesaria, pero no suficiente, para salir de la recesión. En la declaración final de la cumbre se aboga por aplicar “políticas contracíclicas”, lo contrario de lo que hace la UE. América Latina ofrece oportunidades de negocio para empresas de construcción e ingeniería en sus ambiciosos planes de infraestructuras; ofertas de trabajo para jóvenes con formación técnica superior condenados al desempleo en España; y un puente hacia los mercados asiáticos a través de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, Perú y México) que hoy se reúne en Cádiz y en la que España ha sido admitida como observadora. Como no todo puede limitarse a la economía, Margallo propuso a sus homólogos la creación de un comisionado de la cultura iberoamericana.
Rajoy aprovechó para reunirse con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, con quien analizó el presupuesto de la UE para el periodo 2014-2020, que será debatido en la cumbre de la semana próxima en Bruselas. Tras la entrevista no hubo declaraciones, pero sí un comunicado conjunto en el que subrayan que dicho presupuesto “deberá contribuir a crear la condiciones para que aumente la inversión, crezca la economía y se genere empleo”. Un objetivo ilusorio a la vista del tijeretazo de 80.000 millones que el Consejo ha dado al proyecto inicial de la Comisión. Barroso ratificó, al menos, que España está tomando medidas efectivas para corregir el déficit, por lo que “la Comisión no pedirá medidas adicionales durante este año”.
Rajoy se reunió también con el presidente hondureño Porfirio Lobo, pero no con el boliviano Evo Morales, quien se sintió “levemente indispuesto”, tras jugar un partido de futbol. En cambio, el Rey mantuvo su agenda, pese a que tuvo que apoyarse en una muleta. “Aquí me tienes, un poco tullido, pero bien”, bromeó con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos.
Al final, faltaron siete mandatarios, un tercio del total. A las bajas ya conocidas de Raúl Castro (Cuba), Hugo Chávez (Venezuela), Cristina Fernández de Kirchner (Argentina), Otto Pérez Molina (Guatemala) y José Mújica (Uruguay) se sumó a última hora la del nicaragüense Daniel Ortega. El motivo del plantón, según fuentes diplomáticas, fue la concesión del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana a Ernesto Cardenal, sacerdote, compañero de armas en la revolución sandinista y hoy uno de sus críticos más lúcidos.
Como contrapunto al pesimismo y en presencia del ex presidente José María Aznar y el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros invitados, Rajoy recordó que, pese a la crisis actual, Europa sigue siendo “la mayor área de prosperidad del mundo”. Y el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, quiso poner en la tierra los pies de sus compatriotas iberoamericanos al recordarles que, “durante la recesión y después de la recesión, a los europeos les va a ir mucho mejor a nosotros. Es demasiada la ventaja que nos llevan”.
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