23 de noviembre de 2018

La crispación se ha disparado en el Congreso tras la moción de censura


La crispación se ha disparado en el Congreso tras la moción de censura
Los partidos distinguen entre los "sketches" aislados de Gabriel Rufián y el tono vehemente de un grupo de los diputados más duros

EL PAIS -  Madrid 23 NOV 2018 - 10:18 BRST

Los portavoces de ERC Joan tardá y Gabriel Rufián, en el Congreso este jueves. En vídeo, Rufián, expulsado del hemiciclo tras un intenso rifirrafe con Borrell. FOTO: ULY MARTÍN | VÍDEO: ATLAS

La moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa en junio y la reacción de PP y Ciudadanos a las alianzas para que saliera adelante han disparado la crispación política, sobre todo en las Cortes. Los partidos de la derecha compiten así en no conceder “legitimidad” a lo que tachan de operación oscura “del sanchismo con los partidos golpistas” que pretenden romper España. De ese contexto saca provecho Gabriel Rufián para buscar la confrontación.

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Responsables del PSOE, del PP, de Ciudadanos y de los partidos nacionalistas en el Congreso coinciden en admitir que el clima político se ha enrarecido mucho en los últimos cinco meses tras la moción de censura de Pedro Sánchez que derribó al Gobierno de Mariano Rajoy.
El último capítulo del incidente provocado por el separatista Gabriel Rufián con el ministro de Exteriores, Josep Borrell, y el cruce de acusaciones posterior sobre un posible escupitajo de un diputado de ERC, son el exponente de un tipo de comportamiento maleducado que, sin embargo, portavoces de prácticamente todos los partidos se niegan a generalizar.

Fuentes de los distintos partidos precisan que incluso en este Congreso hay que diferenciar entre “las rufianadas y sketches” del diputado de ERC, al que se cataloga como exponente único en su estilo, y otra categoría de los denominados diputados vehementes o de talante duro: ranking en el que se miden Rafael Hernando, Beatriz Escudero y Celia Villalobos (PP), Rafael Mayoral y Noelia Vera (Podemos), Jordi Salvador (ERC), Zaida Cantera y Artemi Rallo (PSOE) o Toni Cantó y Juan Carlos Girauta (Ciudadanos).

EL EJEMPLO DE LA ÚLTIMA SESIÓN BRONCA
Gabriel Rufián, a Josep Borrell: “Usted —y míreme bien— es el ministro más indigno de la historia de la democracia española. Y los ha habido muy indignos. Usted es un hooligan, una vergüenza para su grupo”.´
Borrell, a Rufián: “Usted ha vertido sobre el hemiciclo esa mezcla de serrín y estiércol, que es lo único que usted es capaz de producir”. 
Dolores Delgado, a Rafael Hernando: “Usted al tiempo que estaba pidiendo subvenciones y becas para el pago de los libros de sus hijos estaba cobrando sobres de los papeles de Bárcenas. Y pronunció una de las frases más abyectas contra las víctimas del franquismo, contra su dignidad y contra su memoria y las víctimas de la Guerra Civil jamás se lo van a perdonar. Ha insultado a jueces como cuando llamó pijo ácrata a algún juez de la Audiencia Nacional porque no le gustaban las sentencias que ponía”.
Hernando, a Delgado: “Todas sus palabras son deleznables, como usted misma. Váyase a su casa, dimita ya y no haga sufrir más”.
Girauta no se esconde: “Yo puedo ser duro pero no maleducado”. Escudero, a la que Rufián menospreció como diputada “palmera” en una comisión y ella le replicó con aquel “no me guiñes el ojo, imbécil”, tampoco se arredra: “Ante determinados comportamientos o te defiendes o te machacan y yo, además, lo digo siempre con una sonrisa”. Hernando tira de hemeroteca para relativizar sus formas broncas: “Yo, comparado con [Francisco Álvarez] Cascos o [Federico] Trillo soy una monja. El que genera crispación es el que elude el Parlamento y ha querido ser presidente tras una operación preparada con los independentistas. Y ellos también nos insultan todo el rato al llamarnos corruptos y de extrema derecha”.

Rafael Simancas, secretario general del Grupo Socialista, es responsabilizado desde las filas populares de generar ese ambiente crispado por intervenciones sin concesiones en la comisión de investigación de la financiación ilegal del PP como cuando compareció el expresidente José María Aznar. En esa comisión se han sucedido precisamente muchos pasajes peliagudos. Un diputado de Podemos llegó a culpar al exministro Ángel Acebes de muertes y suicidios por su pertenencia al consejo de administración de Bankia.

Simancas achaca el deterioro parlamentario a que PP y Ciudadanos continúan sin conceder “legitimidad” a Sánchez por cómo llegó al poder y por llevar al límite las acusaciones para derribarle. El portavoz socialista insiste en lamentar que la oposición intente cuestionar “el crédito” del Gobierno hasta como ha hecho este jueves mismo un diputado popular, Miguel Barrachina, en el asunto del rescate de algunas autopistas de peaje.

Pedro Quevedo, de Nueva Canarias y presidente en la citada comisión de investigación, coincide con Simancas en que este mal ambiente se disparó desde la moción de censura por la competición entre Pablo Casado y Albert Rivera y destaca: “Aún me parecen peor que las rufianadas que desde el PP y Ciudadanos se intente identificar al presidente Sánchez con los golpistas, que es algo que no se debería poder decir”.


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