14 de agosto de 2015

Juan Carlos I pide apoyo a los toros frente a las críticas

EL REGRESO DE LA FIESTA A LA CAPITAL GUIPUZCOANA

Juan Carlos I pide apoyo a los toros frente a las críticas

Las corridas vuelven a San Sebastián tras dos años de prohibición

el pais -  /  San Sebastián 14 AGO 2015 - 10:30 CEST
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La fecha, 13 de agosto de 2015, quedará marcada. La vuelta de la fiesta de los toros a San Sebastián después de dos años de prohibición decidida, en minoría, por el anterior Ayuntamiento de la coalición abertzale Bildu, era un desafío para la afición taurina vasca y para muchos donostiarras. La emoción se palpaba en el ambiente, con más de 6.000 personas que ocupaban los tendidos de la plaza de Illumbe, deseosa de volver a vibrar como no había podido hacer durante el mandato de dicha formación.
Quiso encabezar este apoyo al regreso de los toros a la capital guipuzcoana el rey Juan Carlos I, que ocupó un burladero del callejón acompañado por la infanta Elena y sus nietos María Victoria Federica y Froilán. Previamente, había comido en el Akelarre de Pedro Subijana. La noche anterior cenó en el restaurante de Juan Mari Arzak.
“Un activo de España”
La fiesta de los toros “es un activo de España que tenemos que apoyar”, afirmó don Juan Carlos en declaraciones a TVE sobre su primera visita a una corrida en la capital guipuzcoana.
Su presencia motivó algunas críticas, por lo que el grupo de antitaurinos habitual se mezcló a la entrada de la plaza con algunos antimonárquicos que lucieron banderas republicanas y también con independentistas. Unas cien personas se manifestaron en la misma acera de acceso al coso.
La Ertzaintza vigiló la escena, pero no evitó los gritos de “asesinos” a quienes acudían al festejo. El otro grito más repetido fue “Goia y Borbón, lo mismo son”, en alusión al actual alcalde donostiarra, el peneuvista Eneko Goia, quien decidió recuperar el festejo tras ganar en las elecciones municipales del 24-M. La mayoría de los taurinos ignoró a ese grupo y no se registraron incidentes reseñables.
Juan Carlos I fue el receptor de los tres primeros brindis de la tarde; la terna lo hizo en medio de mayoritarias ovaciones de los presentes, junto a leves silbidos. “Siempre es un honor brindarle un toro, hoy más en especial, porque, con su presencia, no sólo está apoyando la fiesta de los toros y nuestro arte, sino la historia, la tradición y la cultura. Además de todo eso, está apoyando la democracia y la libertad”, afirmó Ponce.
Junto a los aficionados donostiarras asistieron también seguidores de la fiesta llegados de Bilbao y un buen número de franceses.
Gritos fuera de la plaza
Fuera del coso, la protesta fue creciendo en número de participantes hasta llegar a unas 200 personas. “Los Borbones a los tiburones”, gritaban algunos ellos. Un antitaurino, que portaba una pancarta, clamaba por el fin de “la tortura” a los animales. Un aficionado a la fiesta le respondía encarándose con él: “Sería mejor que te hagas vegetariano, qué chorrada esa de no matar animales. ¿Y tú qué comes?”.
Los manifestantes tan pronto criticaban a la Monarquía como clamaban a favor de la independencia de Euskadi.
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